De mi pueblo salí un
día
pa ir a Zaragoza a
ver
a un primo de mi
mujer
que estaba con pulmonía.
Eché al cesto
p´almorzar
un ocho y un
chorizico
y amontao en mi
burrico
ala, ala, principié
andar.
No había andau tan
siquiera
dos horas cuando de
pronto
se quedó el burro
hecho un tonto
parau en la
carretera.
Como era cosa muy
rara
que el animal de
improviso
y sin pedirme permiso
tan en seco se parara
me dije el burro ha
barruntao
que por aquí cerca
hay gente
miré, y efectivamente
había un hombre a mi
lao.
Era un viejo setentón
barbudo, coloradote,
buen mozo y con un
cogote
más afeitao que un
melón.
Yo al verlo dí atrás
un paso
y me eche mano a la
faja
y sacando la navaja
me preparé por si
acaso.
Sin movérseme miró
y yo fuí y le
pregunté
tío gueno ¿ Quién es
usté?
soy San Pedro,
contestó
¿San Pedro?. El mismo
Colás
pues ¿a que ha venido
aquí?
Vengo pa verte a ti
quiero saber ande
vas.
Pues pa que uste se
entere
A Zaragoza me voy
¿y cuando piensas
llegar? ¡hoy !
eso será si Dios
quiere
¿si Dios quiere?
pregunté
Es natural añadió
Ni que quiera ni que
no
le contesté, llegaré
Tengo mu duro el
tozuelo
Y ni todos los santos
del cielo
harán que me vuelva
atrás.
Respeto tu tozudez
me dijo con retintín
sigue tu viaje hasta
el fin,
pero si vuelvo otra
vez
a encontrarme en mi
camino
y ande vas te
preguntara
de un modo cortés y
fino
si no quieres que me
altere
y te castigue Colás,
después de icir ande
vas,
añadirás si Dios
quiere
¿Prometes hacerlo así?
Veremos, le contesté
y mi camino seguí.
Llegué a Zaragoza
bien
y estuve allí una
semana
y un día por la
mañana
me dije: me vuelvo a
Mallén.
Aparejé mi burrico
mientras cantaba una
jota
coloqué a mano la
bota
el ocho y el
choricico
y en unión del animal
que nunca iba sin mí
de Zaragoza salí
mas tieso que un
concejal.
Al poquico de
emprender
la marcha de ésta
manera
San Pedro en la
carretera
se me volvió a
aparecer.
El burrico se paró
cuando lo tuvo
delante
y callaos por un
instante
quedamos San Pedro y
yo.
Por fin me dijo:
¿ande vas?
y yo le dije a
Mallén.
Aunque no te paizca
bien
dí: si Dios quiere,
Colás
Quiá, quiá. No se
desespere
ni ponga usté empeño
en ello
que aunque me cuerten
el cuello
no añadiré si Dios
quiere.
¿No quieres icirlo?
¡No!
pues por no querer,
desde hoy rana vas a
ser.
Y en rana me
convirtió.
me echó al Ebro y me
dió un baño
mayor de lo que creía
mira que baño sería
que estuve en el Ebro
un año.
Ya estaba desesperao
no fue nada lo del
ojo
de tanto estar a
remojo
quedé como un
bacalao.
Bien me fastidió el
indino
pues mientras estuve
allí
tan harto de agua
salí
Después de mucho
esperar
San Pedro un día
volvió
y del charco en que
me echó
quiso volverme a
sacar.
Cuando me tuvo a su
lao
me dijo: ¿Qué tal
amigo?
creo que con el
castigo
ya estarás
escarmentao
Por consiguiente
Colás
Aprende bien la
lección
y para obtener perdón
contesta bien: ¿ande
vas?
Y yo que pa hablar
soy parco
conteste de esta
manera:
¿Qué ande voy? ande
uste quiera
a Zaragoza o al
charco.
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