En memoria de las
victimas del 11 M
AYYYYY… ¿Qué ha pasado?… Qué… qué… No entiendo…
Una gran bola de fuego se ha formado en el vagón. Veo cristales
que saltan por los aires, caras de miedo, objetos que vuelan, hierros que se retuercen…
Oigo gritos de miedo y de dolor. Una ola de calor… Un follón… todo
tiembla, el tren se agita…
Y ahora no hay nada. Silencio y oscuridad.
¿Dónde está mi madre? ¿Por qué no puedo verla?
El ruido y el fogonazo han sido tan bestias que he tenido que
cerrar los ojos. Parece que es de día y de noche a la vez. Siento frío y calor;
estoy de pie y cabeza abajo. Tengo la impresión de que el tiempo no pasa, pero
que también corre mucho… Hay ruido y silencio al mismo tiempo… Estoy muy
confundido.
Una gran mano invisible, que debe de ser de un gigante como los
que atacaban a Don Quijote, me empuja hacia atrás y me lanza al vacío sin que pueda
hacer nada por evitarlo… Noto que estoy volando como una pluma. No sé en qué
posición estoy ni dónde voy a caer, si es que caigo. Me parece que este viaje
no va a terminar nunca. Tengo mucho miedo. ¡Uuuufff!
Aterrizo en algún sitio y me doy un golpe tremendo… Tengo la
sensación de que he caído sobre una persona, a la que no veo pero a la que sí
siento moverse. Espero no haberle hecho daño. Estoy tumbado, sin moverme y sin
hacer nada. No es que no quiera, es que no puedo. La fuerza invisible ha hecho
tanta presión sobre mí que me ha dejado agotado. Es como si un camión se me hubiera
caído encima y me estuviera aplastando. ¡Lo que me cuesta respirar!
Sé que ha ocurrido algo en nuestro vagón, pero no puedo moverme,
ni gritar, ni hacer nada de nada.
Me parece que el mundo se ha movido. Ha sido como un terremoto gigante
que me ha hecho temblar hasta el corazón, me ha convertido en polvo y me ha
desintegrado. Me noto ligero como una mariposa, como si estuviera vivo y muerto
a la vez. Es algo terrible que nunca me ha pasado. Tengo la impresión de que
voy a perder el sentido o a volverme loco, no sé. No entiendo nada… He sentido
la explosión muy cerca, muy fuerte, como si hubiese explotado dentro de mi
cabeza. Ha sido tan terrible que empiezo a sentirme mareado… Tengo los ojos
cerrados y no estoy seguro de que mis oídos funcionen bien. Es como estar
dentro de una lavadora que centrifuga a gran velocidad.
Intento comprender dónde estoy, pero no puedo hacer nada, es
imposible pensar. Sé que algo extraño acaba de ocurrir y estoy seguro de que va
a pasar algo peor todavía. Parece que ahora puede suceder cualquier cosa. Me encuentro
muy desconcertado y jamás en mi vida he vivido una situación como esta. No
entiendo nada. ¿Qué ha pasado?
¿Qué está ocurriendo? ¿Quién quiere hacerme daño?
Quiero gritar pero no puedo. Tengo la boca seca y no consigo
despegar los labios. Me he quedado ciego, y un poco sordo. Estoy inmóvil y me
pican los ojos.
Pero ¿qué han sido esos
ruido tan fuertes?
¿Han ocurrido de verdad o me los he imaginado?… ¿Lo he soñado
igual que los dragones que me persiguen durante las pesadillas, o es real?… He
sentido un enorme temblor que me ha cruzado por todo el cuerpo y el tren entero
se ha meneado. Soy incapaz de pensar bien. No tengo ni idea de lo que ha
ocurrido. Todavía oigo el eco de ese ruido tan espantoso. Parece que no va a
terminar nunca. Hace un calor pegajoso y noto que hay mucho humo, por eso me
cuesta respirar. Voy a quedarme quieto para ver si todo vuelve a la normalidad.
Es mejor no moverme. He notado que algo me ha pasado rozando la cabeza, aunque
no me ha golpeado… Vaya, sea lo que sea, ha chocado contra un objeto, a lo
mejor un asiento o una puerta. Ahora noto como si algunas cosas estuvieran
cayendo… Cristales, hierros, planchas… Me recuerda el día que me subí a la
montaña rusa del parque de atracciones; iba tan rápido que no era capaz de
darme cuenta de nada; tuve tanto vértigo que me sentí desorientado. Y ahora me
pasa lo mismo. No sé dónde está la puerta de salida, ni el techo, ni mi bolsa
de la ropa, ni mamá. No sé nada, no oigo nada… Creo que me he quedado sordo para
siempre y me estoy poniendo nervioso… Siento un calor muy fuerte en la mano
izquierda, está como dormida y me duele un poco. Seguro que ha recibido un
golpe… Espero que no sea grave…
Me parece que alguien se está moviendo… Sé que algo acaba de caer al
suelo, lo he notado por el temblor; y también me doy cuenta de que ha sido algo
metálico, a pesar de que no lo he escuchado bien. Es como si se hubiese caído
del techo. Me parece que mi idea es una tontería, ¿cómo se va a caer algo del
techo? Eso es imposible, los techos de los trenes no se caen solos. No pueden
caerse porque están bien sujetos. Solo se caen cuando hay un accidente. O sea,
cuando dos trenes chocan. ¿Hemos chocado con un tren?… Yo estoy seguro de que
cuando dos trenes chocan, no hacen tanto ruido. Y no explotan. Y lo que yo he
oído han sido explosiones, de eso sí que estoy seguro… El caso es que ahora que
me doy cuenta han sido dos… o tres… No sé, estoy hecho un lío… Cuando me
recupere se lo preguntaré a mamá. Ella tiene que saberlo. Mamá lo sabe todo, es
la que más cosas sabe. Seguro que me explicará lo que ha ocurrido… No veo nada,
pero intento ponerme de pie.
¡BROOOOOAAAAAAUUUUUMMMMM!
¿Otra vez?
¿Qué pasa?
¿Cuándo se van a terminar estos ruidos?
Estoy seguro de que he oído otra explosión.
¿Qué pasa, qué pasa? ¿Qué le pasa al mundo?
Vaya, acabo de recuperar el oído…
Quizá ha sido una gamberrada de alguien que ha explotado un
petardo, de esos que se usan en las ferias. Pues menuda gracia. Vaya susto que
nos ha dado… Pero me parece que no ha sido eso. Ha sido demasiado fuerte para
ser un petardo de feria. A lo mejor han lanzado un misil contra nosotros. Pero ¿quién
querría lanzar un misil contra un tren de cercanías? Eso es una bobada que se
me ha ocurrido a causa de las cosas que veo en la tele. Como todos los días
ponen noticias sobre guerras, pues me habrá influido. Pero no estoy convencido
de que haya sido un misil, ni una bomba. Si hubiera sido una bomba, habría oído
el ruido de los aviones. Eso sí que es seguro. Los bombarderos hacen mucho
ruido y sueltan un rugido que viene del cielo, que te da un miedo que te
mueres. Pero no he oído aviones. Si hubieran sido aviones me habría dado cuenta
porque estoy acostumbrado. Cerca de casa, en Torrejón, hay una base de aviones
de guerra y conozco muy bien el sonido. Algunos días los oigo pasar por encima
de nuestras cabezas. No, ha tenido que ser otra cosa. ¿Qué ha ocurrido?
Me parece que estoy oyendo llorar a alguien. No estoy seguro, pero
creo que es una señora. A ver… Sí, es una mujer que pide ayuda. No sé qué le ha
podido pasar, pero no se encuentra bien. Ahora, cuando me reponga, intentaré
ayudarla si puedo. Es posible que se le haya caído encima esa cosa que he oído
antes. Espero que no sea grave. Bueno, volviendo a lo de las explosiones, ya he
descartado lo de los petardos de feria y las bombas de los aviones, así que
solo queda una explosión de… ¡Ah, claro, ha sido la máquina que ha estallado!
Claro, ha sido la locomotora que… No, me parece que tampoco es eso. Ahora las locomotoras
son eléctricas y no estallan Antes sí estallaban porque eran de vapor y, a
veces, la presión las convertía en ollas a presión y reventaban. Pero eso ya no
ocurre. No sé qué ha podido pasar. Ha sido una explosión muy gorda. Demasiado
gorda para ser una tontería. Una explosión como esa…
¡BROOOOOAAAAAAUUUUUMMMMM!
¡Otra vez! Esta vez ha explotado un poco más lejos, detrás de mí,
seguro que ha sido en el vagón siguiente, en el sexto. Lo he notado. El suelo
ha vuelto a temblar. Y ahora sí que han caído algunas cosas. Esta tercera
explosión no ha podido ser una casualidad… ¿O es la cuarta? ¿O la quinta? Creo
que he perdido la cuenta… Nunca hay tantas detonaciones juntas. Tiene que haber
sido por algo grave… Esto es como cuando lo de las Torres Gemelas de Nueva
York, que al principio todo el mundo creía que un avión había chocado con una
de ellas por casualidad, pero a los poco minutos, pudimos ver que un segundo
avión se estrellaba de lleno contra la otra. Y entonces, nos dimos cuenta de
que habían sido dos aviones que habían chocado a propósito contra los dos
edificios… A ver si se nos han caído dos aviones encima. O alguien los ha
dirigido contra nosotros.
¡Estamos rodeados! ¡Lo mejor es no moverse!
¡Cualquier movimiento podría provocar otra explosión!
Una terrible idea me viene a la cabeza:
¡Si esto sigue así, el tren se va a desintegrar! ¡Y nosotros con
él!
Santiago García-Clairac, En un Lugar de Atocha
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