Emilio Calderón vuelve a
sorprendernos con una historia apasionante y llena de intriga, La
Biblioteca, en la que rinde homenaje a los libros y a la institución
por la que siente predilección a la hora de trabajar, donde ha escrito la
mayoría de sus novelas: la Biblioteca Nacional de España.
El libro cuenta la historia de Pepe Dalmau, un joven que recién
llegado a Madrid de Nueva York para enterrar a su padre, muerto en extrañas
circunstancias, retoma una vieja relación con Natalia, su vecina, hija de un afamado
librero de viejo. De repente, Natalia desaparece, y en este punto, es cuando el
lector se va a encontrar con una serie de cometidos que Pepe Dalmau tendrá que
llevar a cabo para encontrarla y que acabarán por envolverlo en una espiral de
intrigas y aventuras que giran alrededor de un libro robado, que tendrá que
localizar, y que se encuentra en algún lugar de la Biblioteca Nacional. Lo
fantástico de esta historia pasa por el descubrimiento que hace el
protagonista, y es que, cuando éste lee el primer capítulo del libro que ha de
sustraer, descubre que la historia que contiene es la suya propia, la historia
que él mismo está viviendo
En esta novela el autor pretende transmitir que la biblioteca más
que una institución es un templo donde se guarda el saber del ser humano. A la
trama propia de esta obra, donde un joven se compromete por amor a robar una
serie de libros en la Biblioteca Nacional, se une su
carácter sentimental por ser un homenaje a los que contribuyeron a engrandecer
la institución. Calderón confiesa que ha construído durante cinco años de
trabajo un puzzle complejo por la trama que tiene y la cantidad de menciones a
libros.
En la novela se hace referencia a la donación que realizó el
erudito Luis de Usoz y Río a la Biblioteca Nacional después de
fallecer, que supuso un volumen de 10.000 ejemplares de libros prohibidos y
heterodoxos. La Biblioteca Nacional le dedicó una sala y una signatura con la
'U' de Usoz. Calderón recuerda precisamente que a mediados del siglo XIX, la
Inquisición "requisaba los libros que no creía convenientes", por lo
que la labor de este erudito se centró en introducir en España desde el
extranjero las obras desmontadas, de manera que hoja a hoja los introducía y
una vez que entraban ya en territorio español los volvía a encuadernar.
También se aborda la historia del director de la Biblioteca
Nacional durante la Guerra Civil, Tomás Navarro, que se encargó de la
evacuación de la Biblioteca, porque Madrid estaba siendo bombardeada. La labor
de Navarro fue la de rescatar infinidad de obras maestras que tenían los fondos
de la Biblioteca para que no se perdieran.
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