Enviado por Silvia:
Nicolás ha decidido que ya está bien de que lo que mole sea ser el primero en algo. ¿Por qué no mola ser el séptimo, por ejemplo? ¿Por qué es tan malo eso de ser «del montón»? No se trata de reivindicar a los que quedan los últimos, ni nada de eso: ya hay muchos libros y pelis sobre perdedores (que, además, siempre acaban siendo los primeros, como si eso fuera lo más importante). Y como Nico es un tipo activo, decide hablar con varios amigos que también son «del montón», para, entre todos, hacer... algo, no saben qué. Un montón.
Nicolás ha decidido que ya está bien de que lo que mole sea ser el primero en algo. ¿Por qué no mola ser el séptimo, por ejemplo? ¿Por qué es tan malo eso de ser «del montón»? No se trata de reivindicar a los que quedan los últimos, ni nada de eso: ya hay muchos libros y pelis sobre perdedores (que, además, siempre acaban siendo los primeros, como si eso fuera lo más importante). Y como Nico es un tipo activo, decide hablar con varios amigos que también son «del montón», para, entre todos, hacer... algo, no saben qué. Un montón.
Lo que no se
esperan es que los guays de la clase (esos que siempre quedan los primeros) se
piquen, y que les metan a su pesar en una competición de rap, y que unos
empiecen a ligar con otros, y que las cosas se líen tanto...
Este
libro, una de las pocas incursiones de Belén Gopegui en la literatura
juvenil, se centra en la preocupación del ser humano por pertenecer a un grupo y
encontrar a otros iguales o parecidos a nosotros.
Esta
va a ser la mayor preocupación de Nico, nuestro protagonista, cuando decide
crear con unos amigos su “montón”, que cuenta su historia en primera persona,
aunque a veces se dirige directamente al lector para implicarle en su historia
y sus reflexiones. Quiere dar protagonismo a los del montón, a los que no
destacan ni por arriba ni por abajo, a pesar de que tengan unas determinadas
habilidades.
Es
de destacar el empleo de rap, en cuyas letras van a aparecer las reflexiones e
ideas de este grupo de adolescentes:
Ya no sé qué es lo
que quiero;
hoy lo saco del
tintero
todo lo que me ha
pasado,
por qué estoy tan
enfadado.
Estoy bien con mis
amigos
y hasta con mis
enemigos,
que ni siquiera lo
son,
solo es rara
situación
o relación:
los de arriba y el
montón.
Cuando empecé todo
esto,
no quería
las medallas de
repuesto
ni batallas ni
concursos,
sino reírnos a gusto
en un rincón
del frontón,
sin sentir
que este mundo se
divide
con barreras y
murallas
y que vayas donde
vayas,
lo que vales se
decide,
¡pero no?
A mí no me pongas
precio,
que es desprecio.
Soy persona
que razona
y que reacciona.
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