Enviado
por Ismael (B1CH):
Con
esta novela, Brandon Sanderson inicia la saga «Nacidos de la Bruma
[Mistborn]», obra imprescindible del Cosmere, el universo destinado a dar forma
a la serie más extensa y fascinante jamás escrita en el ámbito de la fantasía
épica.
Durante mil
años han caído las cenizas y nada florece. Durante mil años los skaa han sido
esclavizados y viven sumidos en un miedo inevitable. Durante mil años el Lord
Legislador reina con un poder absoluto gracias al terror, a sus poderes y a su
inmortalidad. Le ayudan «obligadores» e «inquisidores», junto a la poderosa
magia de la alomancia. Pero los nobles a menudo han tenido trato sexual con
jóvenes skaa y, aunque la ley lo prohíbe, algunos de sus bastardos han
sobrevivido y heredado los poderes alománticos: son los «nacidos de la bruma» (mistborn).
Ahora,
Kelsier, el «superviviente», el único que ha logrado huir de los Pozos de
Hathsin, ha encontrado a Vin, una pobre chica skaa con mucha suerte... Tal vez
los dos, unidos a la rebelión que los skaa intentan desde hace mil años, logren
cambiar el mundo y la atroz dominación del Lord Legislador.
Desde 2006, y
en solo diez años, Brandon Sanderson se ha consolidado como el gran renovador de
la fantasía del siglo XXI y el autor del género más prolífico del mundo. Ha
logrado ganarse a ocho millones de lectores, ser publicado en treinta países y
convertirse en el heredero de todo un género.
El Imperio
Final es la primera novela no juvenil que he leído, y no he quedado
para nada decepcionado. Trata los
temas de manera obvia pero no por ello de una forma incorrecta,
desarrollándolos poco a poco y metiéndote en contexto.
Es una obra de
ficción que pretende entretener, pero a su vez hace una crítica social y
política.
Tampoco tengo
muchas novelas con las que compararlo, pero la forma de escribir de Sanderson
me parece muy buena, transmite muy bien cuando tiene que transmitir y puedes
seguir fácilmente las escenas de acción por las descripciones tan precisas que
hace, estando llenas de detalles, pero sin ser tan largas como para perder el
ritmo. Los personajes tienen carisma y personalidad propia, no se sienten como
personajes cliché, sino como personas que realmente podrían existir.
La historia de
la novela resulta intrigante, estas deseando ver que pasará en el próximo
baile, que nuevas capacidades desarrollará Vin, cómo evolucionarán los
personajes, como conseguirán acabar con el Lord Legislador.
Pero lo que
más me ha animado a leer esta obra es su sistema de magia “realista”, una
ficción creíble en la que ves un universo posible, con sus normas seguidas a
rajatabla y bien formuladas, nunca pasará algo que no creas posible ni habrá
una sorpresa que no asumas tras pensarlo un rato. Este sistema te hace ver a
los héroes como personas, capaces de ser derrotadas, alejándose de esa forma de
la típica ficción en el que ves a un héroe imparable que sabes que ganará pase
lo que pase.
La novela, aun
siendo la primera de una saga de tres libros, te deja satisfecho con su final y
a su vez ansioso de leer el siguiente para responder a las preguntas que este
plantea como ¿qué ocurrió antes del Lord Legislador?, ¿Por qué dice lo que dice
antes de morir?, ¿Logrará Elend formar un reino funcional? y muchas otras.
No se si será
la mejor novela del mundo o siquiera si la gente debería leerla, pero algo
tengo claro, nunca había llegado a mi casa, había cogido un libro y me había
pasado horas y horas leyendo, no porque tuviera que hacerlo, sino porque quería
hacerlo, quería saber que iba a ocurrir en ese mundo, y quiero saber que va a
ocurrir en ese mundo así que lo único que se es que voy a leer las otras dos
partes de Nacidos de la bruma y recomiendo a cualquier persona que le guste la
ficción que lo haga.
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