«Un año más, tras unas cortas vacaciones de verano en su pueblo de
origen, Fernando de Rojas volvía a Salamanca con el propósito de
proseguir sus estudios».
Así se presenta al protagonista de El Manuscrito de Piedra
en su primer capítulo, un joven Fernando de Rojas, el mismo que conoceremos
como el autor de La Celestina, cuando va a iniciar un nuevo curso en el Estudio
General de Salamanca.
Pero el curso de 1497 no tendrá un inicio tranquilo. El
catedrático de Teología es brutalmente asesinado a la entrada de la Iglesia
Mayor y su cuerpo hallado con una moneda en la boca y una marca en su mejilla
izquierda. Fernando, que ya había destacado en la Universidad por su interés en
todo tipo de saberes, no siempre ortodoxos, recibe un encargo personal del
Obispo de Salamanca: descubrir al culpable de tan atroz crimen.
Lamentablemente, este asesinato no es el único, sino solamente el primero de
una serie de ellos que atraviesan la novela y pondrán a prueba el temple y la
capacidad del bachiller Rojas.
El Manuscrito de Piedra recorre
magistralmente la vida universitaria de la Salamanca prerrenacentista a través
de la investigación de Fernando de Rojas. Aulas, conventos, mancebías,
tabernas, palacios y antros oscuros son los escenarios de las indagaciones y
aventuras de Rojas. Tirando del ovillo hasta el final, abriendo puerta tras
puerta, Fernando va encontrando respuestas sorprendentes, algunas de las cuales
le llevan a lugares que creía pertenecían al territorio de la leyenda y no de
la realidad, y a encontrarse con la vieja puta y ya ciega Celestina.
Luis García Jambrina logra con El
Manuscrito de Piedra un perfecto crisol con elementos de novela
histórica, detectivesca y de aventuras, pero sumando un gran rigor académico y
documental. Fernando de Rojas y la vieja Celestina se encuentran
cara a cara en un argumento apasionante donde se refleja la lucha de poder en
la sociedad de la época. Una novela completa que nos hace disfrutar de lugares
y sucesos, que nos hace sentir el variado y diverso bullir de ideas de los
albores del Renacimiento y que nos deja un Fernando de Rojas tan cercano y tan
vivo que el lector queda deseando encontrarlo de nuevo. Luis García Jambrina nos
ofrece un relato en favor del Humanismo, la libertad y la tolerancia, un
homenaje al autor de La Celestina y una galería de personajes inolvidables. Una
historia apasionante con grandes dosis de ironía e intriga.
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