Hace quince
años, el aficionado a las novelas de misterio Malcolm Kershaw publicó en el
blog de la librería Los viejos demonios una lista —que apenas recibió visitas
ni comentarios— sobre los que a su juicio eran los más logrados crímenes
literarios de la historia. La tituló Ocho asesinatos perfectos e incluía
clásicos de varios de los grandes nombres del género negro: El
misterio de la Casa Roja, de A. A. Milne; Complicidad, de Anthony
Berkeley Cox; El misterio de la guía de ferrocarriles,
de Agatha
Christie; Pacto de sangre, de James M. Cain; Extraños en un tren, de Patricia
Higsmith; Muerte por ahogamiento, de John D. MacDonald; Trampa
mortal, de Ira Levin; El secreto, de Donna Tartt.
Ahora,
un nevado febrero, recibe la visita de la agente Gwen Mulvey del FBI, quien
cree que alguien está cometiendo asesinatos guiándose por esa lista y solicita
su ayuda, como especialista en su investigación. Además pronto se descubrirá
que uno de los muertos es una habitual cliente de la librería, un tanto cascarrabias.
A
partir de este momento la vida de Mal se va a trastocar, pues da a entender que
el asesino es alguien que le conoce y quiere jugar con él. Pero, una serie de
secretos relacionados con la muerte de su mujer comienzan a aflorar en su
memoria, y…
En este
original e inteligente thriller, Peter Swanson desdibuja con mano
maestra las fronteras entre la realidad y la ficción, convirtiendo así su
apasionante y lúdica trama en un nostálgico homenaje a los más brillantes y
acabados crímenes de la literatura detectivesca, pues, aparte de los
componentes de la lista (algunos pormenorizados), abundan las referencias o los
detalles de otros muchos, desde Dickens
o Conan
Doyle, a Ann Cleeves, Gillian Flynn o J K Rowling, pasando por Dorothy
Sayers o Colin Dexter.
Mal, el
protagonista, está muy bien trabajado; él nos va a mostrar su amor por los
libros y nos va a llevar de referencia a referencia, o de libro en libro,
deteniéndose en algunos de ellos (atención a El asesinato de Roger Ackroyd,
de Agatha Christie); poco a poco nos
mostrará la vorágine de sus pensamientos, que nos atraparán, y…
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