El circo llega
sin avisar.
No viene
precedido de ningún anuncio, no se cuelga cartel alguno en los postes o vallas
publicitarias del centro, ni tampoco aparecen notas ni menciones en los
periódicos locales. Sencillamente está ahí, en un sitio en el que ayer no había
nada. Abre sólo de noche y no es un circo cualquiera…
Le Cirque des
Rêves, pues ése es su nombre, es en realidad el escenario de una feroz
competición: un terrible duelo entre dos jóvenes magos, Celia y Marco,
entrenados desde pequeños para este propósito; un desafío que sus entrenadores
llevan preparando desde hace años. Lo que no saben, y pronto descubrirán, es
que éste es un juego mortal en el que sólo puede haber un vencedor. Un precio
muy alto para dos jóvenes que acaban de descubrir el amor, un amor mágico y
profundo que ilumina todo lo que tocan. Pero la partida debe continuar, y Marco
y Celia sólo podrán confiar en el destino.
La competición
en la que se ven inmersos Celia y Marco no es un enfrentamiento entre el bien y
el mal, sino entre dos formas de pensamiento y estudio. Pero sus maestros les
han ocultado muchas cosas, como en qué consiste realmente este duelo, cómo se
decreta el ganador… El escenario en el que deben demostrar sus habilidades
tiene forma de circo, un espacio sugerente y misterioso en el que la realidad y
el sueño se entremezclan, donde no hay una pista central, sino pequeñas carpas
cada una con su espectáculo propio, algunas de ellas muy especiales como El
Jardín de Hielo.
La atmosfera
creada por Erin Morgenstern es muy sugerente, llena de pequeños detalles
evocadores. La trama abarca unos 30 años, desde finales del siglo XIX, y se
extiende por Europa y Estados Unidos, aunque su centro está en Londres. Es una
historia coral, donde cada personaje nos aporta su punto grano de arena. Todos
los personajes están muy bien realizados y a lo largo de la narración nos muestran
sus particularidades: Celia y Marco, los dos jóvenes magos, a los que vemos
crecer y cómo se preparan, pero faltos de cariño, y que se terminarán
enamorando. Isobel, la echadora de cartas, será la espía de Marcos en el circo,
movida por el amor que siente por el joven. Los gemelos, Poppet y Widget, que
nacen justo cuando la inauguración, hecho que les dará singulares poderes.
Héctor y Alexander, los dos mentores, tan diferentes y parecidos a la vez, sólo
preocupados por su juego, sin importarles las posibles consecuencias. Bailey,
el chico americano que siente que en el circo está su vida. Tsukiko, la
misteriosa contorsionista japonesa, que también esconde sus secretos. Friedrick
Thiessen, quien ha creado ese reloj tan especial que encontramos a la entrada
del circo, y que con sus comentarios en los periódicos crea los rêveuses, que
siguen el circo ciudad tras ciudad, con sus bufandas rojas y su ropa oscura.
PREMIO ALEX 2012
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