En la
Inglaterra eduardiana, Violet parece llevar una vida de ensueño: un marido
caballeroso, Archie, un hijo adorable, Félix, una lujosa residencia... Pero la
creciente obsesión por uno de los preciados libros que colecciona su esposo —un
misterioso volumen de cuentos de hadas guardado bajo llave y con una extraña
encuadernación— hará que su idílica existencia comience a tambalearse. Asediada
por unas perturbadoras alucinaciones que amenazan su cordura, ingresa
temporalmente en un sanatorio. Pero cuando, a su regreso, descubre que una
bella y enigmática niñera, Clara, ha ocupado su lugar, los horrores padecidos
durante su internamiento no serán nada en comparación con los que su propio
hogar le tiene reservados..
.
Alimentada en
su fondo por la siniestra leyenda de Barba Azul de Charles Perrault, Alice
Thompson nos ofrece una novela oscura y macabra, una creación elegantemente
diabólica que, a la vez que homenajea a Daphne du Maurier con Rebeca
(el recuerdo de Rose, la primera mujer, siempre presente, o simplemente la
portada con esa casa en llamas que nos recuerda a Manderley) y a la Angela
Carter más transgresora (esa obsesión por los dibujos anatómicos con el
cuerpo sin piel, o esos interludios donde perecen las víctimas inocentes de
esta historia), no pierde de vista en ningún momento el verdadero propósito de
la mejores historias de terror: que el escalofrío que nos sacude durante su
lectura se prolongue más allá de la última página.
El
título de la novela llama un poco a engaño: aquí no se habla de libros, sino
que vemos dos posturas diferentes: Archie aprecia los libros por su envoltorio,
si se trata de una primera edición, por una bella o extraña encuadernación,
opina que abrirlos es estropearlos (y eso que es dueño de una librería), que el
contenido no es lo importante; en cambio, para Violet lo importante es su contenido,
lo que nos cuentan.
Como
personajes, solo importa Violet, pues sobre ella gravita la novela; los demás
son una excusa para presentarnos algunos rasgos de la protagonista (así, la
envidia que siente hacia Clara por su eficacia o la rotundidad de sus formas) y
otros están desdibujados, como el doctor que aparece sin rostro.
Con capítulos breves, con un lenguaje que nos seduce y
nos acompaña a esos delirios y trastornos mentales que está sufriendo Violet
tras el parto; veremos cómo trabaja su mente, cómo se va sintiendo marginada o
rechazada, a pesar de que con Archie ha encontrado la pasión y la sensualidad,
que la van a colmar, hasta que se sienta asqueada con su marido y de rienda
suelta a sus ideas de infidelidad, cómo los demás le hacen ver que no es real
lo que ella cree que es cierto. Veremos cómo la internan en un psiquiátrico (parecido
al Bedlam, que encontramos en muchas novelas de terror de la época), y la
someten a tratamientos de electroshock. Así nos lleva de la mano la autora
hasta ese genial tour de forcé final.
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