Presten atencion vuesas mercedes, que por
obra y talento del Licenciado MIGVEL
GOMEZ ANDREA, tambien conocido como GOL, usando: con destreza las artes de
la narrativa gráfica, presentamos una novela gráfica en seis cuadros, centradas
en la figura, las desdichas y parabienes que acontecieron a D. Miguel de Cervantes
Saavedra a lo largo de su azarosa vida.
Este que ves
aquí, curioso lector, con su rostro aguileño, los cabellos que pasan de castaño
al blanco, la frente lisa y desembarazada, alegres los ojos y la nariz corva, y
una espalda que se irá cargando con los años y unos pies que dejarán de ser
ligeros, es el Cervantes que nos regala el "licenciado- Miguel Gómez Andrea,
también conocido como Gol. Es su Cervantes y es el Cervantes, ese Cervantes
mito que hemos ido construyendo a lo largo de los últimos cuatrocientos años,
esos que nos separan del momento en que dejó de ser uno más de los cientos de
escritores de los Siglos de Oro en 1616 para convertirse en el más grande de
los autores en lengua española, como así lo consideramos hoy en día.
El Miguel de
Cervantes de carne y hueso, el de los sudores y la sangre, el de los caminos,
las dudas y la vida en construcción desde que nació en Alcalá de Henares en
1547, se difuminó en aquel lejano 23 de abril de 1616. Para ser más exactos, se
había ido difuminando a lo largo de los años, de esos años anónimos en que
viajó por Andalucía, Castilla La Mancha, Italia o el Mediterráneo... los años
de sus sueños de ocupar algunos de los puestos vacantes que aparecían en la
administración de la Monarquía Hispánica en América. Sobre ese Miguel de
Cervantes de carne y hueso, el escritor, el "regocijo de las musas” fue
creando un Miguel de Cervantes personaje; un Miguel de Cervantes sin aristas,
sin matices, lleno de bondades y alejado de las miserias y las dudas
cotidianas. Un personaje que emerge héroe de la batalla de Lepanto, en la que
participó siendo un soldado bisoño, el primero de sus destinos; un personaje
que se construye sin fisuras durante su cautiverio de Argel, aunque por los
rincones de los baños también se osan otras historias de las que no han
pervivido más que lejanos ecos en los datos conservados; un personaje que
comienza a vivir realmente cuando su vida se convierte en literatura, cuando
los sueños del presente, de ese presente de una edad de hierro por más que la
conozcamos como "Siglos de Oro", dejen de ser una construcción para
convertirse en un proyecto de futuro literario. Miguel de Cervantes deja de ser
el Miguel de Cervantes de carne y hueso para comenzar a vivir realmente en las
hazañas protagonizadas por Alonso Quijano, convertido a su vez en un personaje
de ficción (Don Quijote de la Mancha), y en tantos otros a los que dio vida el
autor complutense con su pluma.
Y este
Cervantes personaje, el que el propio Cervantes fue construyendo en sus
informaciones, en sus libros, en sus comentarios -como el hecho de indicar que
el Quijote fue escrito en la cárcel- con el tiempo lo hemos ido convirtiendo en
un mito, en la proyección de cada época.
En esta feliz
trayectoria se inserta de manera genial la nueva biografía que ofrece Gol, esta
novela gráfica, lector ocupadísimo, que ahora tienes entre las manos. Seis
cuadros que rescatan varios momentos puntuales de la vida de Cervantes que, de
la mano de un narrador teatral -fabulosa invención de alguien que conoce el
teatro tan desde dentro como el propio Miguel Gómez Andrea-, se convierten en
seis paradas de un relato que permite un acercamiento global a la biografía
cervantina, a esa biografía que se ha ido llenando de anécdotas, de palabras y
de diálogos en esta obra.
A los dibujos,
a los magníficos dibujos de Gol, se une también una tensión dramática que hace
que la lectura de esta biografía de Cervantes sea un tesoro de pasatiempos. El
Cervantes joven que tiene que salir de Madrid y el que termina dialogando con
sus personajes en la casa de Francisco de Robles se convierten en un suspiro de
existencia en esta obra. Los espacios cobran vida, las perspectivas y las
viñetas van marcando un ritmo que imita a una cámara que nos va llevando a
donde el autor ha querido, a ese momento especial en que Cervantes y las personas
que le acompañan en su vida parecen confesarse, hablarnos directamente a
nosotros, lectores de la obra.
Este es el
gran mérito de esta nueva biografía cervantina, que promete (y cumple) que es
de feliz y animada contemplación: da voz a una persona singular como fue Miguel
de Cervantes, sin renunciar a los datos que el propio autor fue dejando caer en
sus obras ni tampoco a ese Miguel de Cervantes mito en que proyectamos nuestros
sueños, nuestras vivencias, nuestros pensamientos...
De la mano de
los cuadros vivos ideados y dibujados por Miguel Gómez Andrea, tenemos la
impresión de que Cervantes está ahí, a nuestro lado, que habla y dialoga con
nosotros. Dos Migueles unidos en una obra singular, Miguel de Cervantes y
Miguel Gómez Andrea, que supone el mejor de los homenajes que le podemos hacer
al creador de Don Quijote y Sancho Panza en los cuatrocientos años de su
muerte. Una memoria viva que ahora se ha convertido en una explosión de líneas,
colores y voces.
José Manuel Lucía Megías
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