martes, 10 de julio de 2018

EL COLECCIONISTA DE LIBROS


En la Inglaterra eduardiana, Violet parece llevar una vida de ensueño: un marido caballeroso, Archie, un hijo adorable, Félix, una lujosa residencia... Pero la creciente obsesión por uno de los preciados libros que colecciona su esposo —un misterioso volumen de cuentos de hadas guardado bajo llave y con una extraña encuadernación— hará que su idílica existencia comience a tambalearse. Asediada por unas perturbadoras alucinaciones que amenazan su cordura, ingresa temporalmente en un sanatorio. Pero cuando, a su regreso, descubre que una bella y enigmática niñera, Clara, ha ocupado su lugar, los horrores padecidos durante su internamiento no serán nada en comparación con los que su propio hogar le tiene reservados..
.
Alimentada en su fondo por la siniestra leyenda de Barba Azul de Charles Perrault, Alice Thompson nos ofrece una novela oscura y macabra, una creación elegantemente diabólica que, a la vez que homenajea a Daphne du Maurier con Rebeca (el recuerdo de Rose, la primera mujer, siempre presente, o simplemente la portada con esa casa en llamas que nos recuerda a Manderley)  y a la Angela Carter más transgresora (esa obsesión por los dibujos anatómicos con el cuerpo sin piel, o esos interludios donde perecen las víctimas inocentes de esta historia), no pierde de vista en ningún momento el verdadero propósito de la mejores historias de terror: que el escalofrío que nos sacude durante su lectura se prolongue más allá de la última página.

                El título de la novela llama un poco a engaño: aquí no se habla de libros, sino que vemos dos posturas diferentes: Archie aprecia los libros por su envoltorio, si se trata de una primera edición, por una bella o extraña encuadernación, opina que abrirlos es estropearlos (y eso que es dueño de una librería), que el contenido no es lo importante; en cambio, para Violet lo importante es su contenido, lo que nos cuentan.

Como personajes, solo importa Violet, pues sobre ella gravita la novela; los demás son una excusa para presentarnos algunos rasgos de la protagonista (así, la envidia que siente hacia Clara por su eficacia o la rotundidad de sus formas) y otros están desdibujados, como el doctor que aparece sin rostro.

          Con capítulos breves, con un lenguaje que nos seduce y nos acompaña a esos delirios y trastornos mentales que está sufriendo Violet tras el parto; veremos cómo trabaja su mente, cómo se va sintiendo marginada o rechazada, a pesar de que con Archie ha encontrado la pasión y la sensualidad, que la van a colmar, hasta que se sienta asqueada con su marido y de rienda suelta a sus ideas de infidelidad, cómo los demás le hacen ver que no es real lo que ella cree que es cierto. Veremos cómo la internan en un psiquiátrico (parecido al Bedlam, que encontramos en muchas novelas de terror de la época), y la someten a tratamientos de electroshock. Así nos lleva de la mano la autora hasta ese genial tour de forcé final.

No hay comentarios:

Publicar un comentario