La apasionante
aventura que dio origen al Camino de Santiago.
Isabel
San Sebastián vuelve a la novela histórica con una nueva aventura de
Alana de Coaña, La visigoda, su personaje más famoso, y nos ofrece un viaje
fascinante al origen de un camino que cambió la historia del mundo.
Año 827. En su
pequeña corte guerrera, Alfonso II el Casto, rey de Asturias y aliado de
Carlomagno, recibe una extraordinaria noticia: en un bosque próximo a Iria
Flavia, allá donde termina el mundo, han aparecido los restos del apóstol
Santiago. ¿Es posible tal prodigio? El rey decide acudir al lugar, a fin de
aclarar el misterio.
En la comitiva
marchan nobles enredados en intrigas, fieros soldados, cautivos sarracenos,
monjes custodios de turbios secretos... un fiel reflejo de ese tiempo
turbulento, cuyo epicentro es un rey determinado a salvar su reino. Y junto a
él cabalga Alana, con la esperanza de encontrar a su hijo desaparecido y el
desafío de narrar, sin saberlo, la primera peregrinación jacobea de la Historia.
«Me llamo
Alana. Por mis venas corre sangre astur y sangre goda. Sirvo a don Alfonso el
Magno, rey de Asturias. Mis ojos cansados han visto horrores sin cuento, pero
antes de cerrarse para siempre tal vez puedan contemplar el lugar donde reposa
el apóstol Santiago»
Bajo
la forma de diario, Alana de Coaña, la protagonista de La Visigoda, nos narra la
peregrinación de Alfonso II el Casto en el siglo IX desde Ovetao, la capital
del reino de Asturias, hasta Iria Flavia, en el Finis Terrae, en pos de las legendarias
reliquias del apóstol Santiago, el Hijo del Trueno, sentando las bases del
actual Camino de Santiago. Nos acerca a una época convulsa por las incursiones
mulsumanas y por las intrigas palaciegas, una época donde creencias cristianas
eran el centro de la vida y el universo… El relato del viaje se intercala con
las descripciones de los lugares que atraviesan y las vivencias personales de
Alana.
Los
personajes están muy bien trazados: Alfonso, que quiere mantener Asturias libre
de los mulsumanes; Alana, curiosa, que ama al rey sin esperar nada, cansada de
tantas luchas y sufrimientos; la joven Freyra, cuyo padre Aimerico, consejero
del rey, quiere que seduzca al monarca, aunque ella preferiría a alguien joven
y no a un viejo; Odoario, un abad campechano; Sisberto, un monje intrigante que
no parece confiar en el proyecto…
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