Enviado
por Silvia
Vivo en un tejado, tengo un barco
hecho en su mayor parte de corcho blanco, una piedra mágica y una novia que no
me lo creo.
Aunque esto no siempre ha sido
así.
Por eso lo cuento.
Así comienza
esta novela de Patricia García-Rojo, cuyo protagonista es Rob, un muchacho
desgarbado que vive en un tejado, caza tesoros con su barco hecho de corcho
blanco y está perdidamente enamorado de Lana. Dividido en cien capítulos
cortos, el relato sorprende por su construcción en círculos que van desde un hecho
anclado en la realidad –un tsunami– hasta la fantasía de una piedra rosa con
propiedades mágicas, que le permite transformarse en cualquier
persona que desee. Este descubrimiento pone su vida bocarriba y lo hace pasar
por las situaciones más embarazosas.
Rob tenía 7
años cuando el mar se lo llevó todo. Ahora, once años después, la gente visita
en catamarán los pueblos de los tejados, donde viven los que, como Rob,
decidieron quedarse en los terrenos que ganó el mar. Para el resto de la gente
han pasado a ser una atracción turística, y es que no todo el mundo entiende
por qué no han vuelto tierra adentro, como los demás supervivientes. En ese
mundo sólo puedes sobrevivir de dos formas: o como cazador de tesoros o alquilando
equipos submarinos a los cazadores.
De lectura
ágil, la novela sumerge al lector en una historia vitalista con el sabor del
realismo mágico. Con unos sólidos personajes que parecen haber existido
siempre, el amor, la aventura y la magia envuelven al lector y lo llevan hasta
los mismos tejados desde donde Rob nos cuenta su vida.
El mayor
atractivo de El mar son sus personajes. Rob se desmarca de todos los tópicos
que últimamente estamos viendo en los personajes masculinos de la literatura
juvenil; es un chico tranquilo, inteligente, que busca una felicidad sencilla,
no solo para él sino para quienes le rodean. Los personajes secundarios
funcionan bien, tanto de manera independiente como dentro de la comunidad, y
los acabaremos conociendo a todos como si nosotros también hubiésemos vivido
una temporada en los tejados.
Frente a estos
personajes tenemos a los turistas, las personas que se trasladaron al interior
y cuyas vidas siguen estando dirigidas por el dinero y esa ansia inagotable por
tener más que los demás. Buscan la felicidad, pero están inmersos en su
complicada rutina sin ver que eso es precisamente lo que les impide conseguirla.
La novela es una
obra vitalista, un canto a la vida sencilla y a la búsqueda de la felicidad en los
pequeños detalles, que pone en valor el sentido del humor y el amor como
motores del mundo. Es una aventura de cazadores de tesoros en una ciudad
sumergida bajo el mar, donde lo mágico se hace cotidiano y lo cotidiano se hace
heroico.
PREMIO GRAN ANGULAR 2015
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