¡Hola, Eva!
Gracias, por haber
venido, a ti y a Loli, de Anaya, que te ha traído esta mañana.
Gracias, por esas
horas que han pasado contigo nuestros alumnos de 1º y 2º de ESO.
Gracias, por ese
taller de inteligencia emocional que les has dado.
Gracias, por
mostrarles lo que muchas veces nosotros no les sabemos transmitir.
Gracias, por enseñarles
que una palabra no es algo vacío, sino que contiene emociones, que a veces nos
estallan a flor de piel.
Que las palabras a
veces son aguijones que se nos clavan, que son avispas, como cantaba mi paisano
Bunbury
(no me acordaba que era de Enrique: la verdad, me gusta más Apuesta Por El Rock
´n´ Roll, la canción que escribió Maurizio Aznar).
Pero, también, que las palabras son un balsamo, una medicina, una herramienta que puede cambiar nuestro mundo o él de los demás.
Nos has hecho ver cómo manejamos más palabras con carga negativa que positiva; y ahí tenemos mucho que reflexionar (mis pobres Pedro y Mª Angeles, lo cortados que se han quedado).
Como escribió Alex Rovira: “Elegir las palabras adecuadas en cada momento es un ejercicio que nos puede transformar la existencia o abrirnos la puerta a escenarios interiores y exteriores que jamás hubiéramos imaginado”.
De verdad, gracias y hasta siempre
Pd,: ¿Te suena el vídeo?
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