Una noche de
junio, apenas unos días antes del final de curso, se declara un incendio en el
Valdés, el instituto donde estudian Laia y Joel. Juntos han construido una
estrecha amistad gracias a las redes, donde guardan más heridas y secretos de
los que su entorno puede imaginar. Pero todo cambia cuando Laia, preocupada el
silencio de Joel, decide salir en su busca: ¿y si fuera una de las víctimas
que, según se cuenta en Twitter, han hallado en el fuego? Ya nada volverá a ser
igual tras esa madrugada que amenaza con sacar su pasado a la luz. Esa
madrugada en la que ambos deberán enfrentarse a quienes son si quieren tener
una oportunidad de salvarse de las llamas que amenazan, dentro y fuera de las
redes, con devorarlo todo.
Nando
López nos vuelve a ofrecer una novela que conecta con las inquietudes y
los problemas de los adolescentes, gracias al carácter de sus dos
protagonistas: Laia, que tuvo que ser internada por sus problemas de anorexia,
y Joel, que utiliza la violencia para desfogarse. Ambos asisten a la misma
clase, al mismo instituto, pero su relación comienza a forjarse en las redes
sociales donde se muestran de una forma diferente.
A
lo largo de la búsqueda nocturna de Laia, asistimos a la historia anterior de
los protagonistas y a sus reflexiones, sus secretos… Vemos como a veces se
comunican a veces con canciones, y muchas otras son incapaces de comunicarse
entre ellos y arreglar sus desavenencias. Por medio, referencias literarias y
musicales, y temas como el acoso, racismo, anorexia, autolesiones, redes
sociales, ansiedad... De esta forma, el autor logra trabajar la psicología de
sus personajes y empatizar con los lectores jóvenes.
La
historia, como es habitual en Nando, es de las que enganchan desde el
principio, que hace que queramos seguir leyendo un poco más esa noche.
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