Tras el
divorcio de sus padres, Irene es enviada a un internado del sur de Inglaterra
al borde de un acantilado.
Allí vivirá
con gran dolor su primer desengaño amoroso con Liam, el tío bueno del
internado, cuando se burla en clase de una nota que ella ha escrito. Dolida,
abandona la clase de Peter Hugues y
corre hasta el acantilado.
Allí, creyendo
que va a suicidarse, la detiene Peter, quien le
castiga a correr todos los días y a enseñarle la «gramática del amor» a
través de siete grandes novelas del género, que irá sacando de la biblioteca
del centro. En esos ejemplares, encuentra anotaciones y comentarios de dos personas.
Poco a poco,
se irá enamorando de su profesor. Pero también se siente atraída por otros
jóvenes de su edad como Marcelo, Josh...
La
novela de Rocío Carmona me ha gustado mucho, porque parece el típico libro de
amor, pero tiene muchas idas y venidas.
Me
ha gustado ver cómo al principio Marcelo es un pesado , pero luego, poco a
poco, cuando no estaba, ella lo extrañaba. O también tras esa breve encuentro
con Josh, al estar él arrepentido, ella se comporta como si no hubiera pasado
nada, y tan normal.
Hay
partes que te dan pena: el divorcio de sus padres; que tenga que pasar la
Navidad lejos de casa, o que se comuniqué con su madre con un triste e-mail.
Pero todo esto queda superado con ese cambio de look y de ropa tras la
excursión, o cuando Irene le echa dos narices y se declara a su profesor aunque
éste la rechace.
Pero
sobre todo me gusta Martha, porque le encanta la fiesta y es igual que yo.
Da
gusto leerlo.
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