Los caminos de
Axlin y Xein vuelven a cruzarse, pero ambos parecen estar más alejados que
nunca. Ella trabaja en la biblioteca y sigue recopilando información para
completar su bestiario, mientras investiga lo que parece una presencia anormal
de monstruos dentro de los muros de la Ciudadela. Por otro lado, al intentar
ayudar a su amigo Dex con un problema personal se verá envuelta en un conflicto
que implica a varias familias aristocráticas de la ciudad vieja.
Xein, por su
parte, se ha convertido en uno más de los Guardianes que protegen a los
habitantes de la Ciudadela de los monstruos que los acechan. Su lealtad a la
Guardia lo obliga a mantener sus nuevos conocimientos ocultos para el resto de
la gente y especialmente para Axlin, lo cual levantará un nuevo muro entre los
dos.
Todo ello
causará conflictos entre ambos cada vez que vuelvan a encontrarse, pero también
hará saltar chispas que arderán con más fuerza a causa de su pasado en común.
En
este segundo libro de la serie Guardianes de la Ciudadela, Laura Gallego profundiza
en los personajes de Axlin y Xein, sobre todo en éste cuando intenta negar su
relación con la primera o averiguar qué hay en ese secreto que guardan celosamente
los altos cargos de su orden, y va dando más importancia al bibliotecario Dex (hay
que señalar que algunos aspectos de este personaje son una concesión a cierto
sector del público, ¡viva la visibilización!) y la guardiana Rox. Tiene menos
acción que el primero, pero las intrigas entre las clases altas de la Ciudadela
y los secretos nos mantienen en vilo, y con la aparición de nuevos monstruos la
historia da un notable giro argumental
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