Luo y el
narrador, cuyo nombre no llegamos a conocer, son dos adolescentes chinos
enviados a una aldea perdida en las montañas del Fénix del Cielo, cerca de la
frontera con el Tíbet, para cumplir con el proceso de «reeducación» implantado
por Mao Zedong a finales de los años sesenta.
Soportando unas condiciones de vida
infrahumanas, con unas perspectivas casi nulas de regresar algún día a su
ciudad natal, todo cambia cuando, al descubrir que nadie en el pueblo ha visto
una película, Luo, un experto narrador, les cuenta diferentes películas que ha
visto. As, o las que el jefe del poblado les encarga ver en la ciudad más
cercana que está a dos días de camino. Así saldrán de la aldea y conocerán a Sastrecilla,
una joven hermosa, de la que se enamoran.
Más tarde
robaran a otro joven que se está reeducando una maleta llena de libros
prohibidos, de obras emblemáticas de la literatura occidental. Así pues,
gracias a la lectura de Balzac, Dumas, Stendhal o Romain Roland,
los dos jóvenes descubrirán un mundo repleto de poesía, sentimientos y pasiones
desconocidas, y aprenderán que un libro puede ser un instrumento valiosísimo a
la hora de conquistar a la atractiva Sastrecilla.
Con la cruda
sinceridad de quien ha sobrevivido a una situación límite, Dai Sijie ha escrito este
relato autobiográfico que sorprenderá al lector por la ligereza de su tono
narrativo, casi de fábula, capaz de hacernos sonreír a pesar de la dureza de
los hechos narrados. Además de valioso testimonio histórico, Balzac
y la Joven Costurera China es un conmovedor homenaje al poder de la
palabra escrita y al deseo innato de libertad.
Podemos
considerar la novela de Dai Sijie como una novela de
iniciación, pues vemos como los protagonistas van madurando, conocen el amor y
a través de los libros podrán superar los estrechos límites fijados por la
política de reeducación: Durante todo el
mes de septiembre, tras el éxito de nuestro robo, fuimos tentados, invadidos,
conquistados por el misterio del mundo exterior, sobre todo el de la mujer, el
del amor, el del sexo, que los escritores occidentales nos revelaban día tras
día, página tras página, libro tras libro.
Con
respecto a los personajes, destacan tres: el narrador, que poco a poco va
adquiriendo protagonismo en la novela, sobre todo a partir del robo de los
libros. Luo, su amigo, posee unas dotes excepcionales para relatar historias y,
enamorado de La Sastrecilla, será quien, a través de las historias que le va
contando, haga que tome conciencia del valor de su belleza. Sastrecilla, cuya
belleza la convierte en el objeto de deseo de todos los jóvenes de la comarca;
las historias de Luo harán que tome conciencia del valor de su belleza;
reveladora es su última entrevista con Luo, cuando se va de casa, pues ella le
dice que Balzac le ha hecho comprender
algo: la belleza de una mujer es un tesoro que no tiene precio.
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