Enviado por Susana
Moïra
Fowley-Doyle nos ofrece una espléndida y misteriosa historia sobre
cosas que desaparecen, cosas que regresan del pasado y un grupo de adolescentes
conectados de una manera que nunca podrían haber imaginado
Una tormentosa
noche de verano, Olive y su mejor amiga, Rose, cuando se celebra una fiesta, comienzan
a perder cosas. Al inicio se trata de objetos sin importancia, pero pronto se
dan cuenta de que Rose ha perdido algo mucho más íntimo, algo de lo que no está
dispuesta a hablar; y Olive percibe a su mejor amiga cada vez más distante.
Pero no son los únicos jóvenes del pueblo que han perdido algo.
Más tarde
comienzan a aparecer por el pueblo las seductoras páginas del diario escrito
por una chica llamada Laurel (donde habla de ella y sus amigas Holly y Ash, de
cómo perdieron sus diarios y alguien los lee en voz alta en el instituto).
Olive se
encuentra con tres misteriosos desconocidos: Ivy, Hazel y su hermano gemelo,
Rowan, que viven libres en una casa abandonada y con los que pronto van a congeniar. Cuando
el nuevo grupo de amigos descubre un misterioso libro rojo, todo cambia. Sus
desgastadas páginas están llenas de hechizos para conjurar todo aquello que se
ha perdido, y piensan que quizá ésta podría ser la oportunidad de encontrar lo
que cada uno de ellos necesita.
Con
un estilo pausado, sugerente, casi poético a veces, con esos toques misteriosos
y fantásticos (el crucigrama de Ivy, cuyas respuestas tienen que ver con un futuro
cercano) este libro Young Adult nos trae una historia desde la perspectiva de
tres narradoras: Hazel y Olive en el presente, y Laurel en el pasado (con ese
chico misterioso que se introduce en la vida de las tres amigas), lo que hace
que a veces la narración se vuelva confusa al solaparse las líneas temporales.
Vamos
a encontrar temas como el sentimiento de culpa por los errores del pasado, las
relaciones familiares, el feminismo o la identidad sexual, reflejando
perfectamente el mundo adolescente.
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