Enviado por
Carlos (S1C):
Para el
estrafalario Erik Vogler, maniático del orden y la pulcritud, las cosas no
podían empezar peor aquellas vacaciones de Semana Santa: en lugar del soñado
viaje a Nueva York con su padre, iba a tener que pasar esos días con su abuela.
Pero ni abuela ni nieto se soportan, son totalmente incompatibles; la pulcritud de uno y la
dejadez de la otra hacen que convivan a regañadientes.
Aun así, ni en
su peor pesadilla el obsesivo y temeroso Erik hubiera imaginado que se vería
involucrado en los asesinatos de unos jóvenes que están conmoviendo a toda
Alemania, que guardan relación con el ajedrez y la música de Schubert.
Beatriz
Osés nos presenta como protagonista un personaje repelente, odioso a
ratos, pero también nos sabe mostrar el lado divertido de sus manías, los
problemas que le acarrea ser tan meticuloso y delicado.
Mezclando
ingredientes de la literatura de terror y paranormal, Beatriz Osés ha creado
una trama bien urdida de misterio, humor y aventura trepidante en la que sin
embargo el principal mérito recae sobre los personajes. El ritmo se vuelve
frenético muy rápidamente, manteniendo al lector en suspense todo el rato, y
haciendo que devore esta historia sin darse cuenta.
El libro me ha
parecido interesante porque Erik vive muchas situaciones difíciles para él, al
ser un chico ordenado y limpio; lo que le va ocurriendo, a veces le termina
desesperando porque, aunque intenta buscar soluciones para todo, acaba
descubriendo nuevos hechos que le llaman la atención.
Al ir leyendo
el libro he ido descubriendo lo que le ocurría a él: que los crímenes están
relacionados por un torneo de ajedrez, que la siguiente victima podría ser
Albert Zimmer, el chico que ha conocido en el pueblo de su abuela, etc…
El libro me ha
parecido emocionante precisamente por eso, porque tenía que continuar leyendo
cada vez más, para poder averiguar el final de cada uno de los líos en los que
Erik se iba encontrando.
Pienso seguir
con más libros de Erik.
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