domingo, 9 de mayo de 2021

ULISES A TELÉMACO


Querido Telémaco,

la Guerra de Troya

ha terminado. No recuerdo quién venció.

Los griegos, deben ser: los griegos, quién si no,

pueden dejar en tierra extraña tantos muertos…

De todos modos, el camino que me lleva al hogar

resulta que se alarga demasiado.

Como si Poseidón, mientras perdíamos el tiempo,

hubiera dilatado el espacio.

Ignoro dónde estoy y lo que veo ante mí.

Al parecer, una isla, sucia, arbustos,

casas, gruñir de cerdos, un jardín

abandonado, cierta reina, hierba y pedruscos…

Telémaco, querido, en verdad

todas las islas se parecen una a otra

cuando es tan largo el viaje: el cerebro ya

va perdiendo la cuenta de las olas,

el ojo, tiznado de tanto horizonte, echa a llorar,

la carne de las aguas obtura el oído.

No recuerdo ya cómo acabó la guerra,

ni cuántos años tienes hoy recuerdo.

Hazte hombre, Telémaco, y crece.

Sólo los dioses saben si hemos de encontrarnos.

Tampoco ahora ya no eres el chiquillo

ante el cual detuve aquellos toros.

Hoy, de no ser por Palamedes, estaría a tu lado.

Pero tal vez sea mejor así: pues sin mí

te has librado de los males de Edipo,

y en tus sueños, Telémaco, ignoras el pecado.

Joseph Brodsky

PREMIO NOBEL DE LITERATURA 1987

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