Media legua, media
legua,
Media legua ante
ellos.
Por el valle de la
Muerte
Cabalgaron los
seiscientos.
Aunque los soldados
supieran
Que era un desatino.
No estaban allí para
replicar.
No estaban allí para
razonar,
No estaban sino para
vencer o morir.
En el valle de la
Muerte
Cabalgaron los
seiscientos.
Cañones a su derecha,
Cañones a su
izquierda,
Cañones ante sí
Descargaron y
tronaron;
Azotados por balas y
metralla,
Cabalgaron con
audacia,
Hacia las fauces de
la Muerte,
Hacia la boca del
Infierno
Cabalgaron los
seiscientos.
Brillaron sus sables
desnudos,
Destellaron al girar
en el aire,
Para golpear a los
artilleros,
Cargando contra un
ejército,
Zambulléndose en el
humo de las baterías
Cruzaron las líneas;
Cosacos y rusos
Retrocedieron ante
los sables
Hechos añicos, se
dispersaron.
Entonces regresaron,
Pero no los
seiscientos.
Cañones a su derecha,
Cañones a su
izquierda,
Cañones detrás de sí
Descargaron y
tronaron;
Azotados por balas y
metralla,
Mientras caballo y
héroe caían,
Los que tan bien
habían luchado
Entre las fauces de
la Muerte
Volvieron de la boca
del Infierno,
Todo lo que de ellos
quedó,
Lo que quedó de los
seiscientos.
Alfred Tennyson
A
continuación tenéis la escena de la carga en la mítica película de Michael
Curtiz, con Errol Flyn, pero el sonido es el tema de The Trooper, de Iron
Maiden, que se inspira en este hecho:
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