Pronto me tocará en clase explicar el siguiente poema de Rubén Darío
Juventud, divino tesoro,
¡ya te vas para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro...
y a veces lloro sin querer...
Plural ha sido la celeste
historia de mi corazón.
Era una dulce niña, en este
mundo de duelo y de aflicción.
Miraba como el alba pura;
sonreía como una flor.
Era su cabellera obscura
hecha de noche y de dolor.
Yo era tímido como un niño.
Ella, naturalmente, fue,
para mi amor hecho de armiño,
Herodías y Salomé...
Juventud, divino tesoro,
¡ya te vas para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro...
y a veces lloro sin querer...
El tema del poema es el sentimiento de nostalgia de la juventud y el lamento por el pasado. Aunque también podemos observar la búsqueda del amor ideal. El poema se divide en dos partes: por un lado, las descripciones de sus distintas amantes, por otro, su particular reflexión en cuanto a su vida amorosa. Explica las aventuras que ha tenido a lo largo de su vida y que han acabado quedándose en recuerdos. No ha conseguido encontrar el amor verdadero como quería, pero a pesar de su vejez, lo va a seguir buscando.
Para aquel que quiera completo el poema, le dejo la siguiente versión musicalizada del poema que he encontrado en Youtube (desconozco el autor):
Personalmente, prefiero el poema Divino tesoro donde Javier Salvago ironiza sobre este tema:
La juventud pasó.
Bien está lo que acaba.
No volvería a ser joven
ni aunque me lo pagaran.
¿Echar a andar de nuevo
por la senda trillada
de los sueños ilusos
y las verdades vagas?
¿Empezar otra vez
con las viejas batallas
y sus viejas heridas?
¿Volver a las andadas,
a la noche, al infierno,
al gusto por la mala
vida? ¿Hacer de todo,
lo que es comedia, un drama?
¿Volver a alimentarme
de mitos y falacias,
de modas y movidas,
de palabras gastadas?
¿Llevar sobre los hombros
la fastidiosa carga
de ser interesante,
original?... ¡Qué lata!
¿Confiar, como ayer,
en la vana esperanza
de que todo será
mejor en el mañana?
¿Tener toda la vida
por delante -tan larga-,
con lo que uno ha pasado
para ir medio pasándola?
La juventud se fue.
Bien está lo que acaba.
No volveré a ser joven,
a Dios gracias.
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