La historia empieza en Sumer, de Samuel Noah Kramer, es un clásico de la historiografía
moderna, un libro semejante a otras obras que aúnan amenidad y y rigor, como
Dioses, tumbas y sabios, de Ceram, la Historia de Roma de Montanelli o El otoño
de la Edad Media de Huizinga.
Publicada por primera vez en 1956, esta obra de Samuel N. Kramer conoció
un éxito y un reconocimiento fulminantes en todo el mundo. La edición de 1981
recoge 39 primeros testimonios de la historia escrita, pues no en vano fue el pueblo
sumerio el primero que desarrolló, más de cuarenta y cinco siglos atrás y en el
sur del actual Iraq, un sistema de escritura denominado cuneiforme y que es sin
duda su principal aportación a la historia de la humanidad.
Kramer, a partir de los testimonios que azarosamente han llegado
hasta nosotros, traza un completo y fascinante panorama del país de Sumer, en
la antigua Mesopotamia: la primera civilización que dejó constancia de sus asuntos
políticos, de su instrucción y su literatura, de su filosofía y su ética, de sus
leyes y su justicia, de su agricultura y su medicina, e incluso de su vida sentimental.
Intenta responder a las preguntas que se plantea en la introducción: ¿Cuáles
fueron, por ejemplo, las primeras ideas morales y los primeros conceptos
religiosos que el hombre haya fijado por medio de la escritura? ¿Cuáles fueron
sus primeros razonamientos políticos, sociales, incluso filosóficos? ¿Cómo se
presentaron las primeras crónicas, los primeros mitos, las primeras epopeyas y
los primeros himnos? ¿Cómo fueron formulados los primeros contratos jurídicos?
¿Quién fue el primer reformador social? ¿Cuándo tuvo lugar la primera reducción
de impuestos? ¿Quién fue el primer legislador? ¿Cuándo tuvieron lugar las
sesiones del primer parlamento bicameral y con qué objeto? ¿Cómo eran las
primeras escuelas y sus maestros? ¿Qué se enseñaba, y a quién?
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