Siete años
después de la muerte de Edward Hyde, un elegante caballero aparece por las
calles de Londres diciendo que es el Dr. Henry Jekyll. Tan solo el Sr.
Utterson, abogado y confidente del Dr. Jekyll sabe que es un impostor, porque Jekyll
era Hyde.
Pero mientras
este misterioso hombre se va relacionando con la alta sociedad londinense, que
le acepta como uno de los suyos, y va reclamando sus bienes, los cuerpos de sus
posibles enemigos van desapareciendo, Utterson comienza a temer por su vida y a
cuestionarse su propia cordura.
¿Puede ser que
este hombre que parece y actúa tan parecido al Dr. Henry Jekyll sea un realidad
un impostor?
Anthony
O'Neill nos ofrece una secuela brillante y deliciosa de El
Extraño Caso del Doctor Jekyll y el Señor Hyde, de Robert Louis Stevenson, una
de las obras maestras de la literatura, que cumple a la perfección como
complemento a la historia original que lidiaba con aspectos sobre la dualidad
del ser humano, mientras que es esta secuela el autor ahonda en el audaz robo
de la identidad. A diferencia del original que está más cercano al terror, la
nueva propuesta de O’Neill se centra más en el misterio, la intriga y en
resolver incógnitas, en ver si Utterson puede probar que el doctor Jekill no es
quien dice ser, sino un impostor, ya que, aunque el abogado sabe la verdad
sobre lo ocurrido siete años atrás, no puede desvelarla, pues manipuló la
escena para proteger la imagen de su amigo, y, si la revela, nadie le va a
creer ahora y parecería un sospechoso bastante interesado ya que la fortuna de
Jekill pasaría a sus manos al ser declarado éste muerto.
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