Me gusta el Cristo de
Velázquez.
La melena sobre la
cara...
y un resquicio en la
melena
por donde entra la
imaginación.
Algo se ve.
¿Como era aquel
rostro?
Mira bien,
componle tú.
¿A quién se parece?
¿A quién te recuerda?
La luz entra
por los cabellos
manchados de sangre
y te ofrece un
espejo.
¡Mira bien...! ¿no
ves cómo llora?
¿No eres tú...? ¿No
eres tú mismo?
El hombre hecho Dios.
¡Qué consuelo!
No me entendéis...
pero yo estoy alegre.
¿Por qué estoy
alegre?
No sé...
tal vez porque me
gusta más así:
el Hombre hecho Dios,
que Dios hecho Hombre
León Felipe
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