En memoria de mi paisano, fallecido el pasado viernes.
José María Latorre da la sensación de estar especializado en
literatura de terror de corte gótico y maneja un estilo bien cuidado que
recuerda a los grandes literatos ingleses, maestros de las buenas historias de
fantasmas del siglo XIX.
LOS OJOS EN EL ESPEJO habla de como el egiptólogo John Hadley, después de la pérdida de su
mujer Alice en un accidente de avión en mitad del océano, entra en una gran
depresión y decide retirarse a una pequeña localidad cerca de Worcester llamada
Blackdawn. Allí conoce a sus arrendadores, unos personajes un tanto extraños,
que cuentan con unos hijos de personalidad inquietante. Pronto se ve envuelto
en unos horribles hechos sobrenaturales que suceden en el interior de un
antiguo caserón abandonado, cerca de dónde vive, un lugar llamado Blackdawn
House, que en otro tiempo fue un manicomio y que saliendo ardiendo en extrañas
circunstancias matando a todos sus inquilinos. Los muertos están muertos, se
dice. Nada pueden contra los vivos, se equivoca. John Hadley, en uno de sus acercamientos
a Blackdawn House, descubre un cementerio y encuentra una tumba abierta con su nombre
inscrito en la lápida. Asustado, amenazado, llama a su amigo el famoso
detective Henry Saville…, pues necesita ayuda.
Fenómenos sobrenaturales y esoterismo en un thriller que atrapa al
lector desde las primeras líneas y que no permite un respiro de alivio hasta el
final de la novela.
LA MALDICIÓN DE LA
BANSHEE se presenta como una nueva obra
atrapante, llena de intrigas y con ambiente céltico. Alice, la joven protagonista,
criada en un orfanato, comienza su trabajo en la claustrofóbica mansión de los
Kavanagh, una familia irlandesa, tan antigua como maldita, que no sólo guarda
ciertos secretos, a veces innombrables, sino que, en sus paredes, da cobijo a
lo inconfesable. Alice Tendrá que hacer frente a un inquietante destino
impuesto por la directora, lleno de temores y malos presagios, personificados
en la figura de la banshee. La muerte es una constante amenaza y un amuleto
rúnico y una cruz celta, la salvación.
El misterio y sus enigmas, en el momento justo, invita a seguir la
narración. Su resultado: un viaje al corazón de lo oculto y del miedo, donde encontramos
sucesos y ritos inesperados. Y, al fondo, también la atmósfera neblinosa y
ocluida y desolada de parajes
irlandeses. La maldición que rodea a Kavanagh Hall y la mansión en sí misma son
los auténticos protagonistas de esta novela, pues son un ente más y no un
simple misterio a resolver.
EL PALACIO DE LA NOCHE
ETERNA
Un zahro no es un vampiro; no se limita a beber sangre, sino que
necesita apoderarse del cuerpo por entero; su leyenda del mal no se creó en el
frío feudal de la Europa Oriental sino en la segregación colonialista de
África; no recorre paisajes despoblados, sino las calles de una ciudad de hoy,
iluminadas por rótulos de neón, y no encontrará sólo la valentía como oponente;
sino la solidaridad profundamente humana que nace de la familia, la amistad y
la cultura.
Cuando alguien le comunica que Jeremy Mortimer ha regresado a
Kensfield, Christopher está necesitado de buenas noticias. Tal como la niebla y
el viento del otoño ensombrecen su pequeña ciudad apacible, la desgracia se
ceba en su familia: Ha perdido recientemente a sus padres, debe afrontar la
grave enfermedad de su hemana Judy, en una casa demasiado grande. La noticia del regreso de un amigo de la
infancia y de su aristocrática familia funciona como un espejismo de dicha, una
repentina y cálida vuelta a un tiempo en que Judy y sus padres estaban llenos
de vida, y el palacio de los Mortimer era un esplendoroso estallido de riqueza.
Pero nada devolverá a Chris los tiempos felices, y el palacio de los Mortimer
se ha convertido en un edificio siniestro donde parece que anida el mal. En la
pequeña librería donde Christopher trabaja y se refugia por las tardes, sus
amigos el librero Dan Higgins y su hija Dorothy comentan lo extraña que resulta
de vuelta de Suráfrica de los Mortimer. Como Dani afirma, bajo la riqueza
desproporcionada se ocultan a veces las miserias derivadas del abuso de poder.
Pero ni siquiera imagina la trascendencia de sus palabras. Sólo Sandor Balász,
el extraño huésped que ha alquilado una habitación en casa de Christopher
arrojará luz sobre lo inexplicable. Y Chris, ayudado por sus amigos, tendrá que
enfrentarse a un peligro real que, sorprendentemente, no tiene nada de humano.
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