Toca la valla de
madera que ves en la pared
y que nunca antes habías
visto
Di «por favor» antes
de abrir la puerta,
entra,
baja por el sendero.
La puerta principal
está pintada de verde,
y tiene una aldaba,
un diablillo de
bronce rojo;
no lo toques, te
morderá los dedos.
Date una vuelta por
la casa.
No cojas nada. No
comas nada.
No obstante,
si una criatura te
dice que tiene hambre,
dale de comer.
Si te dice que está
sucia,
lávala.
Si se queja de dolor,
y siempre que puedas,
alivia su
sufrimiento.
Desde el jardín
trasero podrás divisar el bosque.
Pasarás junto a un
pozo muy hondo que lleva a los dominios del Invierno:
lo que hay allá en el
fondo es otro país distinto.
Si al llegar a este
punto das media vuelta,
podrás regresar sin
correr ningún peligro;
no te supondría el
menor desdoro.
No voy a pensar mal
de ti.
Cuando llegues al
final del jardín te encontrarás en el bosque.
Es un bosque
centenario.
Oculto en la maleza,
alguien te vigila.
Una viejecita está
sentada bajo un árbol sarmentoso.
Puede que te pida
algo;
dáselo.
ella te señalará el
camino que lleva hasta el castillo.
En su interior hay
tres princesas.
No te fíes de la más
joven.
Sigue caminando.
En el claro que hay
más allá del castillo verás
a los doce meses del
año sentados alrededor del fuego,
calentando sus pies
mientras intercambian cuentos.
Pueden hacerte algún
que otro favor, si les tratas con cortesía.
Quizá puedas coger
fresas en la escarcha de Diciembre.
Confía en los lobos,
pero no les digas a
dónde vas.
Para cruzar el río
toma el ferry.
El patrón te llevará.
(La respuesta a su
pregunta es ésta:
Si le pasa el remo a
su pasajero,
Él quedará libre y
podrá abandonar el barco.
Pero asegúrate de
estar a una distancia prudente cuando se lo digas.)
Si un águila te
regala una pluma,
guárdala bien.
Recuerda:
los gigantes tienen
el sueño muy pesado;
la codicia es la
perdición de las brujas;
los dragones tienen
un punto débil,
no sabría decir cuál,
pero todos lo tienen;
los corazones pueden
estar muy bien escondidos,
y tu lengua podría
delatarlos.
No envidies a tu
hermana:
soltar rosas y
diamantes por la boca
no es menos molesto
que soltar sapos y culebras:
los diamantes son
fríos y duros, y además cortan.
Recuerda tu nombre.
No pierdas la
esperanza: encontrarás lo que buscas.
Confía en los
fantasmas.
Confía en aquellos a
quienes has ayudado,
porque te ayudarán a
su vez.
Ten fe en los sueños.
Ten fe en tu corazón,
y también en tu historia.
Cuando regreses,
vuelve por donde viniste.
Todo favor será
correspondido, toda deuda será liquidada.
Cuida siempre tus
modales.
No mires atrás.
Cabalga sobre el
águila sabia (no te caerás)
Cabalga sobre el pez
de plata (no te ahogarás)
Cabalga sobre el lobo
gris (agárrate bien a su pelo).
Hay una lombriz en el
corazón de la torre;
por esa razón acabará
desplomándose.
Cuando llegues a la
casita
Donde comenzó tu
viaje,
la reconocerás de
inmediato,
pero se te antojará mucho
más pequeña que al principio.
Sube por el sendero,
cruza la puerta que
da al jardín
y que nunca habías
visto antes de iniciar el viaje.
Ahora ya puedes
volver a tu hogar.
O fundar uno nuevo.
O descansar.
Neil Gaiman
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