Ésta es la
única novela juvenil de Philip K. Dick, que hasta hace poco
ha permanecido inédita en castellano, y que fue publicada poco después de la
muerte de su autor.
Nick está
metido en un lío. Tiene un gato llamado Horace, y los gatos son bastante
ilegales en la Tierra. De hecho, todas las mascotas son ilegales en la Tierra y
Horace ha sido denunciado al agente antimascotas. La única manera que tienen
Nick y su familia de quedarse con Horace es emigrar al Planeta del Labrador.
Pero en vez de aterrizar en el paraíso que habían imaginado, se encuentran en
un planeta en guerra con un ente conocido como Glimmung, un conflicto en el
cual Nick y Horace jugarán un papel esencial.
Es un texto
fácil de leer y, en algunos aspectos, bastante curioso: nos presenta un planeta
Tierra superpoblado, donde el estado se encarga de sus habitantes y trabajar,
aunque no sea más que unas pocas horas a la semana, un auténtico privilegio. En
este mundo las mascotas están prohibidas pues la comida escasea. Un mundo donde
un profesor, gracias a la tecnología, da clases por medio de una pantalla a 10
clases de unos 75 alumnos a la vez, y en esas aulas, mediante asamblea, los
alumnos deciden lo que es correcto o no.
En el mundo,
el Planeta del Labrador, donde emigra la familia para evitar la ley
antimascotas, vamos a encontrar una serie de criaturas extraterrestres: wubs,
trobes, nunks, impresores… algunas colaboran con el ser humano; otras quieren
sobrevivir a la aniquilación que trae el glimmung.
La edición que
ha publicado Minotauro cuenta con otro aliciente: las ilustraciones de Phil
Parks.
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