Enviado por Maite.
De vuelta a casa por Navidad
Las fiestas navideñas no son solo una época de diversión, sino
también el momento de cumplir con las visitas de compromiso. Al igual que el
salmón que nada desesperadamente corriente arriba, nos sentimos impelidos
—empujados por la culpabilidad o por las buenas intenciones— a realizar ese
viaje, sabiendo perfectamente cómo puede acabar. Aunque preferiríamos estar en
una playa, en una pista de esquí o posiblemente en cualquier otro lugar, ya que
una visita al hogar familiar puede convertir incluso la reunión más sagrada en
un absoluto infierno.
Charlotte es un fantasma que no está contenta con su vida después
de la muerte y que se pasa la víspera de Navidad discutiendo con todo el mundo
por su falta de entusiasmo ante las fechas que llegan. Ni sus amigas ni su
novio son capaces de hacerla entrar en razón y termina deseando no haber muerto
nunca. Y, ¿sabéis qué pasa algunas veces cuando deseamos algo con mucha fuerza?
Pues que se hace realidad. Por eso hay que tener mucho cuidado con lo que se
desea.
Charlotte se despierta en el instituto en el que murió y se da
cuenta de que en lugar de morir asfixiada con un osito de goma, ha sido capaz
de escupirlo y continuar respirando como el resto de los mortales. Poco a poco
va olvidándose de sus amigos del Más Allá, los únicos que ha tenido nunca, y se
centra en caer bien a Petula, las Wendys, Damen y Scarlet, que vienen siendo,
las chicas más populares del instituto, el guapo capitán del equipo de fútbol y
la hermana rara de la chica popular, respectivamente.
Los amigos del Más Allá, los que están muertos, hacen todo lo
posible para llevarla de vuelta, pero Charlotte no quiere casi oírles. Por otro
lado poco a poco va consiguiendo que los personajes arriba mencionados le vayan
haciendo caso, para bien o para mal, hasta convertirse en alguien para ellos.
Hasta el momento de su muerte unos años antes había sido invisible para todo el
mundo, e incluso cuando murió mucha gente no sabía quién era, y esa era una
espinita que tenía clavada y que quería quitarse
¡¡OH, NEGRA NAVIDAD!!
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