Diez años después de que Francisco Robles editara "El
ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha", un tal Alonso
Fernández de Avellaneda osa publicar una segunda parte. Robles, furioso porque
alguien interfiera en su negocio, encarga a un empleado, Isidoro de Montemayor,
que encuentre a Avellaneda y le ajuste las cuentas.
Curtido en toda clase de lances tras sus años como encargado de un
garito y gacetillero de la Corte, Montemayor se mueve como pez en el agua tanto
en los tugurios más inhóspitos como en los círculos literarios más selectos.
Indagando en unos y otros, pronto descubre que Avellaneda no existe, sino que
es un seudónimo tras el que se oculta alguien que afirma haber sido ofendido
por Cervantes, a quien trata de cornudo y homosexual.
A Montemayor no le queda entonces más remedio que sumergirse en el
Quijote y en la vida de don Miguel para comprobar qué hay de verdad en ello y
quién puede querer tan mal al maestro como para acusarlo de algo que puede llevarlo
a la hoguera.
Alfonso Mateo Sagasta sumerge al
lector en el Madrid del Siglo de oro y plasma con maestría y riqueza de todo
detalle, así como agilidad y sentido del humor, un período único en la historia
española.
Nos movemos entre la novela
histórica (su ambientación en el Siglo de Oro) y la de intriga: encontramos sospechosos,
análisis detallados, amenazas, venganzas manteniendo la tensión de la trama
hasta el final. La investigación tiene diferentes hilos de indagación que
Montemayor desbera recorrer, y en ellos aparecen las rencillas y los ataques
personales entre Cervantes, Lope de Vega, Quevedo y Góngora.
Premio Internacional de Novela Histórica Ciudad de
Zaragoza 2005
Premio Espartaco de Novela Histórica 2005
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