lunes, 21 de agosto de 2017

LA LEYENDA DE LOS PECES DE PIEDRA


En realidad estos cuatro peces no eran peces, eran pescadores. Todos los días salían a echar las redes al mar en busca de buenas capturas y llegaban a puerto con el barco cargado. Eran los cuatro pescadores más famosos del pueblo. Así era un día y otro día, hasta que dejó de ser. Una tarde regresaron con el barco vacío, ni una mísera sardina había caído en sus redes. El desastre se repitió a lo largo de varios meses: mientras que otros pescadores atracaban en el puerto con los barcos llenos, ellos seguían sin capturar nada. Un día, algo grande cayó en la red, algo tan grande que los arrastró y acabaron hundidos en el fondo del mar. Pero en lugar de morir, se convirtieron en cuatro peces de las profundidades abisales, de esa zona tan profunda a la que apenas llega la luz. Cuatro peces de enormes bocas y ojos saltones en busca de un débil rayo que iluminase aquella masa de agua negra.

El caso es que no podían soportar tanta oscuridad y rogaron al rey del mar para que los librase de aquel suplicio. Neptuno solo les dio una opción: les cambiaba la vida por la luz. Aceptaron sin pensar: no deseaban seguir viviendo en las tinieblas. Se convirtieron en cuatro peces de piedra pero a plena luz del día y rodeados de gente. Por eso sonríen.


XIV PREMIO ANAYA DE LITERATURA INFANTIL Y JUVENIL, 2017

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