Abril y
Xalaquia tienen mucho en común, a pesar de que una vive en el Tenochtitlan del
siglo XVI, cuando la conquista española de México, y la otra en el Madrid del
siglo XXI. A sus 16 años, las dos quieren ser dueñas de su futuro, y ambas
están a punto de ver cómo su vida cambia para siempre.
Xalaquia ansía
escapar del destino que le viene impuesto, pues, al ser mujer, su padre ha
concertado un matrimonio que no está dispuesta a aceptar y su comunidad no le
permite conocer el lenguaje oculto de la magia, que aprenderá a escondidas. Lo
que no esperaba era descubrir por sí misma la enorme amenaza que está a punto
de alcanzar a su pueblo, que intentará impedir con la ayuda de Ocelotl, un
guerrero de una tribu rival.
Cinco siglos
más tarde, Abril trata de buscar su sitio en el mundo. Sus padres se han
separado hace poco, y ella está a punto de descubrir que sus orígenes no son
los que había dado por ciertos desde niña. Tampoco sus amigos pasan por su
mejor momento: Marina mantiene una relación que la está alejando de ella misma;
Nico continúa esperando que Hugo dé el paso y admita sus sentimientos hacia él,
mientras se niega a tolerar la «normalidad» de una guerra no siempre
encubierta. Y luego está Iván, el chico nuevo, que trata de superar el suicidio
de su hermano mayor, más presente incluso ahora que antes de su ausencia. Todo
se complica cuando Abril empieza a recibir extraños mensajes llegados de
ninguna parte: misteriosos anónimos en su WhatsApp con las tres mismas
palabras: raíz, fuego y arena.
¿Qué está
pasando? La respuesta a esta pregunta sacudirá los cimientos de su identidad:
quién es ella; quiénes, sus padres; y cómo engarza su historia con la de
alguien nacido hace siglos y a miles de kilómetros.
Esta novela de
Fernando
J. López está formada por dos historias que se intercalan y confluyen
en un único relato, combinando una ficción realista (la historia contemporánea,
donde se retrata el mundo de un adolescente del siglo XXI, con Abril y sus
amigos, con sus problemas, reflexiones, dudas y sentimientos) y otra histórica y
fantástica (la de Xalaquia, quien para salvar a su mundo, sabiendo que morirá
en el intento, no dudará en adentrarse en la magia y enfrentarse a los suyos,
al escaparse y no aceptar un matrimonio impuesto). Llama la atención, además,
dos técnicas no propias de la literatura juvenil: que la historia de Abril está
contada en 2ª persona, que muchos capítulos comienzan in medias res.
En la novela se
abordan temas de plena actualidad: el sexismo y la lucha por la igualdad (se ve
en ambas tramas), el bullying y la
homofobia (a través de la historia de Nico y sus relaciones con Hugo y Ángel), la violencia de género, tanto física como
verbal, con la historia de Marina; el suicidio
de un adolescente, a través de la historia de Iván, que debe aprender a
reconstruir su vida tras la muerte de su hermano.
La editorial tiene una página web donde se ahonda en determinados aspectos de la novela:
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