Coralline y Howard Blackwood, un matrimonio americano, ha sufrido varios abortos hasta que nace Lilly, que es albina; su madre, cristiana integrista, desde el primer momento la encerrará en el desván de la casa familiar, repitiéndole una y otra vez que es un monstruo, que ese encierro es una manera de protegerla, y sólo le permite leer la Biblia. Una vez por semana Lilly recibe la visita de su padre, que, a escondidas, le ha enseñado a leer, le lleva libros y hasta le ha regalado un telescopio para que pueda ver el exterior.
En julio de
1931, cuando Lilly tiene 9 años, aprovechando un viaje del padre, la madre la
vende a un circo; al padre le dirá que se escapó y que no sabe dónde está.
Lilly, aterrada, se siente culpable: debe de ser muy mala para que su madre la
castigue así. El comprador, Merrick, ahora su tutor legal, le repite que a
partir de ahora su casa es el circo y que no le servirá de nada intentar
escaparse. Entre maltratos continuos, la deja al cuidado de Glory, la única
compañía afectuosa de Lilly durante el durísimo proceso de adaptación al que la
somete Merrick, que la destina a la sección de los fenómenos. Cada vez que
Lilly se rebela, amenaza con llevarla a otra sección donde las mujeres se
desnudan para los hombres, o a otra peor: el burdel.
Veinte años
más tarde, Julia Blackwood regresa al hogar familiar tras el fallecimiento de Coralline,
un hogar del que huyó tres años antes tras la muerte de Howard. La única
condición para obtener la herencia va a ser residir en la propiedad, una
propiedad que ahora parece querer revelarle un oscuro secreto.
Ellen
Marie Wiseman nos cuenta esta historia en dos tiempos alternando los
capítulos de cada protagonista. Desde el primer momento vemos como la tragedia
marca ambas tramas. Nada más empezar, vemos como Julia, a pesar de tener un
trabajo y una casa, tiene que robar para comer o lavarse en los lavabos de la
tienda de abajo. La historia de Lilly contiene los momentos más duros, pues
recoge la vida en un circo de freaks, de personas a las que consideran
monstruos por sus malformaciones, y el trato que sufre los animales en un
circo.
Al final del
libro, la autora nos sorprende, y nos dan ganas de matar a Coralline y Howard,
sobre todo a ella, a pesar de que sabemos que ya están muertos.
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