viernes, 30 de mayo de 2014

EN BUSCA DEL CIELO

Erase una vez una niña huérfana llamada Neve que vivía en una cabaña con la única compañía de su gatita Emma. Juntas las dos, jugaron durante muchos años en un paraíso nevado, donde el invierno jamas llegaba a su fin y los copos de nieve caian sin cesar sobre los paramos del país del hielo.

Un día, su gatita se quedo dormida para siempre. Neve no era capaz de entender por que sus ojitos no se abrían de nuevo...

Pasó el tiempo, y viendo Emma que no despertaba, decidió visitar un pequeño cementerio que había al pie de las montañas. En éste, los epitafios de las lápidas hablaban de un misterioso lugar adonde se marchaban todos aquellos que cerraban los ojos para siempre... El cielo.

Entonces, creyendo entender el enigma que encerraba la muerte, la muchacha dejó el cadáver de su gatita entre los brazos de un ángel de piedra y partió en busca del cielo...

Durante el viaje, fue confeccionandose un vestido digno de los mas bellos querubines que poblaban los cielos, y con las plumitas que los cuervos perdian en su vuelo se hizo unas pequeñas alas de ángel.

"Si todos aquellos que nunca han despertado están en el cielo, allí encontraré a mi gatita...",se repetía Neve mientras corría esperanzada bajo los copos de nieve.

Una noche fría, mientras del firmamento caían lágrimas heladas, Neve se tumbó en la nieve y exhausta de tanto caminar, se quedo dormida. Lentamente, los copos de nieve comenzaron a congelar su cuerpo cubriéndolo con sabanas de hielo... y entonces escuchó a su gatita maullar...

Desde aquel momento, la nieve cae dulcemente como el azúcar y los labios amoratados de los muertos esbozan sonrisas de felicidad.

Neve encontró a su gatita aquella noche, mientras dormía un sueño eterno, y juntas se convirtieron en los más bellos ángeles de los cielos nevados...


Dos hermosos ángeles con alitas de cuervo y vestidos morados.

Victoria Francés, Angel Wings


“Puede ser que un cuento de hadas sea más real que aquello que podemos ver y tocar, que los duendes y los espíritus existan de verdad, pues cualquier mundo que imaginemos puede llegar a ser real.

Por ello, ¿qué mejor homenaje a este pensamiento que confeccionar un elemento que tuvo su origen en un cuento de hadas?”

Angel Wings, un pequeño libreto que recoge una serie de bocetos, ilustraciones y fotografías reales que nos sumergen en el proceso de elaboración de un espectacular vestido al más puro estilo Victoria Francés. 

Nos mostrará toda la evolución del diseño, desde los primeros esbozos a lápiz hasta el resultado final.


jueves, 29 de mayo de 2014

EL IMPERTURBABLE HANS

Enviado por Silvia:

Pia, de diez años, vive en una pequeña población alemana, Bad Müstereifel, con sus padres. Durante las últimas navidades su abuela “explotó” a causa de una combustión (la laca de su pelo explotó al encender una cerilla), y ahora todos la  llaman “la nieta de la mujer que explotó”. En el colegio nadie quiere sentarse con ella  y la maestra la hace sentarse con Stefan, conocido como “el apestoso”. 

Stefan y Pia pronto se hacen inseparables. Entre sus correrías, visitan al señor Schiller, un hombre mayor que les cuenta historias de miedo relacionadas con el pueblo y sus habitantes... 

Un día desaparece una compañera de clase de Pia, y todos sospechan de Düster, el hermano de Schiller, quien años atrás ya fue sospechoso de haber secuestrado a la hija de Schiller. Pia decide lanzarse a la aventura con Stephan y resolver el misterio por su cuenta, porque está aburrida y no tiene amigo pero luego se implica más en la historia porque también sus padres están separándose y ella no se quiere ir a Inglaterra. Se trata de una forma de mostrar su rebeldía ante sus padres, de desobedecer…

Mientras las desapariciones de niñas se suceden hasta que finalmente nuestros amigos resuelven el misterio. ¿Quién será el asesino? 

Una novela negra para jóvenes lectores, y tambíén para adultos repleta de leyendas y situaciones curiosas que crean todo un universo gótico y misterioso.

martes, 27 de mayo de 2014

CRÓNICA DEL REY PASMADO

Enviado por Miguel:

La novela narra la crónica de unos días en la corte de un rey español del siglo XVII, supuestamente Felipe IV. 

El Conde-duque de Olivares está nervioso, pues España se encuentra en un momento decisivo. Se esperan dos informaciones fundamentales: los ejércitos en Flandes disputan batallas claves para los intereses españoles en aquellas tierras y una flota que procede de América se ve acosada por la armada británica. Nos jugamos no solo la destrucción de la flota si no que no haya dinero para pagar  las "nominas".  En este contexto atentar contra Dios y contra sus leyes puede resultar muy peligroso. 

Y eso es lo que esta haciendo el rey de España. Pues el rey, después de pasar una noche con la cortesana más cotizada de la corte, tiene un deseo imperioso que removerá los cimientos del Estado y de la jerarquía política y eclesiástica como si de un terremoto se tratara: ver a la reina, a su mujer, desnuda.

Tras pasar una noche con Marfisa, la más hermosa cortesana de la villa, y admirar la belleza de su cuerpo, el rey solicita ver a la reina desnuda. El capricho y la aventura del monarca llegan a oídos del Gran Inquisidor, del Valido y de toda la corte. El Estado y un sector de la Iglesia, representado por el padre Villaescusa, se opondrán al deseo real ya que ven en él la causa de graves dificultades para el país. Pero el conde de la Peña Andrada y un jesuita, el padre Almeida, apoyarán al joven rey y harán todo lo posible para que los jóvenes esposos puedan encontrarse.

La novela destila el humor más habitual de la literatura de Gonzalo Torrente Ballester, quien crea una perfecta parodia de la alta sociedad española del momento, de sus preocupaciones y sus miedos, de sus tópicos y sus costumbres. Entre sus méritos, destaca la elaboración de los personajes: el rey, el conde de la Peña Andrada, Marfisa, Lucrecia, el Conde-duque de Olivares, el padre Almeida o el padre Villaescusa.

PREMIO PRINCIPE DE ASTURIAS 1982
PREMIO CERVANTES 1985

EL CEMENTERIO DE LOS LIBROS OLVIDADOS

Todavía recuerdo aquel amanecer en que mi padre me llevó por primera vez a visitar el Cementerio de los Libros Olvidados. Desgranaban los primeros días del verano de 1945 y caminábamos por las calles de una Barcelona atrapada bajo cielos de ceniza y un sol de vapor que se derramaba sobre la Rambla de Santa Mónica en una guirnalda de cobre líquido. (…)

Las calles aún languidecían entre neblinas y serenos cuando salimos al portal Las farolas de las Ramblas dibujaban una avenida de vapor, parpadeando al tiempo que la ciudad se desperezaba y se desprendía de su disfraz de acuarela. Al llegar a la calle Arco del Teatro nos aventuramos camino del Raval bajo la arcada que prometía una bóveda de bruma azul. Seguí a mi padre a través de aquel camino angosto, más cicatriz que calle, hasta que el reluz de la Rambla se perdió a nuestras espaldas. La claridad del amanecer se filtraba desde balcones y cornisas en soplos de luz sesgada que no llegaban a rozar el suelo. Finalmente, mi padre se detuvo frente a un portón de madera labrada ennegrecido por el tiempo y la humedad. Frente a nosotros se alzaba lo que me pareció el cadáver abandonado de un palacio, o un museo de ecos y sombras. (…)

Un hombrecillo con rasgos de ave rapaz y cabellera plateada nos abrió la puerta. Su mirada aguileña se posó en mí, impenetrable. (…) Una penumbra azulada lo cubría todo, insinuando apenas trazos de una escalinata de mármol y una galería de frescos poblados con figuras de ángeles y criaturas fabulosas. Seguimos al guardián a través de aquel corredor palaciego y llegamos a una gran sala circular donde una auténtica basílica de tinieblas yacía bajo una cúpula acuchillada por haces de luz que pendían desde lo alto. Un laberinto de corredores y estanterías repletas de libros ascendía desde la base hasta la cúspide, dibujando una colmena tramada de túneles, escalinatas, plataformas y puentes que dejaban adivinar una gigantesca biblioteca de geometría imposible. Miré a mi padre, boquiabierto. El me sonrió, guiñándome el ojo.

—Daniel, bienvenido al Cementerio de los Libros Olvidados.

Salpicando los pasillos y plataformas de la biblioteca se perfilaban una docena de figuras. Algunas de ellas se volvieron a saludar desde lejos, y reconocí los rostros de diversos colegas de mi padre en el gremio de libreros de viejo. A mis ojos de diez años, aquellos individuos aparecían como una cofradía secreta de alquimistas conspirando a espaldas del mundo. Mi padre se arrodilló junto a mí y, sosteniéndome la mirada, me habló con esa voz leve de las promesas y las confidencias.

—Este lugar es un misterio, Daniel, un santuario. Cada libro, cada tomo que ves, tiene alma. El alma de quien lo escribió, y el alma de quienes lo leyeron y vivieron y soñaron con él. Cada vez que un libro cambia de manos, cada vez que alguien desliza la mirada por sus páginas, su espíritu crece y se hace fuerte. (…) Nadie sabe a ciencia cierta desde cuándo existe, o quiénes lo crearon. Te diré lo que mi padre me dijo a mí. Cuando una biblioteca desaparece, cuando una librería cierra sus puertas, cuando un libro se pierde en el olvido, los que conocemos este lugar, los guardianes, nos aseguramos de que llegue aquí. En este lugar, los libros que ya nadie recuerda, los libros que se han perdido en el tiempo, viven para siempre, esperando llegar algún día a las manos de un nuevo lector, de un nuevo espíritu. (…) La costumbre es que la primera vez que alguien visita este lugar tiene que escoger un libro, el que prefiera, y adoptarlo, asegurándose de que nunca desaparezca, de que siempre permanezca vivo. Es una promesa muy importante. De por vida —explicó mi padre—. Hoy es tu turno.



Por espacio de casi media hora deambulé entre los entresijos de aquel laberinto que olía a papel viejo, a polvo y a magia. Dejé que mi mano rozase las avenidas de lomos expuestos, tentando mi elección. Atisbé, entre los títulos desdibujados por el tiempo, palabras en lenguas que reconocía y decenas de otras que era incapaz de catalogar. Recorrí pasillos y galerías en espiral pobladas por cientos, miles de tomos que parecían saber más acerca de mí que yo de ellos. Al poco, me asaltó la idea de que tras la cubierta de cada uno de aquellos libros se abría un universo infinito por explorar y de que, más allá de aquellos muros, el mundo dejaba pasar la vida en tardes de fútbol y seriales de radio, satisfecho con ver hasta allí donde alcanza su ombligo y poco más. Quizá fue aquel pensamiento, quizá el azar o su pariente de gala, el destino, pero en aquel mismo instante supe que ya había elegido el libro que iba a adoptar. O quizá debiera decir el libro que me iba a adoptar a mí. Se asomaba tímidamente en el extremo de una estantería, encuadernado en piel de color vino y susurrando su título en letras doradas que ardían a la luz que destilaba la cúpula desde lo alto. Me acerqué hasta él y acaricié las palabras con la yema de los dedos, leyendo en silencio
.
La Sombra del Viento
Julián CARAX

Jamás había oído mencionar aquel título o a su autor, pero no me importó. La decisión estaba tomada. Por ambas partes. Tomé el libro con sumo cuidado y lo hojeé, dejando aletear sus páginas. Liberado de su celda en el estante, el libro exhaló una nube de polvo dorado. Satisfecho con mi elección, rehice mis pasos en el laberinto portando mi libro bajo el brazo con una sonrisa impresa en los labios. Tal vez la atmósfera hechicera de aquel lugar había podido conmigo, pero tuve la seguridad de que aquel libro había estado allí esperándome durante años, probablemente desde antes de que yo naciese.

Aquella tarde, de vuelta en el piso de la calle Santa Ana, me refugié en mi habitación y decidí leer las primeras líneas de mi nuevo amigo. Antes de darme cuenta, me había caído dentro sin remedio. La novela relataba la historia de un hombre en busca de su verdadero padre, al que nunca había llegado a conocer y cuya existencia sólo descubría merced a las últimas palabras que pronunciaba su madre en su lecho de muerte. La historia de aquella búsqueda se transformaba en una odisea fantasmagórica en la que el protagonista luchaba por recuperar una infancia y una juventud perdidas, y en la que, lentamente, descubríamos la sombra de un amor maldito cuya memoria le habría de perseguir hasta el fin de sus días. A medida que avanzaba, la estructura del relato empezó a recordarme a una de esas muñecas rusas que contienen innumerables miniaturas de sí mismas en su interior. Paso a paso, la narración se descomponía en mil historias, como si el relato hubiese penetrado en una galería de espejos y su identidad se escindiera en docenas de reflejos diferentes y al tiempo uno solo. Los minutos y las horas se deslizaron como un espejismo. Horas más tarde, atrapado en el relato, apenas advertí las campanadas de medianoche en la catedral repiqueteando a lo lejos. Enterrado en la luz de cobre que proyectaba el flexo, me sumergí en un mundo de imágenes y sensaciones como jamás las había conocido. Personajes que se me antojaron tan reales como el aire que respiraba me arrastraron en un túnel de aventura y misterio del que no quería escapar. Página a página, me dejé envolver por el sortilegio de la historia y su mundo hasta que el aliento del amanecer acarició mi ventana y mis ojos cansados se deslizaron por la última página. Me tendí en la penumbra azulada del alba con el libro sobre el pecho y escuché el rumor de la ciudad dormida goteando sobre los tejados salpicados de púrpura. El sueño y la fatiga llamaban a mi puerta, pero me resistí a rendirme. No quería perder el hechizo de la historia ni todavía decir adiós a sus personajes.

En una ocasión oí comentar a un cliente habitual en la librería de mi padre que pocas cosas marcan tanto a un lector como el primer libro que realmente se abre camino hasta su corazón. Aquellas primeras imágenes, el eco de esas palabras que creemos haber dejado atrás, nos acompañan toda la vida y esculpen un palacio en nuestra memoria al que, tarde o temprano —no importa cuántos libros leamos, cuántos mundos descubramos, cuánto aprendamos u olvidemos—, vamos a regresar. Para mí, esas páginas embrujadas siempre serán las que encontré entre los pasillos del Cementerio de los Libros Olvidados.

Carlos Ruíz Zafón, La Sombra del Viento

domingo, 25 de mayo de 2014

25 DE MAYO: DÍA DEL ORGULLO FREAKY

¿Y si jugamos a piedra, papel, tijera, lagarto, Spock?

Que mejor forma de celebrar el día del orgullo freaky que hablando de The Big Bang Theory, comedia de situación americana  estrenada en el año 2007.

La serie comienza con la llegada de Penny, aspirante a actriz, al apartamento vecino que comparten Sheldon y Leonard, dos físicos, que trabajan en el Instituto Tecnológico de California. Leonard y Sheldon son intelectuales brillantes en su trabajo, amigos a su vez de Howard y Raj, que son presentados como unos completos geeks, muy alejados de las inquietudes y problemas de la gente común. En el curso de la serie se muestra la dificultad de los protagonistas masculinos para relacionarse con personas fuera de su entorno, principalmente de sexo femenino, dando lugar a situaciones cómicas.

La serie contiene una gran cantidad de situaciones muy cómicas y referencias a principios y teorías físicas auténticas, aunque simplificadas al máximo para poder ser entendidas rápidamente por la audiencia que no posea estudios en física, matemáticas o ingeniería. También aparecen referencias cómicas a series de culto, videoconsolas y videojuegos, cómics de DC y de Marvel, sistemas operativos, redes sociales e internet y juegos de rol.

Aquí os dejo la música completa de la intro subtitulada en español. Vale la pena:


sábado, 24 de mayo de 2014

LOOR A LA LECTURA

Ya está: sólo soy un lector. Lo demás es miseria o corolario. Y el lugar de un lector, su palacio, su aula y su palestra es la biblioteca. He leído que algunos aprenden grandes cosas sobre el universo y nuestras servidumbres para con él bajando a las cloacas o convocando a los dioses: por mi parte, sólo puedo decir que leí su testimonio junto a muchos otros y eso me basta. Supongo que tendrán razón, lo mismo que yo tengo una para no haberlos imitado. De modo que si me inquieren sobre qué libro o libros me llevaría a una isla desierta no sé cómo contestar porque la única isla desierta que conozco —desierta de adláteres pero abarrotada de íntimos fantasmas— es precisamente la biblioteca en la que moro desde que tengo uso de razón, o lo que es igual: capacidad de leer. (...)

No voy a recomendar a nadie la lectura como no pretendo aconsejar la dulce y fiera práctica del coito o la degustación de ese amigo de los hombres, el vino.

Toda pasión tiene sus peligros y sólo los idiotas sueñan con una vida apasionadamente segura, como sólo los exangües buscan una seguridad apática.

Quien no quiera mojarse que no aprenda a nadar, ni se atreva a amar o a beber. Y que no lea tampoco o que sólo lea para aprender, para destacar, para hacerse sabio o famoso, es decir: para seguir siendo idiota. El que valga para leer, leerá: en pergamino, en volumen encuadernado en piel, en libro de bolsillo, en hoja volandera o en la pantalla del ordenador. Leerá por nada y por todo, sin objetivo y con placer, como quien respira, como quien se embriaga o enreda sus piernas en las de alguien apetecible. Sólo eso importa, cuando la pasión manda.

Y así he leído yo no toda mi vida pero sí en los mejores momentos de mi vida. Ahora retrocedo un poco y acaricio con los ojos esta sobrecargada biblioteca con la que vivo, en la que vivo. Es como la farmacia de un viejo alquimista, donde pueden buscarse analgésicos y afrodisíacos, tónicos y conjuros diabólicos, visiones de gloria o pesadilla y la seca agudeza descarnada que revela lo real.

Ya es hora de volver a ella.

Fernando Savater

viernes, 23 de mayo de 2014

DEL DIARIO DE JONATHAN HARKER

El carruaje avanzó rápido en línea recta; luego dimos una curva completa y nos internamos por otro camino. Me pareció que dábamos vueltas sobre el mismo lugar; así pues, tomé nota de un punto y confirmé mis sospechas. Al cabo de un rato, sin embargo, sintiéndome curioso por saber cuánto tiempo había pasado, encendí un fósforo, y a su luz miré mi reloj; faltaban pocos minutos para la medianoche. Esto me dio una especie de sobresalto, pues supongo que la superstición general acerca de la medianoche había aumentado debido a mis recientes experiencias. Me quedé aguardando con una enfermiza sensación de ansiedad.

Entonces un perro comenzó a aullar en alguna casa campesina más adelante del camino. Dejó escapar un lúgubre aullido, como si tuviese miedo. Su llamada fue recogida por otro y por otro y otro, hasta que, nacido como el viento que pasaba suavemente a través del desfiladero, comenzó un aterrador concierto de aullidos que parecían llegar de todos los puntos del campo, tan lejos como la imaginación alcanzase a captar a través de las tinieblas de la noche. Desde el primer aullido los caballos comenzaron a piafar y a inquietarse, pero el cochero les habló tranquilizándolos, y recobraron la calma, aunque temblaban y sudaban como si acabaran de pasar por un repentino susto. Entonces, desde las montañas que estaban a cada lado de nosotros, llegó un aullido mucho más fuerte y agudo, el aullido de los lobos, que afectó a los caballos y a mi mismo, pues estuve a punto de saltar de la calesa y echar a correr, mientras que ellos retrocedieron y se encabritaron, de manera que el cochero tuvo que emplear toda su fuerza para impedir que se desbocaran. Sin embargo, a los pocos minutos mis oídos se habían acostumbrado a los aullidos, y los caballos se habían calmado tanto que el cochero pudo descender y pararse frente a ellos. Los sobó y acarició, y les susurró algo, tal como he oído que hacen los domadores de caballos, y con un efecto tan extraordinario que bajo estos mimos se volvieron nuevamente bastante obedientes, aunque todavía temblaban. El cochero se sentó, sacudió sus riendas y reiniciamos nuestro viaje a buen paso.

Pronto nos encontramos obstruidos por árboles, que en algunos lugares cubrían por completo el camino, formando un túnel a través del cual pasábamos. Y además, gigantescos peñascos amenazadores hacían valla a cada lado. A pesar de encontrarnos así protegidos, podíamos escuchar el viento que se levantaba, pues gemía y silbaba a través de las rocas, y las ramas de los árboles chocaban entre sí al pasar nosotros por el camino. Hizo cada vez más frío y una fina nieve comenzó a caer, de tal manera que alrededor de nosotros todo estaba cubierto por un manto blanco. El aguzado viento todavía llevaba los aullidos de los perros, aunque éstos fueron decreciendo a medida que nos alejábamos. El aullido de los lobos se acercó cada vez más, como si ellos se fuesen aproximando hacia nosotros por todos lados. Me sentí terriblemente angustiado, y los caballos compartieron mi miedo. Sin embargo, el cochero no parecía tener ningún temor; volvía la cabeza hacia la izquierda y hacia la derecha, pero yo no podía ver nada a través de la oscuridad.

A la izquierda, divisé el débil resplandor de una llama azul. El cochero lo vio; inmediatamente paró los caballos y, saltando a tierra, desapareció en la oscuridad. Yo no sabía qué hacer, y los aullidos de los lobos parecían acercarse; pero el cochero apareció otra vez, y sin decir palabra tomó asiento y reanudamos nuestro viaje. Este incidente éste se repitió una y otra vez, y ahora, al recordarlo, me parece una pesadilla horripilante. Una vez la llama apareció tan cerca del camino que hasta en la oscuridad que nos rodeaba pude observar los movimientos del cochero. Se dirigió a donde estaba la llama azul (debe haber sido muy tenue, porque no parecía iluminar el lugar alrededor de ella), y tomando algunas piedras las colocó en una forma significativa. En una ocasión fui víctima de un extraño efecto óptico: estando él parado entre la llama y yo, no pareció obstruirla, porque continué viendo su fantasmal luminosidad. Esto me asombró, pero como sólo fue un efecto momentáneo, supuse que mis ojos me habían engañado debido al esfuerzo que hacía en la oscuridad. Luego, por un tiempo, ya no aparecieron las llamas azules, y nos lanzamos velozmente a través de la oscuridad con los aullidos de los lobos rodeándonos, como si nos siguieran en círculos envolventes.

Finalmente el cochero se alejó más, y durante su ausencia los caballos comenzaron a temblar más que nunca y a piafar y relinchar de miedo. No pude ver ninguna causa que motivara su nerviosismo, pues los aullidos de los lobos habían cesado por completo; pero entonces la luna, navegando a través de las negras nubes, apareció detrás de la dentada cresta de una roca saliente revestida de pinos, y a su luz vi alrededor de nosotros un círculo de lobos, con dientes blancos y lenguas rojas y colgantes, con largos miembros sinuosos y pelo hirsuto. Eran cien veces más terribles en aquel lúgubre silencio que los rodeaba que cuando estaban aullando. Por mi parte, caí en una especie de parálisis de miedo. Sólo cuando el hombre se encuentra cara a cara con semejantes horrores puede comprender su verdadero significado.

De pronto, los lobos comenzaron a aullar como si la luz de la luna produjera un efecto peculiar en ellos. Los caballos se encabritaron y retrocedieron, y miraron impotentes con unos ojos que giraban de manera dolorosa; pero el círculo viviente de terror los acompañaba a cada lado; forzosamente tuvieron que permanecer dentro de él. Yo le grité al cochero que regresara, pues me pareció que nuestra alternativa era abrirnos paso a través del círculo, y para ayudarle a su regreso grité y golpeé a un lado de la calesa, esperando que el ruido espantara a los lobos de aquel lado y así él tuviese oportunidad de subir al coche.

Cómo finalmente llegó es cosa que no sé; pero escuché su voz alzarse en un tono de mando imperioso, y mirando hacia el lugar de donde provenía, lo vi parado en medio del camino. Agitó los largos brazos como si tratase de apartar un obstáculo impalpable, y los lobos se retiraron, justamente en esos momentos una pesada nube pasó a través de la cara de la luna, de modo que volvimos a sumirnos en la oscuridad.

Cuando pude ver otra vez, el conductor estaba subiendo a la calesa y los lobos habían desaparecido. Todo esto fue tan extraño y misterioso que fui sobrecogido por el pánico, y no tuve valor para moverme ni para hablar. El tiempo parecía interminable mientras continuamos nuestro camino, ahora en la más completa oscuridad, pues las negras nubes oscurecían la luna. Continuamos ascendiendo, con ocasionales períodos de rápidos descensos, pero ascendiendo la mayor parte del tiempo.

Tuve conciencia de que el conductor estaba deteniendo a los caballos en el patio interior de un inmenso castillo ruinoso en parte, de cuyas altas ventanas negras no salía un sólo rayo de luz, y cuyas quebradas murallas mostraban una línea dentada que destacaba contra el cielo iluminado por la luz de la luna.

Bram Stoker, Drácula

jueves, 22 de mayo de 2014

lunes, 19 de mayo de 2014

CUANDO HITLER ROBÓ EL CONEJO ROSA

Enviado por Maribel

Judith Kerr  traza un retrato histórico y social de la época, con carácter autobiográfico, en la que una familia judía con dos hijos debe abandonar la Alemania de 1933 antes del triunfo electoral de Hitler. Los hechos nos narran la peripecia de dicha familia víctima de la emigración, la xenofobia, el desarraigo.

En Berlín, el padre de Anna es escritor y periodista de gran prestigio; pero su oposición al movimiento nazi le pondrá en el punto de mira de la persecución antisemita. Anna y su acomodada familia deben abandonar su domicilio días antes del triunfo electoral de Hitler. Su primera residencia será Suiza pero los problemas económicos surgen y la familia opta por probar fortuna en París. Esta vez la adaptación de los chicos se complica por el desconocimiento del idioma. Las dificultades económicas aumentan, el ambiente escolar es tenso ante la llegada de tantos extranjeros y la familia cambia de país e intenta establecerse en Londres; al principio los padres proponen ir solos y cuando su situación económica mejore volverán a París a buscar a Anna y a su hermano. Los niños se oponen porque quieren que la familia esté unida en los buenos y en los malos momentos. 

Es un relato realista y emotivo (a veces, un tanto rollo) que narra con dramatismo la situación de los refugiados políticos y de sus hijos: el abandono de la tierra natal, el aprendizaje de un nuevo idioma, la adaptación a una nueva casa, a un nuevo colegio, a la pobreza... Los niños empiezan a vivir en un ambiente oscuro y aparentemente hostil en el que parece dominar el rechazo al extranjero. A medida que avanzamos en la lectura de la novela nos encontramos con que más allá del horror y de la injusticia y de manera casi imperceptible, afloran la solidaridad, la tolerancia, el amor... y estos buenos sentimientos se imponen sobre los hechos aunque nunca de manera absoluta.

El titulo responde al peluche que Anna tiene que abandonar cuando deja su casa; la protagonista siente que al perder su conejo rosa de peluche, le están arrebatando bruscamente su infancia, y se ve obligada a incorporarse al complejo mundo de preocupaciones y responsabilidades de los adultos.


PREMIO DEUTSCHER JUGENDLITERATURPREIS 1974

domingo, 18 de mayo de 2014

BLOWING IN THE WIND

 Un poema canción de Bob Dylan:

¿Cuántos caminos debe recorrer un hombre
Antes de que le llaméis hombre?
¿Cuántos mares debe surcar la blanca paloma
Antes de dormir sobre la arena?
¿Cuántas veces deben volar las balas de cañón
Antes de ser prohibidas para siempre?

¿Cuántas veces debe un hombre mirar hacia arriba
Para poder ver el cielo?
¿Cuántos oídos debe tener un hombre
Para poder oír a la gente llorar?
¿Cuántas muertes serán necesarias para que comprenda
Que ya ha habido demasiados muertos?

¿Cuántos años puede permanecer una montaña
Antes de ser arrastrada al mar?
¿Cuántos años pueden algunas gentes vivir
Antes de conocer la libertad?
¿Cuántas veces puede un hombre volver la cabeza
fingiendo no ver nada?

La respuesta, amigo mío,
está flotando en el viento,

La versión original en inglés:

How many roads must a man walk down
Before you call him a man
How many seas must a white dove sail
Before she sleeps in the sand
How many times must the cannonballs fly
Before they are forever banned

How many years can a mountain exist
Before it is washed to the sea
How many years can some people exist
Before they're allowed to be free
How many times can a man turn his head
And pretend that he just doesn't see

How many times must a man look up
Before he can see the sky
How many ears must one man have
Before he can hear people cry
How many deaths will it take
Till he knows
That too many people have died

The answer, my friend, is blowing in the wind
The answer is blowing in the wind

Aquí os dejo una versión cantada



sábado, 17 de mayo de 2014

CLANDESTINOS

Vuestros hijos ya han trabajado este texto en clase, ahora os toca reflexionar a vosotros:

Un amigo íntimo me pidió que acudiera el sábado por la noche a su casa para mostrarme algo. al llegar, abrió la puerta con aire de misterio y me hizo pasar sigilosamente a su cuarto de trabajo,. Mientras yo curioseaba entre sus libros, él iba de acá para allá, ofreciéndome té, café, whisky, como si le diera miedo entrar en materia. Tras dejar transcurrir un tiempo prudencial, le pregunté si tenía algún problema.

Me respondió que no estaba seguro y a continuación, colocando el dedo índice sobre los labios,  me arrastró al pasillo, desde donde nos dirigimos con movimientos furtivos al salón, cuya puerta estaba entreabierta. al asomarme, vi a su hijo de 18 años, instalado en el sofá, leyendo tranquilamente Madame Bovary.

De vuelta a su estudio, me miró con expresión interrogativa. "¿No te parece alarmante?", preguntó. "¿Preferirías que leyera Ana Karenina?", pregunté a mi vez. " Por Dios", gritó, " es sábado por la noche y tiene 18 años, debería estar tomando cervezas con los amigos". No le dije nada, pero lo cierto es que la imagen del joven, devorando aquella obra clásica, me había perturbado. Quizá no fuera un psicópata, pero tampoco se podía negar que le ocurría algo. Se empieza con rarezas de este tipo, que al principio hacen gracia, y se acaba leyendo a Samuel Beckett. " La lectura es buena", le tranquilicé, " en eso  está de acuerdo hasta el Ministerio de Cultura". " La lectura", respondió mi amigo, " es buena cuando tus amigos leen, como pasaba en nuestra época.  Ahora es un síntoma jodido.  Si al menos le diera por El Código Da Vinci, que no hace daño a nadie..."

Me pidió que hablara con su hijo. "Después de todo", añadió, "lo conoces desde que era un niño  te escuchará mejor que a mí".  A los pocos días, me hice el encontradizo con el chaval y entramos en un bar. Hablamos de literatura y me pidió algún consejo para abordar la lectura de los clásicos latinos, que  se le resistían. Le recomendé una edición de la Eneida y me ofrecí para que la comentáramos juntos. Pagó él y, al despedirnos, me guiño un ojo, diciéndome:"De todo esto, ni una palabra a mi padre, que está muy preocupado conmigo". Así que llevamos dos semanas leyendo clandestinamente a Virgilio. ¿Adónde vamos a llegar? 

Juan José Millás.

LAS CÉLTICAS

Este comic de Hugo Pratt  engloba seis historias donde Corto Maltés, un marino aventurero que se mete en toda clase de fregados, vuelve a una Europa sumida en la Primera Guerra Mundial.

La primera historia, El Ángel de la ventana de Oriente, nos presenta a Corto en Venecia buscando información sobre El Dorado. La única información que obtendrá proviene de un mapa tatuado en la piel de un monje.

La segunda historia, Bajo la bandera del oro, nos muestra a unos hombres de diferentes nacionalidades que buscan su propio bien común, y se unen para conseguir el oro de Nikita, Rey de Montenegro.

En Vino de Borgoña y rosas de Picardía asistimos a los últimos momentos del Barón Rojo, el as de la aviación alemana durante la Primera Guerra Mundial.


En el tinglado de la antigua farsa, es la última historia y en él encontramos a la locura como protagonista, en una aventura donde prima el espionaje, los engaños y el desamor.

Concierto en Do menor para arpa y nitroglicerina: Corto llega a Irlanda tras enterarse de la muerte de Patt Finnucan, revolucionario irlandés y amigo suyo. El viento pone la música acompañando la triste canción de Banshee al pasar por entre los huesos del esqueleto con forma de arpa de una ballena varada. Venganzas, traiciones y dobles traiciones.



Con el título Sueño de una mañana de invierno comienza un pequeño cuento homenaje a Shakespeare y a la mitología británica. Las leyendas artúricas y el Sueño de una noche de Verano de Shakespeare dan forma a  una historia donde los mitos bretones luchan por sobrevivir frente a la mitología alemana. Corto será el nuevo rey Arturo, y su Excalibur un barco remolcador. 




miércoles, 14 de mayo de 2014

COSMOS

Enviado por Julia

Libro escrito por Carl Sagan en 1980, basado en la serie de documentales Cosmos: Un viaje personal que él mismo produjo junto a su última esposa Ann Druyan.

La serie de televisión fue un éxito, y Sagan decidió publicar un libro, porque allí se pueden analizar con mayor profundidad y detenimiento los temas más complicados. Se contempla la existencia humana desde un punto de vista científico y materialista, y nos introduce hacia la conciencia de nuestro lugar y sentido en el cosmos.

Cosmos trata de la ciencia en su contexto humano más amplio y explica cómo la ciencia y la civilización se desarrollan conjuntamente. La obra aborda también el tema de las misiones espaciales destinadas a explorar los planetas más próximos a la Tierra, del origen de la vida, de la muerte del Sol, de la evolución de las galaxias y de los orígenes de la materia, los soles y los mundos, así como también los más recientes descubrimientos sobre la vida fuera de la Tierra. Con más de doscientas cincuenta ilustraciones a todo color verdaderamente asombrosas, está narrado para conseguir que las ideas científicas fuesen comprensibles y apasionantes.

Cosmos tanto la serie televisiva como el libro es una joya de la divulgación científica y uno de los mejores intentos que haya realizado alguien por compactar en un solo trabajo las principales conclusiones de la ciencia, en especial de la cosmología, de tratar de dilucidar los grandes misterios que han inquietado a la humanidad desde tiempos remotos y de darle al público en general un perspectiva más amplia y más optimista de la historia, la naturaleza y el porvenir de la humanidad.
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martes, 13 de mayo de 2014

ESCRIBIR FICCIÓN

Gotham Writer’s Workshop es actualmente una de las escuelas de escritura creativa más prestigiosas de Estados Unidos. La historia de su nacimiento es más que curiosa: en 1993 se convocaba una clase gratuita en una sala de estar del Upper West Side de Nueva York. Después de tres horas de clase se les dijo a los asistentes que podían elegir entre marcharse y no pagar nada por todo lo que habían aprendido hasta ese momento, o continuar aprendiendo a cambio de pagar el resto del curso. La mayoría se quedó, y hoy en día cuenta con más de cien profesores y más de seis mil alumnos al año.

Escribir ficción recoge de un modo práctico y accesible las técnicas que han hecho famosa a esta escuela en todo el mundo. Este libro, apoyándose en ejemplos tomados de grandes obras de la literatura, en cada capítulo nos descubre los elementos fundamentales del oficio de escritor, como son los personajes, las tramas, etcétera. Además, cuenta con ejercicios prácticos para ir aplicando a nuestra escritura los conocimientos que vayamos adquiriendo.

A lo largo del libro podemos encontrar:
  • Los elementos fundamentales del oficio de escribir: personaje, argumento, punto de vista, etcétera, esplicados de una manera exhaustiva y a la vez muy amena.
  • Conceptos clave del arte de escribir ilustrados con ejemplos tomados de grandes obras de la literatura de ficción.
  • El texto completo de «Catedral» de Raymond Carver, una de las obras maestras del cuento contemporáneo, que se va analizando a lo largo de todo el libro.
  • Ejercicios prácticos para aplicar a nuestra propia escritura todo lo que aprendemos.



lunes, 12 de mayo de 2014

LA BIBLIOTECA DE AMARGANZ

«En tiempos muy remotos reinaba en Amarganz una Anciana de Plata llamada Quana. En aquellos tiempos Amarganz era una ciudad completamente corriente, con casas de piedra y madera. Y estaba en un valle, entre colinas de bosques. Quana tenía un hijo llamado Qüin, un gran cazador. Un día, Qüin vio en los bosques un unicornio con una piedra luminosa en la punta de su cuerno. Mató al animal y se llevó la piedra a casa. Con ello atrajo una gran desgracia sobre la ciudad. Sus habitantes tuvieron cada vez menos hijos. Si no encontraban la salvación, estaban condenados a extinguirse. Pero no era posible volver a la vida al unicornio y nadie sabía qué hacer.

Quana envió mensajeros al Oráculo del Sur a fin de que le dijera lo que se debía hacer. Pero el Oráculo estaba muy lejos. El mensajero había sido joven al salir y cuando volvió era muy anciano. Quana había muerto hacía mucho tiempo y la había sucedido su hijo Qüin. También él era viejísimo, lo mismo que todos los demás amargancios. Sólo había una pareja de niños, un chico y una chica. Aqüil y Muqua.

El mensajero hizo saber lo que había averiguado: Amarganz sólo subsistiría si se convertía en la ciudad más hermosa. Sólo de esa forma quedaría reparado el crimen de Qüin. No obstante, los amargancios sólo podrían lograrlo con ayuda de los ayayai, que son los seres más feos. Se les llama también «los que siempre lloran» porque, por el pesar que les causa su propia fealdad, derraman lágrimas continuamente. Sin embargo, precisamente con esos torrentes de lágrimas lavan esa plata especial de las profundidades de la tierra y hacen con ella la más maravillosa de las filigranas.

Entonces todos los amargancios fueron a buscar a los ayayai, pero no pudieron encontrar a ninguno porque viven en las profundidades de la tierra. Finalmente sólo quedaron Aqüil y Muqua. Y los dos juntos lograron encontrar a los ayayai y convencerlos para que hicieran de Amarganz la ciudad más hermosa. Así construyeron los ayayai la primera embarcación de plata y, sobre ella, un pequeño palacio de filigrana, y pusieron la embarcación en la plaza del mercado de la despoblada ciudad. Luego orientaron bajo tierra sus torrentes de lágrimas de forma que, como fuentes, afloraran en el valle que había entre las colinas pobladas de bosques. El valle se llenó de aguas amargas y se convirtió en Murhu, el Lago de las Lágrimas, en el que flotaba el primer palacio de plata. Y allí vivieron Aqüil y Muqua.

Los ayayai habían puesto una condición a la joven pareja: que ésta y todos sus descendientes se dedicasen a cantar canciones y contar cuentos. Y mientras lo hicieran, los ayayai los ayudarían, porque de esa forma participarían también y su fealdad contribuiría a hacer algo bello. Por eso Aqüil y Muqua fundaron una biblioteca -la famosa Biblioteca de Amarganz- en la que reunieron todas mis historias. Comenzaron por ésta que acabáis de oír, pero poco a poco fueron añadiendo todas las que he contado alguna vez, y finalmente fueron tantas que ni ellos ni sus numerosos descendientes que hoy pueblan la ciudad podrían agotarlas nunca.

El que Amarganz siga existiendo hoy se debe a que los ayayai y los amargancios han cumplido su mutua promesa... aunque ninguno de los dos sabe ya nada de los otros. Sólo el nombre de Murhu, el Lago de las Lágrimas, recuerda todavía lo que ocurrió en tiempos remotos.»

Ende, Michael: La Historia Interminable



JUGLAR

Enviado por Miguel

Mi señor Campeador, Valencia te llama. Levántate y anda.

Cuenta la historia que Rodrigo Díaz de Vivar, Mio Cid, ganó su última batalla después de muerto. Dicen que ataron su cadáver al caballo y que así guió a su ejército a la victoria. 

Efectivamente, un domingo del mes de julio del año de gracia de 1099, no pudiéndose recuperar de una herida en el cuello, vio la muerte Mío Cid.

Sin embargo, gracias a las artes mágicas de las tres religiones monoteístas, en presencia de la viuda Ximena, de los capitanes del ejército y del obispo don Jerónimo, el cuerpo sin vida del Campeador resucitó por un día. Un día en el que debía de nuevo defender la ciudad del enemigo almorávide.

El artífice del hechizo fue, a petición de Ximena, Esteban de Sopetrán. Esteban, Estebanillo o Truhán, como solían llamarle, era un juglar, un truhán redomado, un pilluelo saltabancos con apariencia de muchacho destetado que, sin embargo, en 1099 llevaba ya corridos sus más de sesenta años, atesorando conocimientos y conjuros, aprendiendo de la vida y del saber vivir, escabulléndose como una sombra de mil y un peligros gracias a su prodigiosa capacidad de su cuerpo para curar. Más de sesenta años de andanzas que le condujeron aquella madrugada a la capilla ardiente en la que se velaba al Cid...

La novela es ágil, interesante. Contada en primera persona, el propio Esteban recuerda y nos cuenta sus desventuras, con un tono amargo y fatalista. La ambientación está cuidada; los personajes bien construidos. Observamos una España medieval fantástica con referencias a nuestra mitología.

FINALISTA PREMIO MINOTAURO 2006

domingo, 11 de mayo de 2014

NUEVAS TECNOLOGÍAS

A buen entendedor...



...pocas palabras bastan

RETRATO DEL TERROR

Me imagino, como posibilidad de relato, ser el capitán del SMR Titanic, John Edward Smith, el más seguro y experimentado marino de la compañía White Star Line, en el momento de convertirse en el responsable de la catástrofe. Ahora que los últimos desastres de cruceros como el Costa Concordia han puesto de relieve lo que puede hacer un capitán borracho de frivolidad, me gustaría sentir las mismas tentaciones de Smith, cuando sabes que tienes que salvar las vidas no solo de mujeres y niños, sino de todo el pasaje y de toda la tripulación, pero al mismo tiempo comprendes que es imposible, que no hay botes para casi nadie, que está cundiendo el terror y que apenas hay nada que puedas hacer. 

Sí, me gustaría ser el capitán Smith, tantas veces condecorado, para sentir su miedo, su terror, su rabia, su impotencia la noche del 14 de abril, asomado al abismo de ser un héroe por obligación. ¿Sería capaz de asumir su tarea yo? ¿Qué haría? ¿En qué o quién pensaría? ¿Buscaría un lugar seguro, intentaría salvarlos a todos, me hundiría en el barco? ¿Cómo viviría ese conflicto insoportable? 

Jaume Cabré

viernes, 9 de mayo de 2014

EL FANTASMA DE LA OPERA

El Fantasma de la Opera ha existido. No fue, como se creyó durante mucho tiempo, una invención de artistas, una superstición de empresarios, la creación medrosa del cerebro excitado de las señoritas del cuerpo de baile, de sus madres, de los acomodadores, de los empleados de la guardarropía y de la portería.

Sí, ha existido en carne y hueso, aun cuando se le dio todas las apariencias de un verdadero fantasma, es decir, de una sombra.

Desde que comencé a compulsar los archivos de la Academia Nacional de Música, me llamó la atención la coincidencia sorprendente de los fenómenos atribuidos al Fantasma, con el más fantástico de los dramas que haya conmovido a la alta sociedad parisiense, y pronto llegué a pensar que quizá se pudiera explicar racionalmente a éste por medio de aquél. Los acontecimientos no datan más que de unos treinta años, y no sería difícil encontrar todavía, ancianos muy respetables, cuya palabra no puede ser puesta en duda, que recuerdan, como si el suceso hubiera ocurrido ayer, los acontecimientos misteriosos y trágicos que acompañaron el rapto de Cristina Daaé, la desaparición del vizconde de Chagny y la muerte de un hermano mayor, el conde Felipe, cuyo cuerpo fue encontrado en el borde del lago que se extiende en cl subsuelo de la Opera, del lago de la calle Scribe. Pero a ninguna de esas personas se les había ocurrido hasta ahora relacionar con esa terrible aventura al personaje más bien legendario del Fantasma de la Opera.

La verdad penetró con dificultad en mi espíritu perturbado por una investigación que chocaba a cada instante con acontecimientos que, a primera vista, podían parecer sobrenaturales, y, más de una vez, estuve a punto de abandonar una persecución en que me extenuaba, corriendo por aferrar una vana imagen. Por último, obtuve la prueba que mis presentimientos no me hablan engañado y todos mis esfuerzos quedaron recompensados cl día en que adquirí la certidumbre de que el Fantasma de la Opera había sido algo más que una sombra (...).

El juez de instrucción del famoso asunto había llegado a la conclusión, por falta de pruebas, de que el vizconde se había vuelto loco y de que la muerte de su hermano había sido accidental, pero le quedaba la presunción de que entre los dos hermanos debió haber un drama terrible a propósito de Cristina Daaé. No supo decirme qué habla sido de Cristina,ni del vizconde. No hay para qué decir que cuando le hablé del Fantasma se limitó a reír (...). 

Cuando el persa me hubo contado, con un candor infantil, todo lo que sabía del Fantasma y me hubo dado las pruebas de su existencia, y sobre todo la extraña correspondencia de Cristina Daaé, correspondencia que iluminaba con una luz tan deslumbrante su espantoso destino, ya no me fue posible dudar. ¡No! ¡No! ¡El
Fantasma no era un mito! (...).

Se recordará que hace poco tiempo, al cavar cl subsuelo de la ópera para enterrar las voces fonografiadas de los artistas, el pico de los obreros puso a descubierto un cadáver. Pues bien, yo obtuve enseguida la prueba que ese cadáver era el del Fantasma de la Opera. Le hice palpar esa prueba al propio administrador del teatro, y poco me importa que los diarios digan que esos restos eran los de una víctima de la Comuna.

Pero hemos de volver a hablar de ese cadáver y (...) poder revivir junto con el lector, en sus más pequeños detalles, aquellas horas de puro amor y de espanto.

Gastón Leroux.

miércoles, 7 de mayo de 2014

MARINERO EN TIERRA

Sufro la mayor de las desdichas: soy marino de un mercante pero no puedo embarcarme porque me derrota siempre un miedo invencible al mar. Sin embargo, nunca quise ser marinero en tierra, y acudí a los grandes especialistas, como un médico vienés muy conocido entonces, un tal doctor Freud, que no pudo ayudarme. Como alternativa, me recomendaron a un médico conductista americano, John Watson, con el que logré entablar una correspondencia amistosa en la que él me recomendaba, como solución a mis terrores al agua, que me embarcara. Y al final le di la razón: como también quería conocer a mi benefactor, compré un pasaje en un nuevo barco que partía de Southampton en abril. Se llamaba Titanic, la travesía era larga y cada mañana me asomaba al menos una vez a las cubiertas para ver vencido al fin a mi gran enemigo azul. Lo más divertido es que parecía funcionar. Hasta la noche del 14 de abril. Por eso, mientras la orquesta seguía tocando y me hundía en las aguas, sólo yo entendía mis risas ahogadas. 

Antonio Orejudo

PUNTO A PUNTO

Enviado por Sonia

Este libro álbum de Ana María Machado para todas las edades, ilustrado con bordados, es un recorrido por la tradición literaria que hace un homenaje a la poesía y a la mujer.

Una mujer relata varias historias, enmarcadas en el relato que teje con sus hijas. La mujer teje y narra acercando así dos labores que se entrelazan, porque quien cuenta una historia, está tejiendo un mundo. Su “hilo” de voz custodia los cuentos de épocas míticas y legendarias, en el que otras mujeres también tejieron, como si fuera una tradición que ella continua:

“Quien cuenta un cuento, aumenta un punto.
Muchos cuentos, muchos puntos.
Con cada historia, la voz crecía.
Marcaba puntos.
Subía de punto.
Más firme y más decidida, entendía más la vida.”

El cuento demuestra que la literatura se encuentra en la memoria, en el encuentro con los demás. Las referencias a relatos de la tradición occidental, hacen agradable la lectura y los resignifican, al tejer lazos entre ellos. 

Lo podéis comprobar:




martes, 6 de mayo de 2014

300

Enviado por Paco:

Ya que alguien ha dado entrada al comic, voy a aprovechar: una imagen vale más que mil palabras




300 es el título de la novela gráfica de serie limitada publicada originalmente en cinco números, creada por el guionista y dibujante Frank Miller, con la colaboración de su esposa Lynn Varley en los colores.

La historia describe la batalla de las Termópilas (480 a. C.), en la que 300 guerreros espartanos trataron de frenar el avance del ejército persa de Jerjes I en su avance hacia la Grecia continental y los sucesos que desembocaron en ella desde la perspectiva de el gran Leónidas I, rey de Esparta.

Tanto el cómic como su adaptación cinematográfica generaron una amplia controversia, acusándo a Frank Miller de retratar a los persas como salvajes, y de imprimir a la obra un fuerte componente xenófobo. Además ha sido criticada por su cuestionable rigor histórico.

En 1999 obtuvo los premios Harvey a la Mejor Serie y Mejor Color y los Eisner a la Mejor Serie Limitada y Mejor Color, así como el de Mejor Autor Completo (Best Writer/Artist) para Frank Miller. 


"Espartanos, desayunad bien..
 ¡Porque hoy cenaremos en el infierno!"

LA LADRONA DE LIBROS

Enviado por Mari Luz, S1B

Érase una vez un pueblo donde las noches eran largas y la muerte contaba su propia historia...

Una historia preciosa, tremendamente humana y emocionante, que describe las peripecias de una niña alemana de nueve años,  Liesel, desde que es dada en adopción por su madre hasta el final de la guerra. Su nueva familia, gente sencilla y nada afecta al nazismo, le enseña a leer y a través de los libros Liesel logra distraerse durante los bombardeos y combatir la tristeza. Pero es el libro que ella misma está escribiendo el que finalmente le salvará la vida.

Creo que la gente debería leer este libro porque es una fantástica novela realista, que nos narra lo que sucedió a aquellos que vivieron la segunda guerra mundial como ciudadanos normales en la Alemania nazi.

Uno de los aspectos que más destaca es el narrador, pues es la Muerte, quien nos va a contar en primera persona la historia de Liesel, y de esa manera nos hace reflexionar en determinados momentos. A lo largo del libro puedes ver lo malo y lo bueno de la humanidad, la destrucción y las atrocidades que se cometen en tiempo de guerra. Y el poder de las palabras, el amor por la lectura.

Los personajes me han encantado; Himmelstrasse es un lugar con personas únicas y sorprendentes: Rudy, el amigo de Liesel;  Hans, el pintor de brocha gorda y músico aficionado que hace de padre; etc...

Me encanta que haya humor, tristeza, acción, crueldad, amor, etc...

Mejor el libro que la película: ésta te lo da todo hecho; con el primero, tienes que imaginar

lunes, 5 de mayo de 2014

EL LADRÓN DE DÍAS

Enviado por José Miguel

A Harvey, un niño como cualquier otro cansado de ir a clase y de una rutina diaria agobiante, a quien Rictus le ofrece la oportunidad de cambiar su vida marchándose a un sitio, la casa del señor Hood, donde la única obligación es divertirse todo el día. Cada día se despierta en primavera, come en un plácido verano, disfruta de juegos hogareños en la tarde de otoño y goza de los entrañables ritos navideños antes de irse a dormir. 

Como es natural no piensa en las posibles consecuencias de su decisión y deja que le guíe un desconocido a ese lugar tan maravilloso sin avisar a su familia para que no se preocupe.

En ese nuevo lugar hace amistades y recibe extrañas advertencias sobre el mismo. Al principio, como suele suceder no hace caso de nada, es más, ignora todo aquello que le dicen. Pero llega un momento en que no puede seguir rechazando lo que realmente pasa en el lugar: algunos niños desaparecen pasado el tiempo y la casa empieza a no parecerle tan atrayente como pensaba al principio, sino a asustarle. Descubre cosas increíbles, como es evidente, entre ellas que cada día pasado allí, ha sido un año en su verdadero hogar.

Pero lo peor está por venir, pues él es prisionero de la casa, la cual no lo va a dejar marchar hasta que lo consuma de todo, ya que se alimenta de la energía de los niños que admite. Con lo que sabe que tendrá que luchar contra ella y, a ser posible vencerla, para así liberar a todos los niños que han pasado por ahí.

Con El ladrón de días Clive Barker, uno de los maestros de la literatura de terror actual, recupera la tradición del cuento infantil, en el que la tragedia, el paisaje mágico e imaginación se entremezclan. Una obra apasionante y aparentemente ingenua como, en el fondo, cuidadosamente pensada. El libro incluye ilustraciones del propio autor

Hay que señalar que Norma Editorial sacó una versión en cómic de este libro, trabajo de Kris Oprisko y Gabriel Hernández, con  unos personajes que recuerdan poderosamente a los diseños de Tim Burton. Clive Barker conoce los resortes del género; es más, conoce los de ambos géneros, el del terror (que le hizo famoso) y el de la literatura para niños preadolescentes. En ese aspecto no tiene nada que envidiar al Neil Gaiman de Coraline, y la adaptación que de la novela hace Oprisko mantiene la carga inquietante y tenebrosa del original literario, presente también en muchos cuentos tradicionales. En lo referente al cómic, el trabajo de Gabriel Hernández es maravilloso: el diseño de algunos personajes está cargado de hallazgos; y basta con hojear las páginas de El ladrón de días para descubrir el peculiar universo que se esconde en ellas.



domingo, 4 de mayo de 2014

DENTRO DE UN MINUTO...

Dentro de un minuto habré muerto. En esta bala del calibre 22, incapaz de matar un ciervo pero sí un ser humano, está el final de todo. Yo, Robert Grenville, XXVII duque de mi apellido, voy a morir, y conmigo mi anémico linaje, del que soy el único representante. Es fácil acercarme el cañón a la boca, esta pistolita que parece de juguete ¡qué final más wagneriano he escogido para suicidarme! El barco más grande, el camarote más caro, el chaqué hecho por el mejor sastre, ahí se han ido mis últimas libras, la única mano de póker que he ganado en toda mi vida ¡escalera de color! Me tenderé sobre la cama ¡soy un gentleman! No quiero que la doncella se desmaye al verme. Los músicos tocan un canto de adiós, carreras por los pasillos, hasta el Titanic parece danzar para despedirme, sí, ¡buena idea! ¡Sigue bailando, mundo! Las luces se encienden y se apagan, las sirenas ululan para celebrar mi marcha. Golpean la puerta, rápido, rápido ¡antepasados que defendisteis Inglaterra en la guerra de los cien años, que no tiemble mi pulso! El cañón sabe a óxido, ¿sufriré? Será solo un momento, qué frio hace

Pilar Eyre

EL VIOLÍN NEGRO

Enviado por Sonia:

Hace cien años, unos obreros descubrieron en los subterráneos de la Ópera Garnier de París una sala elegantemente amueblada. Contenía las composiciones e instrumentos del legendario Fantasma de la Ópera, pertenencias que no tardaron en perderse en anticuarios de la ciudad.

Ahora, un siglo después, la joven Christelle, una joven violinista, cuando ve a su tío escondiendo un violín negro, no puede vencer la curiosidad y lo toca. Desde el momento en el que la primera nota musical surge del violín, la joven se verá envuelta en un misterio que la llevará a visitar los edificios más emblemáticos de París, refugiarse en las catacumbas, confiar en Kyriel, un joven misterioso salido de la nada, resolver un asesinato e intentar averiguar la verdad sobre el Fantasma de la Ópera.

Sandra Andrés Belenguer, más conocida en la red como Ladyghost, plantea desde el primer momento diferentes historias con diferentes personajes (Christine y Erik, Gastón Leroux) y épocas. Todas tienen algo en común: el violín negro, el instrumento creado por el Fantasma de la Ópera. 

Con descripciones detalladas sobre determinados ambientes y edificios de París, el libro se lee con facilidad.

Video promocional del libro:

  

sábado, 3 de mayo de 2014

EL JUEGO DE ENDER

Enviado por Pedro:

Es la novela más conocida de Orson Scott Card. Obtuvo los dos premios más prestigiosos de la ciencia ficción: el Premio Nébula a la mejor novela en 1985 y el Premio Hugo a la mejor novela en 1986. La novela se originó como un cuento de ciencia ficción en la revista Analog (1977), que recibió el Premio Ignotus de 1994, así como sendas nominaciones al Hugo y Locus de 1978. Está ambientada en un futuro donde la humanidad se enfrenta al exterminio a manos de una agresiva sociedad extraterrestre conocida como los insectores. Andrew 'Ender' Wiggin es reclutado a la edad de seis años para ser adiestrado en la Escuela de Batalla, una estación espacial donde niños superdotados son preparados desde su infancia para dirigir la próxima guerra. 

Escrita por Orson Scott Card, esta saga nos cuenta la vida e historia de Ender Wiggin, un chico que, a una edad muy temprana, se ve enfrentado a un destino que le convertirá en el genio militar que salvará al mundo en su guerra interestelar contra los "Insectores".

Una historia sencilla en su concepción, muy bien desarrollada. Las situaciones incitan al lector a dejar volar su imaginación para darles forma. Observamos cómo se educa a un grupo de niños para que sean los mejores, haciéndoles perder su infancia. Anticipándose a lo que hoy en día son las redes sociales, los hermanos de Ender, niños también, convulsionan el mundo con sus disertaciones en la red. Todo un universo de conceptos éticos: , la vida, las relaciones, la enseñanza, la familia, la niñez, etc...

Por cierto, hay bastantes diferencias entre el libro y la película. 

En sucesivas entregas de la serie, veremos dos líneas dentro de las novelas. Por un lado, en Ender el Xenocida, La Voz de los Muertos e Hijos de la Mente, que conforman junto con El Juego de Ender la serie principal, vemos la evolución de Ender hasta llegar a una edad adulta y la continuación con la de sus hijos. De trepidante novela de ciencia ficción pseudo-militar pasa a una sobre ecología planetaria. La otra línea de la Saga la conforman los libros La Sombra del Hegemón, Marionetas de la Sombra y La Sombra del Gigante, que cuentan las aventuras de los compañeros de Ender en la Escuela de Batalla (El Juego de Ender) a su regreso a la Tierra, un planeta desunido ahora que la amenaza de los Insectores ha desaparecido. Lugar aparte tiene La Sombra de Ender, aunque hay gente que la engloba en esta línea como primer libro. Narra las vivencias de Bean, lugarteniente de Ender, de manera paralela a la historia de Ender en el primer libro.

VENENOS DE EFECTO RETARDADO

Los peligros de Internet:

Una amiga me hace llegar el texto que, acerca de mi biografía, aparece en Wikipedia, y en el que se dice: “Divorciado de su primera mujer, Carmen Laforet (de la cual se divorció debido a que le confesó su homosexualidad en su noche de bodas), se casó con Sándor Márai en una boda sin muchos lujos en una playa en las Islas Canarias”.

Inmediatamente, busco en la misma enciclopedia la biografía de Carmen Laforet y, ¡maldita sea!, no aparezco como su esposo. Tampoco se me cita en la de Sándor Márai, pese a la intimidad que mantuve con él. Estos fallos no se daban en las enciclopedias analógicas, donde se cuidaban más las relaciones causa-efecto, se respetaba el orden cronológico y se evitaban los disparates de bulto. Como contrapartida, no se podían actualizar. Hay autores completamente muertos que aún figuran como vivos en las enciclopedias de papel.

Ingenuo de mí, consulto la Wikipedia con cierta frecuencia. Está al alcance de una tecla y te saca del apuro a cien por hora. No sé cuántas mentiras o inexactitudes habré perpetrado por culpa de ella, perome temo que vivimos en un mundo donde las mentiras y las inexactitudes carecen de importancia. Casualmente, entro en el artículo de la Wikipedia sobre Gonzalo Suárez, donde aparece la siguiente información: “En todas las películas que ha interpretado ha sido (sic) dirigidas y escritas por él, excepto 2 que son las siguientes:

–¿Qué he hecho yo para merecer esto? de Pedro Almodóvar.

–El elefante del rey de Victor García León”.

Tras meditar un rato, deduzco que el texto quería decir que ha dirigido todas las películas que ha interpretado, excepto las dos señaladas. Pero la frase no tiene desperdicio. Saboréenla de nuevo: “En todas las películas que ha interpretado ha sido dirigidas y escritas por él, excepto 2 que son las siguientes”. Si es cierto, como decía Valéry, que la sintaxis es una facultad del alma, el autor de este texto es un desalmado. No sabemos qué otros crímenes puede estar cometiendo por la llamada enciclopedia libre de internet, pero nos lo imaginamos entrando a saco en todos los artículos utilizando el bolígrafo al modo de un cuchillo.

Internet es un territorio fabuloso porque nada se respeta en él. Carece de normas de educación, de reglas gramaticales, de límites morales. Los artículos científicos están a la misma altura que los paracientíficos y lo normal al mismo nivel que lo paranormal. A menos que seas un experto en el tema, te puedes tragar el mayor disparate del mundo y digerirlo como una verdad fundamental. En los comentarios a los artículos periodísticos, la gente se caga en la madre del autor como el que enciende un cigarrillo. Los psicópatas corren como ratas por los callejones de ese territorio extendiendo la peste por doquier. Lo curioso es que es una peste que no se nota, que no hace daño, que no duele, al menos de momento. Algunos venenos tardan mucho tiempo en hacer efecto: son los más peligrosos, pues cuando dan síntomas ya tiene uno el hígado hecho polvo.

Me cuentan que internet es también el territorio de la venganza. Si alguien te ha hecho algo, puedes lincharlo y colgarlo de una cuerda en la red sin que te ocurra nada. Por lo visto, muchos escolares acosan a sus compañeros en los chats en los que entran después de la merienda. Internet tiene algo de puerta de retrete público. Hay en esa selva un 80 por ciento de escatología y el resto es materia oscura.

Aun así, es fabuloso. Ya no podríamos imaginar la vida sin ese continente que nos abre a horizontes nuevos cada día. De repente, yo, un tipo simple, de vida cotidiana aburrida, resulta que he sido marido, sucesivamente, de Carmen Laforet y de Sándor Márai. ¿Qué me quedará por ver aún? ¿Qué otras hazañas realizaré a lo largo de mi vida? Cualquier día de estos, entro yo mismo en el artículo de Wikipedia donde se da cuenta de mi biografía y pongo que me he retirado a una isla griega para quitarme de en medio. Y sin dejar de estar aquí, en alguna dimensión de la realidad me encontraré frente al mar, retirado del tabaco, de la bebida, del deseo, retirado de mí.

Las enciclopedias analógicas tenían el problema de la esclerosis. Quedabas retratado de un modo inamovible. Tenías, por decirlo así, una identidad de piedra. En las enciclopedias digitales puedes disfrutar de una identidad de plastilina, lo que resulta mucho más entretenido. Después de todo, haber sido el marido de Carmen Laforet y de Sándor Márai justifica una biografía. Tal vez mi vida no haya sido tan absurda como creía.

Juan José Millás