Marcos, un
adolescente de clase media, asesina a su padre y deja malherido a uno de sus
cuatro hermanos.
Amigos,
familiares, profesores de Marcos: nadie se explica lo sucedido.
Nadie pudo
preverlo. Las imágenes del crimen acaparan los medios.
La violencia
adolescente se adueña, de nuevo, de la actualidad.
El crimen de
Marcos no es un suceso aislado. Demasiados casos en los últimos años de menores
envueltos en situaciones de extrema violencia. Bullying. Acoso cibernético.
Ataques racistas. Trapicheos con drogas. Vídeos en YouTube con humillaciones a
profesores. Docentes deprimidos. Fracaso escolar... ¿La culpa es de los
adolescentes? ¿De sus profesores? ¿De sus padres? ¿Hay en verdad culpables o
somos todos víctimas?
Santiago,
un periodista, impulsado por estos interrogantes, decide adentrarse en el
entorno del asesino. ¿Qué sucedió el día del crimen? ¿Cómo fue la semana
anterior a los hechos?
En el
instituto en el que Marcos cursa el Bachillerato, entre apuntes, pizarras y
claustros, El reportero buscará la verdad, recopilando los testimonios de
quienes formaron parte del mundo de Marcos durante aquellos días. Un mundo en
el que sólo parece regir una única ley y una única edad: la edad de la ira.
Fernando
J. López nos ofrece una obra, en cierta manera, dura. Nos introduce en
temas como la homosexualidad, la homofobia, el acoso, el racismo, las
relaciones padres-hijos, el desencanto del profesorado, el fracaso escolar.
Al supuesto protagonista,
Marcos, no se le da la palabra en ningún momento del libro (salvo en par de
trabajos que ha hecho para el instituto), sino que mediante los relatos de
diferentes profesores, padres, compañeros y amigos obtenemos distintas
versiones sobre quién es este adolescente problemático. Toda esta información
la vamos obteniendo poco a poco, lo que nos va enganchando al relato, pues al
principio a Santiago le ocultan hechos y nadie tiene todas las piezas del
puzzle, y puede que tampoco nosotros lleguemos a saber qué pasó ese fatídico
domingo, pues sólo tenemos hipótesis y los autores y testigos de los hechos no
van a hablar, no dirán la verdad, sino que la volverán a ocultar, nos la
omitirán.
A partir de
aquí vamos a conocer a diferentes personajes: Santiago, el periodista que
recuerda su adolescencia y sus miedos en ese mismo instituto; Sonia, la jefa de
estudios, responsable con su trabajo, bordeando la depresión, tras cierto caso
el curso anterior (Eduardo, el profesor que acosa cibernéticamente y chantajea a
las alumnas) y el hecho de que el cariño de su hija sea comprado por el padre
divorciado; Álvaro, profesor de
literatura y tutor de Marcos, que por ser homosexual tiene muchos problemas;
Gema, la cínica profe de informática, que huye de la empresa privada para
disponer de horas para vivir y que no quiere implicarse, sino cumplir su
trabajo con lo mínimo; Gerardo, el director, un burócrata a la antigua usanza;
Alex, el profe pasota y coleguilla de inglés, que terminará asqueado e
implicándose a su pesar; Ahmed, el inmigrante, que sufre acoso y algunos
profesores quieren echarlo del centro, y al final se revuelve contra las
amenazas e insultos de su principal acosador; su supuesto novio o corruptor,
según el punto de vista, que lo considera como un amigo con derecho a roce; esa profesora de religión tan poco caritativa;
o ese profesor de lengua que Alvaro denomina el innombrable, que se dedica a denigrar
e insultar a los alumnos...
Y de fondo,
James Dean, en su mítica película Rebelde sin causa, junto a Natalie Wood y Sal
Mineo, que nos ayuda a entender la relación de Marcos con Sandra, su exnovia y
mejor amiga, y Raúl, su mejor amigo desde que llegó al instituto, que ahora son
pareja .
Todos ellos,
entre otros, en diferentes momentos toman la palabra bien mediante charlas,
entrevistas, informes, relatos, correos… y a partir de aquí reconstruyen el
carácter y la personalidad de Marcos, y con ellos nos preguntamos cómo pudo
machacar a su padre con la vieja Olivetti y clavar unas tijeras al hermano que
le adoraba, si eso no es propio de él.
Si quieres la
respuesta, ésta no está en el viento, sino en el libro, y, ojo, que puede estar
donde menos te lo esperas.
FINALISTA DEL PREMIO NADAL 2010
Por
cierto Fernando J. López ha preparado una versión teatral de esta
obra, que La Joven Compañía representará en Madrid durante la segunda
quincena de abril; os dejo con un tráiler de esta representación.
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