Enviado por Pedro.
Esta es una historia de miedos superados, o no.
Del miedo del creador, del escritor, del músico; del miedo del que está solo,
del que ha perdido sus anclajes en la vida; del miedo a la soledad y a los sitios
vacíos, a las playas largas y a las noches sin nadie con quien compartir la
cama.
Peter Harper es un músico bloqueado, en plena
crisis creativa y divorciado que huye Clenhburran, un pueblecito perdido en
Irlanda. Allí se instala en una casa en la playa de Tremore Beach, en un lugar
tan solitario, tranquilo e idílico como inquietante. Sus únicos vecinos en varias millas a la
redonda son los Kogan, un matrimonio estadounidense, con quienes traba una buena amistad. En el
pueblo más cercano, Peter comienza una relación muy especial con Judie
Gallagher otra expatriada que mantiene un negocio para turistas y a quién no le
gusta hablar de su pasado, pese a que por las noches sufre horribles
pesadillas.
Cierta noche Peter sufre un grave accidente con un
rayo. Esto le provoca un dolor de cabeza crónico que ningún médico parece capaz
de curar. Pasados unos días, comienza a experimentar unas espeluznantes y
sangrientas visiones en las que ve a sus vecinos y a Judie suplicándole ayuda,
huyendo de algo, o de alguien. Con la llegada de sus hijos a la playa para
pasar las vacaciones de verano, las escena se va completando y Peter descubre
con horror que esas visiones también le incluyen a él y a su familia. No sólo
el pasado de Judie es oscuro. Sus vecinos Leo y Marie también parecen esconder
algún tipo de secreto, algo de su pasado que parece estar a punto de regresar
para buscarles...
.
Mikel Santiago ha reconocido las Influencias de Stephen
King, John Connolly o Patricia Highsmith, de quien subraya
su capacidad para acercarse a la violencia como algo propio de la vida. Esas influencias
del thriller norteamericano, le dotan de un ritmo casi cinematográfico, adictivo, que te atrapa hasta desvelar el
misterio que envuelve los extraños sueños del señor Harper.
La ambientación se hace sin grandes descripciones:
por una parte, la idílica vida en el campo; por otra parte, los sueños de Peter
que crean la tensión que nos atrapa, y que se auna con el aislamiento y con las
tormentas. La narración en primera persona nos permite conocer los pensamientos
y sentimientos del protagonista, que nos atrae por su personalidad y sus dudas.
Una historia que nos atrapa, que nos mantiene en vilo
esperando lo que va a suceder.
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