Hoy
se cumplen 100 años del nacimiento de Camilo José Cela. Hace dos o tres semanas
lo estuvimos viendo en clase al hablar del tremendismo. Os advierto de que tenéis muchas posibilidades que os caiga en
Paeg, bien como tema, bien como texto a comentar; así que aquí tenéis un texto
representativo para que lo trabajéis:
El
resto de la casa no merece la pena ni describirlo, tal era su vulgaridad.
Teníamos otras dos habitaciones, si habitaciones hemos de llamarlas por eso de
que estaban habitadas, ya que no por otra cosa alguna, y la cuadra, que en
muchas ocasiones pienso ahora que no sé por qué la llamábamos así, de vacía y
desamparada como la teníamos. En una de las habitaciones dormíamos yo y mi
mujer, y en la otra mis padres hasta que Dios, o quién sabe si el diablo, quiso
llevárselos; después quedó vacía casi siempre, al principio porque no había
quien la ocupase, y más tarde, cuando podía haber habido alguien, porque este
alguien prefirió siempre la cocina, que además de ser más clara no tenía
soplos. La verdad es que las habitaciones no estaban muy limpias ni muy
construidas, pero en realidad tampoco había para quejarse; se podía vivir, que
es lo principal, a resguardo de las nubes de la navidad, y a buen recaudo -para
lo que uno se merecía- de las asfixias de la Virgen de agosto. La cuadra era lo
peor; era lóbrega y oscura, y en sus paredes estaba empapado el mismo olor a
bestia muerta que desprendía el despeñadero cuando allá por el mes de mayo
comenzaban los animales a criar la carroña que los cuervos habíanse de comer.
Es
extraño pero, de mozo, si me privaban de aquel olor me entraban unas angustias
como de muerte; me acuerdo de aquel viaje que hice a la capital por mor de las
quintas; anduve todo el día de Dios desazonado, venteando los aires como un perro
de caza. Cuando me fui a acostar, en la posada, olí mi pantalón de pana. La
sangre me calentaba todo el cuerpo. Quité a un lado la almohada y apoyé la
cabeza para dormir sobre mi pantalón, doblado. Dormí como una piedra aquella
noche.
Camilo José Cela, La
Familia de Pascual Duarte
PREMIO
NACIONAL DE NARRATIVA (1984)
PREMIO
PRÍNCIPE DE ASTURIAS DE LAS LETRAS (1987)
PREMIO
NOBEL DE LITERATURA (1989)
PREMIO
CERVANTES (1995)
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