Enviado por Juan
Para Camilo y
Andrés, los días transcurren vagabundeando por las calles de su barrio en
Medellín, el mejor lugar del mundo. Camilo tiene claro que, cuando sean
mayores, dirigirán una banda de ladrones. Pero Andrés no quiere ser ladrón,
como su padre y su abuelo. Eso sí, siempre estarán juntos.
La vida de
Camilo no es nada fácil. Vive en un barrio pobre. Tiene un padre alcohólico que
le trae muchos problemas (le manda comprar alcohol sin darle dinero; si no lo
consigue, le dará una paliza) y una madre trabajadora y abnegada que a duras
penas logra obtener lo necesario para el sustento de Camilo y su hermano
pequeño.
Camilo tuvo
que robar los ladrillos para construir la
casa en la que viven, los robó de la Biblioteca, cuando la comenzaban a edificar, y, para que no los pillen, su padre le ordena a Camilo que le de barro a la casa cada vez que llueve.
casa en la que viven, los robó de la Biblioteca, cuando la comenzaban a edificar, y, para que no los pillen, su padre le ordena a Camilo que le de barro a la casa cada vez que llueve.
Un día entran
en la Biblioteca, y Camilo roba un libro para después cambiárselo a Rafael por aguardiente. Al día siguiente, repite la misma operación. Al
tercer día, a la salida, Mar, la bibliotecaria, se lo cambia por otro libro. Cuando
Camilo se dirigía a la taberna para continuar con sus trapicheos, decide no cambiar
el libro por aguardiente, que prefería dormir en la calle que volver hacerlo y
convertirse en un ladrón. Busca un refugio para en la taberna poder pasar la noche, y allí empieza a leer el libro de la Biblioteca.
Alfredo
Gómez Cerdá nos muestra cómo la
cultura puede cambiar la vida de una persona. El libro está escrito de una
forma muy sencilla, fácil de comprender
PREMIO DE LITERATURA INFANTIL ALA DELTA 2008
PREMIO NACIONAL DE LITERATURA INFANTIL Y JUVENIL 2009
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