Es una propuesta de lectura dramatizada de textos del Quijote
llevada a cabo por alumnos y profesores
del IES Iturralde, de Madrid, en el marco de las celebraciones del Día del
Libro en el año 2010,
La propuesta nace de esta hipótesis: en el Quijote, como en toda
gran obra clásica, podemos encontrar ideas que pueden servir como respuesta a
preguntas que nos hacemos a partir de nuestros problemas actuales.
Desde la perspectiva de la educación literaria, esta propuesta
tiene un gran interés como modo de acceso a nuestro texto clásico por
excelencia, el Quijote, pues interrogar a la obra a partir de los problemas del
presente da sentido a la lectura y la motiva, es decir, da motivos para leer y,
con ello, anima a adentrarse en el texto y a conocerlo mejor. Y, de un modo más
general, ayuda a los alumnos a descubrir que ciertas obras del pasado siguen
hablando de cuestiones que nos interesan en el presente, y que por eso se
siguen valorando. Los alumnos aprenderán fácilmente que las obras clásicas, más
que monumentos para admirar y reverenciar, son palabras vivas que siguen
hablando de nosotros y de nuestras relaciones con el mundo.
En la presentación del proyecto
en el Ministerio de Educación, los responsables manifestaban lo siguiente:
Os haremos preguntas
sobre aquello que nos inquieta en nuestro día a día, sobre nuestra vida
cotidiana de hoy. Averiguaremos qué respuestas tiene que darnos vuesa merced.
Aprenderemos que todo buen libro, sea de la época que sea, siempre nos habla de
nosotros mismos. Y que “quien lee mucho y anda mucho, ve mucho y sabe mucho”.
Palabra a palabra, se irá
dibujando el perfil de don Quijote y será uno más entre nosotros y lo veremos
aquí, asequible, cercano, como alguien que siempre tiene mucho que decirnos.
Porque cada vez que nos acerquemos a su libro, en cada momento, en cada edad,
don Quijote se sentará a nuestro lado y nos hará disfrutar de su mundo y
aprender de nosotros mismos. ¡Dichoso aquel que aún no ha leído el Quijote,
porque tendrá el inmenso placer de leerlo por primera vez!
El proyecto completo lo podéis
encontrar en esta página. Como botón de muestra, ahí tenéis una de las
preguntas formuladas y su respuesta:
P.- Señor don Quijote,
este año me examino de la Prueba de Acceso a la Universidad. Yo quiero estudiar
Filología porque me gusta mucho la literatura. Bueno, a decir verdad, la mitad
del tiempo que estoy en la biblioteca me la paso escribiendo poemas, pero esto
es un secreto entre vos y yo. Mis padres dicen que la poesía no da de comer y
que lo que tengo que hacer es labrarme un buen futuro y quieren que sea
economista, abogado ... o algo así. Si mi padre estuviera aquí, en algún lugar
de la sala, ¿qué le diría vuesa merced?
R.- Los hijos, señor, son
pedazos de las entrañas de sus padres, y así, se han de querer, por buenos o
malos que sean, como se quieren las almas que nos dan vida; a los padres toca
el encaminarlos desde pequeños por los pasos de la virtud, de la buena crianza.
de las buenas y cristianas costumbres, para que cuando grandes sean báculo de
la vejez de sus padres y gloria de su posteridad; y en lo de forzarles que
estudien esta a aquella ciencia no lo tengo por acertado, aunque el
persuadirles no será dañoso; y cuando no se ha de estudiar para pane lucrando,
siendo tan venturoso el estudiante que le dio el cielo padres que se lo dejen,
sería yo de parecer que le dejen seguír aquella ciencia a que más le vieren
inclinado; aunque, la de la poesía es menos útil que deleitable, no es de aquellas
que suelen deshonrar a quien las posee. La poesía, señor hidalgo, a mi parecer,
es como una doncella tierna y de poca edad, y en todo extremo hermosa, a quien
tienen cuidado de enriquecer, pulir y adornar otras muchas doncellas, que son
todas las otras ciencias, y ella se ha de servir de todas, y todas se han de
autorizar con ella; pero esta tal doncella no quiere ser manoseada, ni traída
por las calles, ni publicada por las esquinas de las plazas ní por los rincones
de los palacios. Ella es hecha de una alquimia de tal virtud que quien la sabe
tratar la volverá en oro purísimo de inestimable precio. Sea, pues, la
conclusión de mi plática, señor hidalgo, que vuela merced deje caminar a su
hijo por donde su estrella le llama; que, siendo él tan buen estudiante corno
debe de ser, y, habiendo subido felizmente el primer escalón de las esencias,
que es el de las lenguas, con ellas por si mismo subirá a la cumbre de las
letras humanas.
(El Quijote, Segunda
parte, capítulo XVI)
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