CÓMPRATE UN LECTOR DE
LIBROS ELECTRÓNICOS
O CREA UNA BALDA DE PRÓXIMAS
LECTURAS
Sabemos cómo
eres. Te gusta tanto el aspecto y el tacto de los libros que deseas poseerlos.
Te emocionas solo con entrar en una librería. Para ti no hay mayor placer que
llevar los nuevos libros a casa y colocarlos en tus inmaculadas baldas. Te
apartas un poco para contemplarlos, te preguntas cómo será haberlos leído... y
te vas a hacer otra cosa.
Invierte en un
lector de libros electrónicos. Al reducir un libro a sus palabras-sin una
portada elegante, sin el nombre de algún autor desconocido o de moda que vaya a
llamar la atención de la gente-, enseguida descubrirás si de verdad quieres
leer el libro o si solo quieres poseerlo. Si supera la prueba, espera hasta que
realmente estés listo para leerlo antes de pulsar «descargar» (mientras tanto,
puedes añadirlo a la lista de libros que quieres). Solo en el caso de que te encante
cuando lo leas en formato electrónico te puedes permitir un precioso ejemplar
en papel para ponerlo en tu estantería, para leerlo y releerlo, para amarlo y
tocarlo y babearlo, para presumir delante de tus amigos y simplemente para
tenerlo.
Si no te
gustan los libros electrónicos, convierte una de las baldas de tu casa en una
balda de «próximas lecturas». Esta balda deberá estar cerca de la cama, o del
sitio donde más te guste leer; y contener los seis o siete títulos siguientes
de tu lista de libros «pendientes de leer». Mantén una rotación constante en
esta balda, ya que la primera regla es que solo puedes comprarte un libro nuevo
cuando hayas leído uno de los libros de la balda de «próximas lecturas» y lo
hayas devuelto a su sitio en las baldas normales. La segunda regla es que debes
leer los libros de esta balda más o menos en el orden en el que lleguen allí. Y
la tercera regla es que, si te saltas alguno de los títulos más de una vez o si
un libro se pasa más de cuatro meses en la. balda, tienes que regalárselo a un
amigo o llevarlo a una tienda de libros de segunda. mano.
¡No vale hacer
trampas! Quedarás curado de tu hábito en menos de un año.
Ella Berthoud y Susan Elderkin,
Manual de Remedios Literarios
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