viernes, 14 de mayo de 2021

ODISEA

 

          Javier Negrete se sumerge en los poemas homéricos y nos va a volver a contar la historia de Ulises, de Odiseo, a quien acompañamos durante los episodios más conocidos de la legendaria guerra de Troya y de su regreso a casa, a Itaca; pero hay un pequeño y sorprendente cambio: una vez que parte del reino de los feacios, tras su encuentro con Nausicaa, no regresa a su tierra para enfrentarse a los pretendiente, sino que se dirige una vez más al Hades, a una nueva batalla, donde con otros seis héroes de la guerra de Troya, que regresan de la tierra de los muertos, para enfrentarse a los dioses del Olimpo por la supervivencia de la raza humana.

Tras todo esto se encuentran las Moiras, que quieren escapar de su destino, y sus oscuras profecías, pues le han dicho a Atenea que será la señora de los dioses cuando Zeus caiga humillado. Y hay que recordar que los dioses pueden manipular a su antojo a los hombres, para que estos hagan o recuerden lo que la divinidad quiera; y sólo unos pocos no pueden ser manejados, entre ellos Odiseo, quien desea vengarse de los dioses especialmente de Atenea por la muerte de su hermano Medón. Estas dos tramas se unirán, y veremos como los planes esconden planes que esconden otros planes que nos conducirán a un final sorprendente.

Los personajes están muy bien trabajados, sobre todo Odiseo, Atenea y Nausicaa, con sus luces y sombras, ateniéndose al mito, pero complicándolo. Ese Aquiles que no quiere ser rey de los muertos, y que anhela esa última batalla, aunque luego su alma y su cuerpo desaparezcan. Hefesto, el dios del que toda su familia se burla, temeroso, que intenta evitar la ira de Zeus…

Una escena genial es el epílogo, donde un aedo le canta a Odiseo el final del poema homérico, y este, cada dos por tres, le interrumpe con un irónico ¿de verdad que ocurrió así? No hay nada como cuestionar lo que creemos conocer.

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