A los
diecinueve años Joël Dicker se presentó a un concurso literario juvenil con
este relato largo. Más tarde, la presidenta del jurado le confesaría que lo
habían desestimado porque no parecía creíble que una persona tan joven lo
hubiera escrito. En él, Dicker, deudor de sus admirados clásicos
rusos y anglosajones, se enfrenta ya a
sus temas preferidos (dilemas existenciales, las grandes preguntas, la
violencia y la posibilidad de redención) y demuestra su extraordinaria
capacidad de atraparnos con una historia poderosa y unos personajes que se
graban a fuego.
En Siberia, a principios
del siglo XX, un enorme tigre asola aldeas enteras. El temor llega a tal punto
que el Zar promete una sustanciosa recompensa a quién acabe con el tigre. El
joven Iván Levovitch marchará a Siberia, igual que otros muchos inconscientes,
seducido por la promesa de riquezas. Se trata de una misión suicida, pero Iván
está dispuesto a hacer lo que sea por acabar con la bestia y vivir como un rey.
Este
relato breve nos atrapa enseguida; por un lado tenemos a la fiera despiadada,
que va sembrando; por otro un joven ambicioso que no tiene nada que perder y
capaz de todo para conseguir sus deseos, para salir de la miseria que le rodea.
La publicación
viene acompañada de las ilustraciones de David de las Heras, trazos sencillos y
figuras alargadas que le confieren un aire aún más gélido e imponente a los
acontecimientos narrados.
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