Enviado por
Gabriel (B1CH):
Tras la
devastadora guerra nuclear que destruyó la Tierra, la gente ha erigido una
nueva civilización en las profundidades del metro de Moscú. Pero la aparente
seguridad de las estaciones del metro esconde algo. Dos años después de que
Artyom salvara a la población del metro de una catástrofe, los conflictos
ideológicos están a punto de estallar. La única salvación parece pasar por una
vuelta a la superficie. Sin embargo, ¿es eso realmente posible? Una vez más,
Artyom empieza un peligroso viaje que lo cambiará todo.
Con esta
novela, Dmitry Glukhovsky prosigue la fascinante y siniestra historia
de un mundo postapocalíptico ya presentada en Metro 2033 y Metro
2034.
Esta entrega
de la secuela Metro, ha logrado mantener el nivel de calidad con el que uno
estaba acostumbrado después de hacer una prueba de las previas entregas. La
trama se desarrolla de forma nítida dejando claro cualquier detalle relacionado
con la historia por lo pequeño que sea. El autor hace uso del rasgo por el cual
el ser humano es caracterizado para mostrar que nuestra especie a pesar de
encontrarse en una situación de vida pésima sigue luchando por hacerse con el
poder y con la riqueza. Otro tema que no se debe pasar por alto es el hecho de
que la gente no otorga oportunidades a las ideas que pueden parecer una locura
ya que se sienten mas cómodas con unas mentiras que permiten realizar la
representación de la realidad ideal individualizada. Este libro es más que un
libro, ya que posee en si una forma de pensar que abarca mucha razón a la hora
de realizar juicios cognitivos. En cuanto los acontecimientos ocurridos en el
libro, es reconfortante que no se realicen idealizaciones y que los personajes
tengan sus defectos pertenecientes a la especie humana. Esta obra también
realiza un ataque al sistema político comunista, asignándolo como incorrecto al
emplear el razonamiento de ‘El fin justifica los medios’ hecho que se puede
observar cuando deciden matar a gente inocente por el simple hecho de querer
entrar a la Hansa para obtener comida. Aunque también es visible una clara
crítica al fascismo y a todas sus derivadas mediante la muestra de las
condiciones a las que se somete a los seres humanos a los cuales se les
consideraban degenerados, sometimiento a trabajos forzosos con una pausa para
comer de diez minutos y solo cuatro horas para dormir recordando estos hechos
de forma un tanto leve al Holocausto. Otra reflexión que se realiza en este
libro es la de que el ser humano siempre prefiere realizar las cosas que
supongan para el menos esfuerzo y por lo tanto menos riesgo, esto estando
representado mediante el hecho que se menciona varias veces a lo largo de la
obra, que es cuando Artyom debe decidir si lanzar los misiles hacia las
criaturas que habitaban en el jardín botánico, también llamados los Negros o
Oscuros. También cabe destacar la
importancia que se le atribuye al heroísmo en esta obra, con el hecho de que el
protagonista deje a su amada para poder llevar a cabo sus objetivos los cuales
eran descubrir vida humana más allá de la estación de metro, cosa que consiguió
pero que finalmente no acabo como espero debido al hecho de que su suegro lo
sabía y se lo mantenía escondido. Un hecho negativo que afecta a esta obra es
la baja calidad de traducción que posee, ya que es muy frecuente el encuentro
con erratas y saltos de historia directos en los que uno puede perderse de
tanto lío.
En conclusión
el libro es uno que los aficionados al apocalipsis nuclear deberían leer ya que
no se arrepentirían, pero una cosa es cierta al acabarlo aparecen las ansias de
descubrir que nuevas aventuras le aguarda el destino a Artyom.
Muy buena opinión por parte de mi pana Gabrielito. pd: No soy Gabriel Amihalachioaie.
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