Se han
cumplido los 200 años del nacimiento de José Zorrilla. Y los actos
conmemorativos han sido diversos.
Uno de los que
más me han llamado la atención es la exposición que podemos ver en el Museo de
Romanticismo JUGANDO A SER ROMÁNTICOS. JOSÉ ZORRILLA EN PLAYMOBIL. Mediante seis
dioramas hechos con Playmobil se recorren algunas de las obras del autor
romántico vallisoletano, como Don Juan Tenorio y A buen juez mejor testigo, así como
pasajes significativos de su vida : el entierro de Mariano José de Larra,
que contribuyó a su fama como poeta y escritor, y el cuadro “Los poetas
contemporáneos. Una lectura de Zorrilla en el estudio del pintor” obra de
Antonio María Esquivel (1846), retrato colectivo de las personalidades
culturales más destacadas del Romanticismo en España.
CITA EN LA HOSTERÍA DEL
LAUREL
D. JUAN. (A DON LUIS.)
Esa silla está
comprada,
hidalgo.
D. LUIS. (A DON JUAN.)
Lo mismo digo,
hidalgo; para un
amigo
tengo yo esotra
pagada.
D. JUAN. Que ésta es mía haré notorio.
D. LUIS. Y yo también que ésta es mía.
D. JUAN. Luego, sois don Luis Mejía.
D. LUIS. Seréis, pues, don Juan Tenorio.
D. JUAN. Puede ser.
D. LUIS. Vos lo decís.
Don Juan Tenorio
D. JUAN. ¿No os fiáis?
D. LUIS. No.
D. JUAN. Yo tampoco.
D. LUIS. Pues no hagamos más el coco.
D. JUAN. Yo soy don Juan.
(Quitándose la
máscara.)
D. LUIS. Yo don Luis. (Íd.)
(Se descubren y se sientan. EL
CAPITÁN CENTELLAS, AVELLANEDA, BUTTARELLI y algunos otros se van a ellos y les saludan,
abrazan y dan la mano, y hacen otras semejantes muestras de cariño y amistad.
DON JUAN Y DON LUIS las aceptan cortésmente.)
CENTELLAS. ¡Don Juan!
AVELLANEDA. ¡Don Luis!
D. JUAN. ¡Caballeros!
D. LUIS. ¡Oh, amigos! ¿Qué dicha es ésta?
AVELLANEDA. Sabíamos vuestra apuesta,
y hemos acudido a
veros.
D. LUIS. Don Juan y yo tal bondad
en mucho os
agradecemos.
D. JUAN. El tiempo no malgastemos,
don Luis. (A los
otros.) Sillas arrimad.
(A los que están
lejos.)
Caballeros, yo
supongo
que a ucedes también
aquí
les trae la apuesta,
y por mí
a antojo tal no me
opongo.
D. LUIS. Ni yo; que aunque nada más
fue el empeño entre
los dos,
no ha de decirse ¡por
Dios!
que me avergonzó
jamás.
D. JUAN. Ni a mí, que el orbe es testigo
de que hipócrita no
soy,
pues por doquiera que
voy
va el escándalo
conmigo (...)
(Se sientan todos alrededor de la mesa en que
están DON LUIS MEJÍA y DON JUAN TENORIO.)
D. JUAN. ¿Estamos listos?
D. LUIS. Estamos
D. JUAN. Como quien somos cumplimos.
D. LUIS. Veamos, pues, lo que hicimos.
D. JUAN. Bebamos antes.
D. LUIS. Bebamos. (Lo hacen.)
D. JUAN. La apuesta fue...
D. LUIS. Porque un día
dije que en España
entera
no habría nadie que
hiciera
lo que hiciera Luis
Mejía.
D. JUAN. Y siendo contradictorio
al vuestro mi
parecer,
yo os dije: Nadie
hade hacer
lo que hará don Juan
Tenorio.
¿No es así?
D. LUIS. Sin duda alguna:
y vinimos a apostar
quién de ambos sabría
obrar
peor, con mejor fortuna,
en el término de un
año;
juntándonos aquí hoy
a probarlo
D. JUAN. Y aquí estoy.
D. LUIS. Y yo.
CENTELLAS. ¡Empeño bien extraño,
por vida mía!
D. JUAN. Hablad, pues.
D. LUIS. No, vos debéis empezar
José Zorrilla, Don Juan
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