Enviado por Julián:
Francisca trabaja como aprendiz en el scriptorium real
de Alfonso X, en Toledo; está aprendiendo el oficio de miniaturista, gracias a
su talento como dibujante, a las órdenes del maestro Yehuda. Ante ella se
cierne la sombra de un convento en el que no quiere ingresar, aunque ello
signifique abandonar su formación.
Un misterioso visitante, al que Francisca no
consigue verle la cara, hará que tres de los maestros más importantes del
scriptorium se encierren a trabajar en un encargo secreto, por el cual serán
asesinados, siendo Francisca junto a un joven musulmán, Karim, testigos del
asesinato.
Desde el primer momento, Francisca y Karim son
acusados de estas muertes, por lo que han de iniciar una investigación que demuestre
su inocencia. En esta búsqueda, los jóvenes deben superar la desconfianza mutua
que sienten por pertenecer a diferentes religiones y esferas sociales; pronto
arrinconan los prejuicios y acaban enamorándose. Finalmente, logran resolver el
enigma gracias a sus conocimientos, a su valor y a la ayuda de sus fieles
amigos.
Esta novela de Pedro Ruiz García recrea con
veracidad el Toledo del siglo XIII, donde, bajo el reinado de Alfonso X el
Sabio, conviven en una precaria armonía cristianos, musulmanes y hebreos.
Además, propicia un acercamiento a conocidas leyendas (la Mesa del Rey Salomón,
el Palacio Dorado, el Deán de Toledo…) y varias obras literarias medievales. A su ritmo
ágil, hay que añadir que la trama de misterio y aventuras recoge mensajes
cifrados, leyendas, tesoros escondidos, túneles y pasadizos subterráneos y
crímenes sin resolver.
El autor reconoce que parte de la historia trascurre
en la Escuela de Traductores, ya que le llamaba mucho la atención porque se
recuperaron muchos escritos de la época clásica griega y romana que habían
desaparecido en sus versiones latinas y se tradujeron del árabe al latín y a la
lengua romance. Asímismo, manifiesta que una chica es la protagonista para
reflejar las dificultades que tenían la mujeres en la sociedad medieval, predestinadas
por su condición familiar y socia, aunque, a pesar de ello, la corte y el
scriptorium de Alfonso X «El Sabio» en Toledo dio la oportunidad a
intelectuales y eruditos de otras tierras e incluso a mujeres, que se dedicaron
a labores de dibujo, diseño y traducción, como atestiguan documentos
históricos.
FINALISTA DEL PREMIO
GRAN ANGULAR 2012
FINALISTA DEL PREMIO H
2014
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