… Esa voz de las
víctimas,
rota por las
gargantas, que irrumpe en la ciudad como un gemido.
Todos la oímos.
Los niños han
gritado.
Su voz está sonando.
¿No oís? Suena en lo
oscuro.
Suena en la luz.
Suena en las calles.
Todas las casas
gritan.
Pasáis, y de esa
ventana rota. Sale un grito de muerte
Seguís. De ese hueco
sin puerta
sale una sangre y
grita.
Las ventanas, las
puertas, las torres, los tejados
gritan ,gritan. Son niños que murieron.
Por la ciudad,
gritando,
un río pasa: un río
clamoroso de dolor que no acaba.
No lo miréis;
sentidlo.
Pequeños corazones,
pechos difuntos,
caritas destrozadas.
No los miréis;
oídlos.
Por la ciudad un río
de dolor grita y convoca.
Sube y sube y nos
llama.
La ciudad anegada se
alza por los tejados y alza un brazo terrible.
Vicente Aleixandre
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