domingo, 30 de abril de 2017

TOLKIEN Y EL VIÑA


                Teniendo en cuenta el agua que ha caído este año y toda la gente que ha venido (se esperaban 200.000 personas), creo que el siguiente fragmento es bastante adecuado:

Había pasado ya la medianoche. El cielo era un espeso manto de negrura, y la quietud del aire pesado anunciaba una tormenta. De pronto un relámpago enceguecedor rasgó las nubes. Unas ramas luminosas cayeron golpeando las colinas del este. Durante un momento los vigías apostados en los muros vieron todo el espacio que los separaba de la Empalizada: iluminado por una luz blanquísima, hervía, pululaba de formas negras, algunas rechonchas y achaparradas, otras gigantescas y amenazadoras, con cascos altos y escudos negros. Centenares y centenares de estas formas continuaban descolgándose en tropel por encima de la Empalizada y a través del Foso. La marea oscura subía como un oleaje hasta los muros, de risco en risco. En el valle retumbó el trueno, y se descargó una lluvia lacerante.

J. R. R. Tolkien, Las dos Torres

Algunos asistentes afirman que ha caído tanta agua estos días que jurarían haber visto cruzar a Gollum la explanada en una barca:


viernes, 28 de abril de 2017

LOS MONSTRUOS DE MIDWAY


¿SORPRESAS EN PERSPECTIVA?

12 de julio de 2037 (UN). El entrenador Rattler Renfro, en su primera conferencia de prensa, ha prometido a la afición que los Chicago Bears, después de 15 temporadas sin conseguir el Campeonato, ofrecerán una nueva imagen en la Liga que se avecina. Cuando se le preguntó la razón por la que, durante los entrenamientos, el estadio permanece cerrado tanto para la prensa como para el público, Renfro se limitó a sonreír y responder escuetamente: «Sin comentarios».

LOS BEARS DEBUTAN CON UN 76-O

4 de septiembre de 2037 (AP). La «nueva imagen» de los Chicago Bears se reveló esta tarde con una victoria sobre los ganadores de la Super Bowl del año pasado, los North Dakota Timberwolves, por un tanteo que supone el récord absoluto de la Liga; 76-0. Los Timberwolves partían como favoritos en los pronósticos con 22 puntos de ventaja.
El entrenador Rattler Renfro puso en juego una línea delantera totalmente renovada, consistente en cinco novatos, ninguno de los cuales había jugado anteriormente al fútbol americano. Son el extremo derecho Jumbo Smith (dos metros veintitrés centímetros, 225 kilos de peso), el interior derecho Willie «Ballena» McPherson (dos treinta y nueve, 211 kilos), el centro Hannibal Cohen (dos cincuenta y dos, 232 kilos), el interior izquierdo «Montaña» O'Mara (dos treinta y cuatro, 209 kilos), y el mayor de todos, el extremo izquierdo «Enano» Tackenheim (dos metros sesenta y dos de estatura, y 262 kilos de peso).
 «Diablos, hasta yo podía haber pasado por los huecos que abrían esos tipos en nuestra línea defensiva», dijo el entrenador de los Timberwolves, Rocket Ryan. «No sé dónde los encontró Renfro, pero son sencillamente terroríficos.»
 Después de tres décadas de eclipse, parece que los Bears vuelven a ser los Monstruos de su estadio de Midway.

88-7, CUARTA VICTORIA CONSECUTIVA DE LOS BEARS

2 de octubre de 2037 (AP). «¡Esos tipos no son humanos!», dijo el zaguero de los Montana Buttes Jocko Schmidt desde su lecho en el hospital, después de que su equipo perdiera por un humillante 88-7 a manos de los Chicago Bears. «¡Ese Tackenheim debería estar en un zoo, y no en un campo de fútbol!»

LA NFL INVESTIGA ACUSACIONES

24 de octubre de 2037 (UN). La National Football' League ha anunciado que se está investigando una presunta conexión entre el ganador del Premio Nobel, doctor Alfredo Rathermann, y los Chicago Bears. Rathermann, que obtuvo el galardón por sus experimentos sobre reanimación de tejidos orgánicos muertos, declinó hacer comentarios.
George Halas VI, propietario y gerente general de los Bears, que lideran su división con siete victorias y sin derrota, calificó de «ridículas» las acusaciones.

LOS BEARS SE ASEGURAN EL TÍTULO Y PIENSAN YA EN LA SUPER BOWL

25 de diciembre de 2037 (UPI). Los Chicago Bears celebraron la Navidad arrasando a los Mississippi Riverboats por un resultado de 68-3, convirtiéndose así en el primer equipo de la NFL en el presente siglo que concluye la temporada regular sin ninguna derrota ni empate. Los Monstruos de Midway sembraron el terror, y su línea delantera abrió hueco tras hueco, por los que penetraron los zagueros de Chicago.
El entrenador Rattler Renfro, en la rueda de prensa posterior al encuentro, alabó a los Riverboats y dijo que pensaba ya en los playoffs. Al ser preguntado sobre la investigación en curso respecto a tratos entre los Bears y el doctor Alfredo Rathermann, se encogió de hombros y respondió: «Eh, yo sólo soy el entrenador. Sobre ese tema deberían preguntar al presidente».

¡RATHERMANN CONFIESA!

28 de diciembre de 2037 (UPI). El laureado Nobel Alfredo Rathermann celebró una conferencia de prensa conjunta con Roger Jamison, presidente de la National Football League, y admitió que los cinco nuevos fichajes de la delantera de los Chicago Bears son en realidad estructuras científicas creadas con fragmentos y tejidos de otros seres humanos.
Esta revelación valdrá con seguridad un nuevo Premio Nobel al doctor Rathermann, pero hasta el momento sigue sin conocerse un dato más trascendental: si se permitirá a los jugadores Smith, McPherson, Cohen, O'Mara y Tackenheim participar en los próximos playoffs de la NFL. El presidente Jamison prometió una normativa nueva antes del enfrentamiento de los Bears con Las Vegas Gamblers, dentro de once días.

LA NFL LEGISLA SOBRE LOS «MONSTRUOS»

3 de enero de 2038 (AP). El presidente Roger Jamison celebró una conferencia de prensa esta mañana para explicar la decisión de la NFL sobre la línea delantera de los Chicago Bears.
 «Después de exhaustivas reuniones con nuestros asesores jurídicos y con el Sindicato de jugadores de la NFL, hemos enmendado las reglas para señalar que el fútbol es un deporte jugado por seres humanos naturales», señaló el presidente Jamison. «Sí permitiéramos la participación de una interminable serie de creaciones del doctor Rathermann, pronto llegaría el día en que en la lista de jugadores de la NFL no habría ni un solo ser humano natural, y aunque es cierto que los partidos ganarían notablemente en interés, nos preguntamos si el público está preparado en los momentos actuales para un cambio de esa envergadura.»
 «Sin embargo -añadió-, nuestros asesores nos informan de que no existe base legal suficiente para negar a Smíth, McPherson, Cohen, O'Mara y Tackenheim, el derecho a jugar en la competición post-Liga de este año, puesto que las reglas se han cambiado después de que la lista de jugadores de los Bears recibiera la conformidad oficial.»
 Los propietarios de los restantes 47 clubs de la NFL han presentado una protesta formal, y exigen que se impida a los jugadores en cuestión participar en los inminentes playoffs.

LOS BEARS VENCEN POR 77-10 Y SE CLASIFICAN PARA LA FINAL

15 de enero de 2038 (UPI). Los Chicago Bears vencieron a los Hawai Volcanos por 77-10 esta tarde y se clasificaron para la final de la Super Bowl. Para ello debieron remontar un 10-0 adverso en el primer cuarto, después de que el Tribunal Supremo revocara el interdicto que impedía jugar a los delanteros Smíth, McPherson, Cohen, O'Mara y Tackenheim. El veredicto se hizo público a la 1.37 de la tarde, y a la 1.43 los Bears tomaron la delantera en el marcador, para no perderla ya en el resto del partido.

«LOS MONSTRUOS NO NOS ASUSTAN», DICE MCNAB

22 de enero de 2038 (UPI). A tan sólo una semana vista de la final de la Super Bowl, y con los Chicago Bears como favoritos en los pronósticos con 45 puntos de ventaja, Terry McNab, el entrenador de los Alaskan Malamutes, ha declarado que su equipo no teme a los Monstruos de Midway, y se manifestó optimista respecto al resultado del encuentro.
Cuando se le preguntó cómo podrá frenar su línea defensiva, con una media de 122 kilos por hombre, a los delanteros de los Bears, se limitó a sonreír y dijo que estaba preparando una estrategia especial.
Los Bears podrían alcanzar 50 puntos de ventaja en los pronósticos, en el momento del comienzo del partido.

MCNAB NO ASISTE A LOS ENTRENAMIENTOS

24 de enero de 2038 (UN). El entrenador Terry McNab faltó esta tarde a los entrenamientos de los Alaskan Malamutes. Los responsables del club han declinado hacer ningún comentario.

RATHERMANN REAPARECE

26 de enero de 2038 (UN). El Nobel Alfredo Rathermann, que había permanecido oculto en paradero ignorado desde el pasado 28 de diciembre, fue visto en las instalaciones del estadio de los Alaskan Malamutes, observando los entrenamientos del equipo ante su encuentro de la Super Bowl frente a los Chicago Bears.
Cuando se le preguntó si estaba interesado de forma especial en el encuentro, Rathermann respondió que su interés era «estrictamente profesional». Más tarde se le vio almorzando con el entrenador McNab y los propietarios de los Malamutes.

LOS BEARS ACUDEN A LOS TRIBUNALES
PARA IMPEDIR LA PRESENCIA DE MCNAB EN LA SUPER BOWL

28 de enero de 2038 (AP). Después de la revelación de que el cráneo del entrenador Terry McNab alberga ahora dos cerebros -el suyo propio y el del profesor Steven Hawking, conservado en hibernación desde su fallecimiento en 1998-, los Chicago Bears han acudido a los tribunales en un intento de impedir la presencia de McNab en la banda, en la final de mañana de la Super Bowl.
El médico de McNab, doctor Alfredo Rathermann, calificó de «malos deportistas» a los propietarios de los Bears, y señaló que, como McNab no jugará, su presencia no supone ningún quebrantamiento de la controvertida nueva regla de la NFL.
«Por lo demás -señaló McNab en una rueda de prensa convocada a última hora-, sigo siendo el mismo hombre de 57 años de edad y 68 kilos de peso de la semana pasada. ¿Qué amenaza puede significar para los Bears el hecho de que comparta el cerebro del difunto doctor Hawking? ¿Me parezco yo a uno de los Monstruos de Midway?»

EL TRIBUNAL FALLA EN FAVOR DE MCNAB

28 de enero de 2038 (UN). El Tribunal de Distrito ha fallado que la presencia del entrenador Terry McNab no entra en conflicto con las nuevas normas de la NFL, y se le permitirá estar presente en la campo cuando los Alaskan Malamutes, en desventaja de 53 puntos en los pronósticos, se enfrenten a los Chicago Bears mañana en el Super Bowl.

LOS MALAMUTES DERROTAN CONTRA PRONÓSTICO A LOS BEARS, POR 7-3

29 de enero de 2038 (AP). En uno de los resultados más sorprendentes de todos los tiempos, los Alaskan Malamutes han vencido a los Chicago Bears por 7-3 en la LXXIII Final de la Super Bowl.
Mediante el empleo de formaciones no ortodoxas y con ataques desde ángulos extraños, la nueva «Defensa Vector» consiguió quebrar la presuntamente imparable racha victoriosa de los Bears. El zaguero Pedro Cordero, tras recibir un pase de Bennie Philander en la esquina, desde una distancia de nueve metros, obtuvo el ensayó decisivo a los 3 minutos y 12 segundos del último cuarto.
Al ser preguntado sobre cómo había conseguido penetrar en la tan alabada linea delantera de los Bears, el único comentario del entrenador Terry McNab fue: «E = MC2».

IMPORTANTE REESTRUCTURACIÓN DE LOS BEARS

19 de febrero de 2038 (UN). Tras su devastadora derrota en la final de la Super Bowl, los Chicago Bears han cesado al entrenador Rattler Renfro, y dado la carta de libertad sin condiciones a los delanteros Jumbo Smith, Willie «Ballena» McPherson, Hannibal Cohen, «Montaña» O'Mara y «Enano» Tackenheim.
Los cinco jugadores han expresado su esperanza de iniciar una nueva carrera en la Federación Mundial de Lucha Libre.

Mike Resnick

miércoles, 26 de abril de 2017

EL LIBRO DE LOS LIBROS


Este libro que descansa ahora tan amistosa y firmemente en sus manos es fruto de una de esas casualidades que determinan la vida secreta de los libros más que cualquier planificación. El pintor, dibujante e ilustrador Quint Buchholz se encontraba una tarde en nuestro despacho para mostrarnos sus trabajos, que, como sobrecubierta de muchos de nuestros libros, habían facilitado gracias a su imaginación poética el camino hasta el lector. Extendidas las hojas en el suelo, no fue difícil reconocer el motivo que las unía a todas: el propósito de representar el libro —o sus protoformas: el papel, la máquina de escribir, la pluma— justo en el instante en que éste recibe la historia y la transmite. Independientemente de los autores, Quint había dibujado la peripecia del libro, que va por el mundo recogiendo historias, o repartiéndolas, o haciéndolas enmudecer. Con su peculiar estilo, había dibujado una Historia de la Literatura como sucesión de los motivos necesarios para el nacimiento y la supervivencia de la misma. ¿Qué resultaba más adecuado, pues, que recurrir a unos autores para que escribieran las historias que yacían implícitas en los dibujos de Quint?Enviamos un dibujo de Quint a cuarenta y seis autores de países distintos, con la petición de que escribieran el texto oculto en él. Todos colaboraron. Y así surgió este libro. Un libro revelador de muchos aspectos de la escritura y de la lectura, y que es un homenaje a un gran artista, que sigue tejiendo de forma tradicional la vieja historia que sólo puede encontrarse entre las dos tapas de un libro.

Michael Krüger

En el invierno de 1996, el escritor y editor Michael Krüger distribuyó entre un total de cuarenta y seis escritores de diferentes países del ámbito occidental un número igual de dibujos del ilustrador Quint Buchholz. Los dibujos tenían un tema común: el libro. Los autores devolvieron a Krüger cuarenta y seis textos referidos a las ilustraciones que les habían correspondido. El resultado es, naturalmente, un libro. Se publicó bajo el título de El libro de los libros, como si fuera la Biblia.

Entre los autores elegidos, figuran nueve españoles, y de sus trabajos quiero hablar, más incitado por la curiosidad que por el análisis, más por su sugerencia que por su resultado.

Dos de ellos son poetas, Ana María Moix y José Agustín Goytisolo. Ambos se han movido hacia la descripción —en esto, con dos excepciones— han coincidido con los narradores. La de José Agustín encierra un movimiento de conciencia de fuerzas opuestas (soledad-gratitud); la de Ana María se asienta en la duda o, mejor dicho, asienta una duda. Ambas son una poesía expositiva y hasta razonada, más propia, quizá, de un narrador que de un lírico, lo que les concede una gracia muy especial.

Los narradores también se apuntan mayoritariamente a la duda, pero lo hacen desde enfoques muy distintos.

Eduardo Mendoza y Javier Tomeo consideran abiertamente la intención del dibujo y, cuando apuntan un sentido, lo hacen con afán de solucionar y cerrar el asunto, pero el primero por ironía, y el segundo por deseo indisimulado, cierran la interpretación del dibujo en una sola dirección, aunque no firman una conclusión.

En cierto modo, Juan Marsé camina por esa senda, pero en cambio nos ofrece una interpretación del dibujo que le ha correspondido mucho más decidida, apuesta por un sentido y lo establece; la sugerencia está más en la descripción que en el resultado, porque éste se ofrece sin tapujos y con decisión: este dibujo contiene esta intención y punto.

Ana María Matute ataca un tema literario por excelencia: la observación de uno mismo, el desdoblamiento, mas con un matiz realmente inquietante: lo que observa es su propia ausencia del lugar que mira. «Ahí he estado y ya no estoy y eso es lo que estoy viendo», dice. Lo cual potencia, de modo extraordinario, a la imagen que le sirve de base (el globo que se aleja, los objetos que permanecen) dotándola de un fuerte dramatismo: podríamos decir que con ello devuelve a esa imagen, en un acto de gratitud artística, la sugerencia que ella le ha ofrecido.

Carmen Martín Gaite y Javier Marías apuestan decididamente por entrar en el misterio que la imagen contiene, pero lo hacen de manera muy distinta. Marías fía su trabajo al estilo y desgrana una serie de consideraciones trabadas precisamente sobre el misterio, misterio que concede de antemano a la imagen. Una vez concedido, el estilo trabaja y la voz se hace con el protagonismo de la situación: el resultado final hace que el misterio se traslade a lo que la voz dice, mientras la imagen parece alejarse, como la misma barca y su barquero. Martín Gaite logra un texto en el que, siendo absolutamente fiel al dibujo, logra doblar la sensación de misterio de éste con la de su propia escritura. Su método es, aparentemente, sencillo: da sentido a esa cama que vuela donde un padre lee a su hija un libro y les acompaña el osito de peluche; en cierto modo, diría que, para dar sentido a esa imagen fantástica, logra con decisión y desparpajo un equivalente al que Buchholz consigue por medio del ave que vuela; ambos normalizan así en el terreno de la sugerencia fantástica la relación entre realidad y fantasía, entre vuelo y tierra; pero Carmen, en un golpe de genialidad, riza el rizo y se hace con la situación; de un golpe, en dos frases, establece, entre la fantasía y la realidad, el reino del sueño y el lector se pregunta, admirado, si no es él mismo quien está soñando este texto desde su propia infancia a la vez que desde su propia madurez. Y ésa es la inquietud dramática que al final persiste.

Por último, Gustavo Martín Garzo opera también sobre el sueño, pero al contrario. Las dos personas que hablan —pues se trata de un diálogo— viven una historia que está fuera del dibujo inspirador y, de hecho, el dibujo (o, mejor dicho, la referencia al dibujo, hecha en forma de sueño: ese dibujo ha sido soñado por uno de los dos) es algo que existe independientemente de los dos. Sólo que, de pronto, se enreda en esa relación porque se vuelve anecdóticamente necesario que así sea. Entonces, en el momento en que sirve para «representar» la relación, no sólo adquiere sentido sino que, devuelto al lector, revela toda su cualidad de misterio, ya que éste ha atravesado y llenado de belleza y de intensidad dramática la escena de Quint Buchholz. Un instante de analogía transforma una imagen en una imagen del mundo.

¿Qué sucede con estas nueve miradas a nueve dibujos? Sucede que, al poner en marcha a nueve escritores, ha creado nueve formas de acercamiento a la realidad o, yo lo prefiero así, nueve formas de percepción de la realidad resueltas por medio de la escritura. Una realidad que, en este caso, viene servida por la imaginación de Buchholz, lo que hace doblemente atractiva la situación. En mi opinión, estos nueve textos breves, juntos, contienen mucha más información sobre el modo en que la escritura crea su propio mundo y establece sus reglas que otras muchas consideraciones acerca de la técnica narrativa. Sólo hay que saber leer y ver. La ocasión, como dice el dicho, la pintan calva.

José María Guelbenzu


martes, 25 de abril de 2017

YO NACÍ EN BUENA LUNA


Le he robado un verso al poeta y lo he convertido en su antítesis para definir mi vida. El poeta, al contrario que yo, nació en mala luna. EI no mereció esa corta vida que padeció y yo no merezco ésta larga que no he sabido disfrutar. La vida no es justa y está mal que lo diga yo que, sin haber hecho méritos para ello, he gozado de todo lo que cualquier hombre haya podido desear. Quizá mi castigo sea darme cuenta ahora de que, en realidad, y a pesar de todos los logros, no he sido feliz.

Deseo que mi plan haya funcionado y que mi lector seas tú, mi nieto Víctor. Durante los últimos anos he pretendido crear entre ambos un rincón secreto, una complicidad que alejase de esta historia a tu padre. Con esos sobrecitos misteriosos en cada regalo de cumpleaños quería que llegases hasta aquí por tus propios medios: «De esto ni una palabra a tu padre». Me consta que lo has cumplido. Espero que al tener en tu poder la llave misteriosa hayas sabido seguir guardando nuestro secreto. Sé que podía haber sido más explícito, ponerte en el sobre la dirección exacta o decirte qué escondía este trastero, pero he querido dejar la resolución del asunto a tu ingenio y al azar. Supongo que habrás leído con detenimiento el libro que te he regalado (se que siempre los lees, cada ano he procurado asegurarme de ello) y te habrás percatado de las letras subrayadas que espero que te hayan traído hasta aquí. Si no es así, el destino habrá convertido en receptor de este documento a alguien anónimo cuyo nombre jamás conoceré.

Quiero creer que eres tú, Víctor, quien me estará leyendo en un tiempo impreciso que ya no viviré, y con esa idea voy a redactar estas páginas. Con esa idea y con la celeridad que me impone un futuro incierto y una muerte que presiento cercana. No es sólo un presentimiento, es el diagnóstico de mi médico. Me da pavor nombrar la enfermedad que sé que me matará sin estar muerto, que me convertirá en un hombre sin memoria. ¿Qué somos si nos borran los recuerdos de nuestra vida? Te lo diré, Víctor, no somos nada. Por eso hoy, que todavía recuerdo, quiero rellenar cuanto antes este cuaderno negro, tan negro como ese otro que quizá tu padre te haya contado que existe y que no sé si te ha traído hasta aquí en su búsqueda infructuosa. Pero no te apures, hablaré de ese cuaderno, más tarde, cuando llegue el momento.

Mi infancia fue una sucesión de paseos de la huerta a casa y viceversa. Era un niño un tanto flojo. Padecí todas las enfermedades típicas de la época y no sé cómo logré sobrevivir en unos años en los que el indice de mortalidad infantil era altísimo. El campo me agotaba, en invierno las manos se me helaban desbrozando matas y en verano me desvanecía con el calor Tampoco me mostré muy apto para el estudio. Mi padre me animaba, yo creo que con la idea de que, si no podía ayudarlo en el campo, quizá podría labrarme un futuro aunque fuese en el seminario. Seguramente no le habría sido difícil conseguirme una beca o una ayuda si yo hubiese manifestado inclinación o aptitudes para el estudio, pero no fue así, y no te imaginas lo que me arrepentí de mi desidía años después.

Miguel Hernández, que sí tenia estas cualidades, que llevaba un tesoro dentro, se encontró de frente con la oposición de su padre para estudiar Supongo que lo sabes o, al menos, deberías saberlo. Su padre, un hombre cerril, lo sacó de Santo Domingo, el colegio en el que estudiaba con éxito (el mismo en el que estudias ahora) para dedicarlo a pastorear cabras. A pesar de ello, ya ves dónde llegó.

Rosa Huertas, Mala Luna

lunes, 24 de abril de 2017

MEMORIAS


Una noche cualquiera, un intruso podría subir la empinada escalera que conduce a este ático y deambular durante unos instantes en la oscuridad antes de llegar a la puerta cerrada de mi despacho. Incluso en esa negrura absoluta, una tenue luz escaparía bajo la puerta cerrada, justo como lo hace ahora, y el intruso se detendría ahí, pensando, preguntándose: «¿Qué clase de preocupación mantiene despierto a un hombre hasta bien pasada la medianoche? ¿Qué es exactamente lo que persiste en su interior, mientras la mayoría de sus vecinos duermen?». Y si intentara girar el pomo para satisfacer su curiosidad, descubriría que la puerta está cerrada y que no puede entrar. Y si, al final, se resignara a escuchar a través de la madera, llegaría hasta él un leve rasguñar, representación del rápido movimiento de la pluma sobre el papel, de las palabras que ya están secándose mientras llegan los siguientes símbolos, acuosos, de la más negra de las tintas.

Sin embargo, por supuesto, no es un secreto que en este momento de mi vida permanezco voluntariamente ilocalizable. Las crónicas de mis aventuras pasadas, aunque al parecer resultan fascinantes para los lectores, nunca han sido gratificantes para mí. Durante los años en los que John escribió sobre nuestras muchas experiencias juntos, siempre consideré sus habilidosas (aunque a veces limitadas) descripciones excesivamente recargadas. En ciertas ocasiones, condené su predilección por los gustos del populacho y le solicité que fuera más diligente con los hechos y las personas, sobre todo desde que mi nombre se convirtió en sinónimo de sus a menudo mundanas cavilaciones. En respuesta, mi viejo amigo y biógrafo me pidió que escribiera un relato propio.

—Si cree que he cometido alguna injusticia con nuestros casos —recuerdo que me dijo en al menos una ocasión—, le sugiero que pruebe a hacerlo usted mismo, Holmes.

—Puede que lo haga —le dije yo—, y quizá leerá usted entonces un relato preciso, uno sin los habituales ornamentos del autor.

—Pues le deseo suerte —se burló—. Va a necesitarla.

Tras mi retiro, tuve por fin la oportunidad y la inclinación para, finalmente, emprender la tarea que John me había sugerido. Los resultados, aunque no impresionantes, me resultaron reveladores, ya que me enseñaron que incluso una historia fidedigna ha de ser presentada de una manera que entretenga al lector. Al adquirir tal certeza, abandoné el estilo narrativo de John después de haber publicado sólo dos relatos y, en una breve nota que envié al buen doctor más adelante, le ofrecí una disculpa sincera por las burlas que había vertido sobre sus primeras historias. Su respuesta fue rápida y concisa: «Sus disculpas no son necesarias, viejo amigo. Los royalties lo absolvieron hace años y continúan haciéndolo, a pesar de mis protestas. J. H. W.».

Mitch Cullin, Mr. Holmes

domingo, 23 de abril de 2017

DÍA DEL LIBRO


Qué sería de mí sin vosotros,
tiranos y, a la vez, embajadores,
de la imaginación,
verdugos del deseo
y, al mismo tiempo, mensajeros suyos,
libros llenos de cosas deplorables
y de cosas sublimes,
a los que odiar
o por los que morir.

Luis Alberto de Cuenca



Quisiera que mi libro
fuese, como es el cielo por la noche,
todo verdad presente, sin historia.
Que, como él, se diera en cada instante,
todo, con todas sus estrellas; sin
que, niñez, juventud, vejez, quitaran
ni pusieran encanto a su hermosura inmensa.
¡Temblor, relumbre, música
presentes y totales!
¡Temblor, relumbre, música en la frente
-cielo del corazón- del libro puro!

Juan Ramón Jiménez


Leer, leer, leer, vivir la vida
que otros soñaron.
Leer, leer, el alma olvidada
las cosas que pasaron.
Leer, leer, leer, ¿seré lectura
mañana también yo?
¿Seré mi creador, mi criatura,
seré lo que pasó?

Miguel de Unamuno


Libros extraños que halagáis a la mente
en un lenguaje inaudito y tan raro,
y de que lo más puro y lo más caro
hacéis brotar la misteriosa fuente.

Rubén Darío

sábado, 22 de abril de 2017

CERVANTES, LA ENSOÑACIÓN DEL GENIO


Presten atencion vuesas mercedes, que por obra y talento del Licenciado MIGVEL GOMEZ ANDREA, tambien conocido como GOL, usando: con destreza las artes de la narrativa gráfica, presentamos una novela gráfica en seis cuadros, centradas en la figura, las desdichas y parabienes que acontecieron a D. Miguel de Cervantes Saavedra a lo largo de su azarosa vida.

Este que ves aquí, curioso lector, con su rostro aguileño, los cabellos que pasan de castaño al blanco, la frente lisa y desembarazada, alegres los ojos y la nariz corva, y una espalda que se irá cargando con los años y unos pies que dejarán de ser ligeros, es el Cervantes que nos regala el "licenciado- Miguel Gómez Andrea, también conocido como Gol. Es su Cervantes y es el Cervantes, ese Cervantes mito que hemos ido construyendo a lo largo de los últimos cuatrocientos años, esos que nos separan del momento en que dejó de ser uno más de los cientos de escritores de los Siglos de Oro en 1616 para convertirse en el más grande de los autores en lengua española, como así lo consideramos hoy en día.

El Miguel de Cervantes de carne y hueso, el de los sudores y la sangre, el de los caminos, las dudas y la vida en construcción desde que nació en Alcalá de Henares en 1547, se difuminó en aquel lejano 23 de abril de 1616. Para ser más exactos, se había ido difuminando a lo largo de los años, de esos años anónimos en que viajó por Andalucía, Castilla La Mancha, Italia o el Mediterráneo... los años de sus sueños de ocupar algunos de los puestos vacantes que aparecían en la administración de la Monarquía Hispánica en América. Sobre ese Miguel de Cervantes de carne y hueso, el escritor, el "regocijo de las musas” fue creando un Miguel de Cervantes personaje; un Miguel de Cervantes sin aristas, sin matices, lleno de bondades y alejado de las miserias y las dudas cotidianas. Un personaje que emerge héroe de la batalla de Lepanto, en la que participó siendo un soldado bisoño, el primero de sus destinos; un personaje que se construye sin fisuras durante su cautiverio de Argel, aunque por los rincones de los baños también se osan otras historias de las que no han pervivido más que lejanos ecos en los datos conservados; un personaje que comienza a vivir realmente cuando su vida se convierte en literatura, cuando los sueños del presente, de ese presente de una edad de hierro por más que la conozcamos como "Siglos de Oro", dejen de ser una construcción para convertirse en un proyecto de futuro literario. Miguel de Cervantes deja de ser el Miguel de Cervantes de carne y hueso para comenzar a vivir realmente en las hazañas protagonizadas por Alonso Quijano, convertido a su vez en un personaje de ficción (Don Quijote de la Mancha), y en tantos otros a los que dio vida el autor complutense con su pluma.

Y este Cervantes personaje, el que el propio Cervantes fue construyendo en sus informaciones, en sus libros, en sus comentarios -como el hecho de indicar que el Quijote fue escrito en la cárcel- con el tiempo lo hemos ido convirtiendo en un mito, en la proyección de cada época.

En esta feliz trayectoria se inserta de manera genial la nueva biografía que ofrece Gol, esta novela gráfica, lector ocupadísimo, que ahora tienes entre las manos. Seis cuadros que rescatan varios momentos puntuales de la vida de Cervantes que, de la mano de un narrador teatral -fabulosa invención de alguien que conoce el teatro tan desde dentro como el propio Miguel Gómez Andrea-, se convierten en seis paradas de un relato que permite un acercamiento global a la biografía cervantina, a esa biografía que se ha ido llenando de anécdotas, de palabras y de diálogos en esta obra.


A los dibujos, a los magníficos dibujos de Gol, se une también una tensión dramática que hace que la lectura de esta biografía de Cervantes sea un tesoro de pasatiempos. El Cervantes joven que tiene que salir de Madrid y el que termina dialogando con sus personajes en la casa de Francisco de Robles se convierten en un suspiro de existencia en esta obra. Los espacios cobran vida, las perspectivas y las viñetas van marcando un ritmo que imita a una cámara que nos va llevando a donde el autor ha querido, a ese momento especial en que Cervantes y las personas que le acompañan en su vida parecen confesarse, hablarnos directamente a nosotros, lectores de la obra.

Este es el gran mérito de esta nueva biografía cervantina, que promete (y cumple) que es de feliz y animada contemplación: da voz a una persona singular como fue Miguel de Cervantes, sin renunciar a los datos que el propio autor fue dejando caer en sus obras ni tampoco a ese Miguel de Cervantes mito en que proyectamos nuestros sueños, nuestras vivencias, nuestros pensamientos...


De la mano de los cuadros vivos ideados y dibujados por Miguel Gómez Andrea, tenemos la impresión de que Cervantes está ahí, a nuestro lado, que habla y dialoga con nosotros. Dos Migueles unidos en una obra singular, Miguel de Cervantes y Miguel Gómez Andrea, que supone el mejor de los homenajes que le podemos hacer al creador de Don Quijote y Sancho Panza en los cuatrocientos años de su muerte. Una memoria viva que ahora se ha convertido en una explosión de líneas, colores y voces.

José Manuel Lucía Megías 

viernes, 21 de abril de 2017

EL VALOR DE UN LIBRO


Ahora, en la quietud de su biblioteca, con todos sus volúmenes rodeándolo como una gran placenta, Erasmo procedió a desatar el cordel que unía las hojas. A simple vista el legajo estaba compuesto por entre ochenta y cien hojas. Su conservación, como ya había observado en la tienda, era excelente. Se concentró en la primera plana y comprobó que la escritura diminuta y minuciosa que la cubría conservaba la suficiente claridad para que la lectura se pudiera abordar directamente, sin necesidad de costosos procesos digitales para aumentar el contraste e intensidad de los trazos. De hecho, era esa claridad lo que había permitido que Erasmo, incluso con su vista deteriorada, captara ciertas palabras clave que muy cerca habían estado de fulminarlo como un rayo divino. Con la sensación de estar asomándose a un texto sagrado, el bibliófilo empuñó su lupa y acercó la lámpara del flexo. Y en efecto, allí seguía la evidencia que convertía aquellas humildes hojas en un documento absolutamente excepcional. Milagroso.
(...)
Hoy Erasmo López de Mendoza no había encontrado un solo diamante, sino dos. Y ambos de valor incalculable. Eran el nombre de una persona y el título de un libro.
Aun sin haberla descifrado por completo, parecía evidente que en la primera hoja de aquel documento se hacía referencia al novelista más célebre de todos los tiempos y, por si quedaba alguna duda, unas líneas más adelante se mencionaba el título de la novela que lo hizo inmortal. Bajo la lupa de Erasmo descansaba una crónica escrita por un contemporáneo de Cervantes que afirmaba haberlo conocido en persona.
Dios era grande y Erasmo López de Mendoza su profeta.
(...)
Erasmo dedicó el resto de la tarde a tratar de descifrar las primeras páginas del manuscrito. Cada línea que leía renovaba su convicción de que la pieza que acababa de cobrar no era grande, sino gigantesca. «Una auténtica ballena blanca entre los manuscritos», se dijo con un guiño de homenaje para el burlado librero Maestre. El autor, un tal Gonzalo de Córdoba, anunciaba su intención de narrar una serie de acontecimientos vividos en su juventud, y para ello se remontaba hasta cuarenta años antes de la fecha en la que estaba datado el manuscrito, en concreto hasta ciertos días de los meses de septiembre y octubre de 1604. Y lo más fascinante del asunto era que aquellos acontecimientos parecían involucrar de un modo muy directo a un tal Miguel de Cervantes, natural de Alcalá de Henares y antiguo soldado de su majestad. Es más, los hechos narrados giraban en torno a otro manuscrito, el de un libro que estaba a punto de entrar en la imprenta, por más señas una novela cómica protagonizada por cierto hidalgo manchego devenido caballero andante.
Aquello no podía ser cierto. Tenía que tratarse de alguna clase de broma sofisticada y cruel. (...) Pero su experiencia con impresos y manuscritos era demasiado amplia para considerar seriamente la posibilidad de que todo hubiera sido un montaje y, por tanto, el manuscrito que tenía delante no fuese más que una falsificación. Estaba, para empezar, el tipo de papel, que por sus características (grosor, textura y filigrana) correspondía sin duda a la época en la que estaba fechado el manuscrito. (...) Por otro lado, los varios lustros de Erasmo como bibliófilo le habían permitido desarrollar un sexto sentido con respecto a los impresos y los manuscritos antiguos, y aquel instinto le decía que el que tenía delante era original con un 99 por ciento de certeza. Y ante tamaña responsabilidad no pudo evitar sentirse igual que Moisés por los días en que bajó del Sinaí con las Tablas de la Ley.
Las Tablas de la Ley, escritas por Yahvé de su puño y letra. Esa sí que sería una pieza cotizada. Reunía todos los requisitos: manuscrito, ejemplar único, antigüedad, prestigio de su autor, trascendencia del texto... Pero se daba la circunstancia de que aquel legajo que tenía delante, ya de por sí un singular tesoro, podía representar la llave para un hallazgo que solamente admitía parangón con el original de los Diez Mandamientos. Ya en la primera página de su crónica, Gonzalo de Córdoba declaraba que durante los últimos cuarenta años había conservado el manuscrito de El ingenioso hidalgo, que todavía obraba en su poder, y que lo había preservado como una joya para que lo heredaran sus hijos y los hijos de estos. Y todo ello por expreso deseo de su autor, que así lo había manifestado y rubricado con su firma al pie del texto de la obra, en la última página del manuscrito original. Así las cosas, Erasmo juzgó concebible que la crónica de Gonzalo de Córdoba, aquel mismo legajo que descansaba sobre su mesa, contuviera pistas sobre la localización del autógrafo del Quijote. Si antes había calificado su hallazgo de hoy como la «ballena blanca de los manuscritos», el autógrafo de la novela de Cervantes sería tan extraordinario y milagroso como la localización del mismísimo Santo Grial, con el ADN de Jesucristo y los Doce Apóstoles en forma de baba petrificada en torno al borde de la copa.
Si hoy en día saliera a la venta un ejemplar de la edición princeps del Quijote (la primera de Juan de la Cuesta, comienzos de 1605), su precio alcanzaría probablemente varios millones de euros. Y se trataba de un libro impreso del que probablemente se habían tirado unos mil ejemplares (aunque solo se tenía constancia del paradero de unos veinticinco). Pero, ay, los manuscritos eran harina de otro costal. En el año 2000 la sala Christie’s de Nueva York subastó un capítulo autógrafo del Ulises de Joyce, novela execrable donde las hubiera en opinión de Erasmo. Aun así, hubo alguien dispuesto a pagar un millón y medio de euros por aquellas veintisiete páginas garrapateadas por un borrachuzo irlandés aquejado de úlcera duodenal. En 1994, Bill Gates no había dudado en desprenderse de treinta millones de sus Windows-dólares para hacerse con un códice autógrafo de Leonardo da Vinci, a razón de casi un millón de euros por hoja. ¿Qué representaría la irrupción en el mercado del manuscrito completo de la primera parte del Quijote? ¿Mil millones? ¿Dos mil millones? ¿El presupuesto nacional entero?
De repente Erasmo sintió vértigo y lo atenazó la sensación de estar asomándose a un pozo sin fondo, de modo que se vio obligado a acudir a la cocina para prepararse una tila que tuvo la virtud de ayudarlo a recomponerse.
Hasta las cuatro de la mañana no fue capaz de separarse del legajo. Cada línea encerraba nuevas sorpresas y elevaba el barómetro de su emoción en varios grados. Pero la experiencia de leer el manuscrito, aun siendo fascinante, le estaba deparando también un alto grado de frustración. La culpa, para empezar, la tenía el misterioso cronista y su endiablada escritura. La letra era ampulosa y enrevesada, como correspondía a la caligrafía de la época. Incluso resultaba algo más confusa de lo habitual, como si el autor del manuscrito no hubiese recibido una educación al uso, sino que hubiera aprendido a escribir por sí mismo. Con la ayuda de su lupa Erasmo había logrado descifrar las líneas del comienzo, aquellas que contenían la primera mención a Cervantes y al Quijote. Luego el proceso se había complicado por culpa de su deficiente vista, y eso no había lupa que lo remediara. En condiciones normales su degeneración macular representaba un serio fastidio. Pero cuando trataba de forzar la vista, la zona ciega del centro de su retina extendía sus dominios hasta que todo su campo visual parecía cubierto por una lámina de agua turbia. Y esta tarde había forzado la vista como no lo había hecho desde hacía años. Tras un largo rato de afanosa lectura, apenas se había adentrado en la tercera página de la crónica, y ello sometiendo su cuello a una dolorosa torsión a fin de aprovechar su visión periférica, la única que estaba libre de niebla. Poco después, su vista había quedado reducida a un triste lagrimeo, y hasta el más ligero movimiento de cabeza le arrancaba un gemido de agonía. Para colmo, ahora apenas era capaz de identificar palabras, y los trazos de escritura empezaban a parecerle patitas de insecto. El mayor hallazgo de la historia de la bibliofilia tal vez estuviese al alcance de su mano, y él se sentía impotente para gozar su premio por culpa de una pejiguera llamada degeneración macular. Ríase usted del suplicio de Tántalo.
Mientras guardaba el manuscrito en la caja fuerte donde dormían sus piezas más valiosas, Erasmo López de Mendoza comprendió con dolorosa clarividencia que el tiempo había hecho en él su inexorable labor de zapa y que, por tanto, no iba a poder emprender en solitario aquella aventura.

Eloy Cebrián, Madrid 1605


jueves, 20 de abril de 2017

EL OBSERVATORIO DE LA LECTURA Y EL LIBRO CELEBRA EL DÍA DEL LIBRO 2017


 “Leer ¿o qué?” es la contundente frase de Eduardo Mendoza escrita en el maravilloso cartel que Javier Sáez Castán, Premio Nacional de Ilustración 2016, ha realizado para el Día del Libro 2017 inspirándose en la obra Sin noticias de Gurb del último Premio Cervantes. A este directo “leer ¿o qué?” el Observatorio de la Lectura y el Libro le han dado un poco la vuelta para transformarlo en “porque leer…” una frase que encierra múltiples “lecturas”, como el propio acto de leer, y que se convierte en hilo conductor de la campaña que ha lanzado esta semana en la cuenta de la red social Twitter del Observatorio de la Lectura y el Libro (@observalibro),para  sumarse a la celebración del Día del Libro 2017.


La iniciativa ‘Porque leer…’ quiere mostrar y demostrar, a través de 7 frases, acompañadas cada una de ellas por una fotografía realizada por Óscar Liaño Alvarez, algunas de las muchas y variadas razones por las que leer es una actividad imprescindible en nuestras vidas. Porque leer… te hace viajar sin moverte de casa; porque leer… es como un virus altamente contagioso; porque leer…. te da energías y fuerzas para seguir adelante; porque leer… te hace soñar o perder el sueño; porque leer… Pocas cosas proporcionan más que abrir un libro y dejarnos llevar por la lectura.



Del 13 al 19 de abril, han publicado diariamente una frase acompañada de una fotografía que nos recuerda alguno de los beneficios de la lectura. No es que una imagen valga más que mil palabras, simplemente palabra e imagen se complementan perfectamente para animarnos a leer, a escoger un título y perdernos entres sus hojas. El 20 de abril van a recordar todas las frases y nos animarán a votar, hasta el 23 de abril a las 24:00 horas, por aquella que más nos haya gustado, la que nos haya parecido más ingeniosa, con la que nos hayamos sentido más identificados… es decir, nuestra frase favorita. Los tuits deberán enviarse a @observalibro con la etiqueta #PorqueLeer añadiendo después la frase elegida.


Una vez finalizado el plazo de votaciones, contabilizarán los tuits para saber cuál es la frase que más votos ha recibido. Entre los usuarios que hayan votado esa frase, harán un sorteo para elegir quién es el ganador, que será anunciado el 28 de abril, y que recibirá como premio un estupendo lote de libros entre los que habrá una obra de Eduardo Mendoza dedicada por el propio autor, así como el cartel del Día del Libro 2017.



miércoles, 19 de abril de 2017

EL CLUB DE LECTURA DE JANE AUSTEN

                Tras veinticinco años de matrimonio, el marido de Sylvia quiere divorciarse. Para apoyarla, sus amigas Jocelyn y Bernadette quieren animarla con la creación de un club de lectura sobre Jane Austen (¿quién mejor que Jane Austen para curar los males del mundo?). Allegra, la hija de Sylvia, les secundará en el proyecto, al cual terminarán invitando a Prudie, una joven e indecisa profesora de francés, y a Grigg, el bicho raro del grupo: hombre y fanático de la ciencia ficción.  

En esta novela de Karen Joy Fowler encontramos seis miembros de un club de lectura, seis libros de Jane Austen (Emma, Mansfield Park, La abadía de Northanger, Orgullo y prejuicio, Sentido y sensibilidad, Persuasión), seis historias que se entrelazan durante seis meses en sus casas, o en la playa, en un Starbuck's y en una habitación de hospital. En sus encuentros ríen, discuten, y, a lo largo de seis meses, mediante esas lecturas, cada uno de los personajes intentará entender e interpretar su historia personal. Mansfield Park servirá para los desengaños amorosos, Emma y Orgullo y prejuicio para la búsqueda de nueva pareja, Sentido y sensibilidad para la reconciliación…

                En ese tiempo, sus vidas se entrecruzan, sus sentimientos salen a relucir, se hieren (ese desdén a  Grigg por sus gustos: hay que dar una oportunidad a Jane Austen, aunque no haya escrito nada de ciencia ficción), se perdonan, rehacen sus vidas. Los seis personajes encuentran reminiscencias, predicciones y advertencias sobre su vida en las narraciones de la escritora.

                Uno de los fragmentos que más me encanta es el siguiente, ese diálogo entre Jocelyn y Grigg:

- Te está gustando Jane Austen.
- Sí. ¿Y cómo está Úrsula Le Guin?
- ¡Ay!
- ¿No te gustó Le Guin?
- No los leí.
- ¿Cómo sabes que no te gusta sin probarlo?
- Creo que a mi edad, sé que me gusta.
- La edad no tiene nada que ver. Yo decidí leer libros de niñas como Jane Austen.
- No es de niñas.
- Lo cuál descubrí. Tal vez descubras que la ciencia ficción no es sólo...
- Extraterrestres y naves.
- Correcto.

Os dejo con un tráiler de la película: 

martes, 18 de abril de 2017

ANA JUAN, DIBUJANDO AL OTRO LADO


Hasta el 18 de junio, podemos ver en el Museo ABC, de Madrid, esta exposición que nos descubre el proceso creativo de dos proyectos editoriales totalmente distintos: Otra vuelta de tuerca de Henry James —del que se pueden contemplar tanto los grandes lienzos a color como los dibujos realizados en bitono— y Snowhite, su versión de Blancanieves, donde los dibujos originales realizados con la tradicional técnica de carboncillo toman una nueva dimensión a través de la tecnología.


         Además, Ana Juan presenta Erthaland, Snowhite’s Mystery Tale, una aventura gráfica interactiva que desarrolla actualmente con el equipo de investigación UNIT Experimental (un equipo interdisciplinar de investigadores de la Universitat Politècnica de València especializado en la generación de herramientas transmedia principalmente orientadas a eventos culturales, exposiciones y publicaciones). 

Aquí podremos sumergirnos en el primer capítulo de esta aventura y realizar una visita virtual al entorno en el que transcurre. Asimismo, a través de la realidad aumentada, el visitante podrá resolver diferentes retos que convierten la misma sala en el escenario de juego.


El innovador proyecto rompe con los límites expositivos y nos descubre, de una manera original y pionera en nuestro país, el trabajo de esta ilustradora acercándonos de manera diferente a su mundo de claroscuros, predominado por tonalidades cromáticas donde las sombras y las luces están realizadas con precisos trazos de lápiz de carbón.

La sala del Museo ABC presenta un recorrido doble, el lector podrá contemplar los dibujos originales que sirvieron para ilustrar los libros, y el jugador (o gamer) podrá encarnarse en Snowhite para aventurarse en el videojuego creado a partir de su relato ilustrado. El juego se plantea como una narración paralela al libro y, al mismo tiempo, abierta a nuevas situaciones, personajes e incluso finales. Aquí podremos sumergirnos en el primer capítulo del juego y realizar una visita virtual al entorno en el que transcurre. Además, a través de la realidad aumentada, el visitante podrá resolver diferentes retos que convierten la sala del Museo en el escenario de juego. Estos proyectos se ven complementados con la exposición de múltiples bocetos y vídeos que desgranan el proceso creativo de la ilustradora.

lunes, 17 de abril de 2017

SOY JOVEN, SOY LECTOR


Todos los cambios, incluso los más pequeños, son manifestaciones de movimiento que tienen siempre su semilla en lo estático, en convenciones que se ha decidido cuestionar. El diálogo abierto y tolerante sobre lo que se considera “normal“ trae consigo tesoros de un valor difícil de calcular: distintas perspectivas desde las cuales observamos, conocemos y meditamos el mundo que nos rodea y del que formamos parte; así como la posibilidad de repensarnos y repensar a los demás.

Escribimos estas líneas a partir de las conversaciones que hemos sostenido a lo largo de un año en el Círculo de jóvenes lectores de la Bibioteca Vasconcelos de la Ciudad de México / Consejo Editorial Juvenil del blog Linternas y bosques. Somos un grupo de jóvenes, de entre 15 y 33 años, que se reúne en la Biblioteca Vasconcelos por un interés común: los libros. Consideramos indispensable la reflexión en torno a la literatura desde un lugar cuya única condición es la de ser joven y ser lector.

Son frecuentes las tajantes divisiones que han dado lugar a lo que se conoce hoy como Literatura Infantil y Juvenil (LIJ), tres etiquetas cargadas de prejuicios más vinculados con el mercado, la manera en que se ve a los menores desde una perspectiva adulta y la dificultad de definir y caracterizar uno u otro grupo, que con los niños, los jóvenes y la literatura en sí.
.

En todo caso, no nos interesa imponer o regular nada, sólo considerar esos prejuicios y ponerlos en crisis. Por eso, afirmamos que:
  1. Los jóvenes sí leemos y no nos conformamos con veinte minutos al día. Interactuamos con las obras que tenemos entre manos, establecemos un diálogo, nos involucramos, nos emocionamos, nos decepcionamos y preguntamos.
  2. No nos limitamos a las novelas ni al libro: poesía, ensayo, cuento, crónica, cómic; cine, anime, fotografía, manga, videojuegos… forman parte de los textos que tanto disfrutamos u odiamos.
  3. En lo que se refiere a los libros —sí prestamos atención a lo que hoy en día se considera “literatura juvenil”—, mientras más leemos y nos enteramos de nuevas lecturas, más nos damos cuenta de los estrechos límites con que se pretende escribir para nosotros; se crean modelos que se convierten en lo que el resto del mundo cree que realmente (o únicamente) nos interesa. Muchos best-sellers juveniles son el más claro ejemplo de ello: romances fallidos, héroes unidimensionales, triángulos amorosos, distopías domesticadas… todos son elementos de fórmulas repetitivas, a la segura, argumentos que funcionan y podemos disfrutar en determinado momento, pero que, en su reiteración, cansan, provocan una necesidad de algo distinto, de otro acercamiento a lo que significa “juventud”. ¿Acaso nuestra complejidad cabe en tan escasos temas?  
  4. El libro impreso ha dejado de ser el único soporte para leer un texto literario y, por lo tanto, consideramos otras opciones —que plantean un acercamiento distinto a la obra— igual de válidas que la tradicional. Nosotros nos sentimos cómodos hojeando libros impresos y escroleando libros digitales y appbooks.
  5. No podemos negar el peso de las redes sociales en nuestra manera de relacionarnos con los textos escritos; abrazamos el hecho de que internet supone cambios en nuestros hábitos de lectura y escritura así como en la promoción y producción de las obras, pero condenamos la cultura de lo inmediato y lo irresponsable, entre cuyas prácticas están el plagio, los resúmenes facilones y las frases mal atribuidas o anónimas.
  6. También nos preocupan los booktubers, un grupo de personas, sobre todo jóvenes, que realizan videos de amplia distribución en los cuales comparten reseñas y opiniones de los libros que han leído. Vemos que el fenómeno ha tenido un enorme éxito: miles de lectores y no-lectores siguen sus recomendaciones e incluso han comenzado a leer y han ayudado a formar un público impresionante. Que quede claro: no criticamos su modo de proceder ni pretendemos generalizar con nuestras opiniones —de hecho, defendemos internet como medio alternativo de acercamiento a la lectura y sabemos que hay quienes realizan trabajos de reseña admirables—, lo que no aceptamos es la homogeneidad que expresa la mayoría en sus puntos de vista, en sus sugerencias de lectura y en sus mismos modos de observación: promueven una idea errónea y uniforme sobre nuestra relación con la literatura. Más aún, reprobamos casos en los cuales ellos han publicado libros “juveniles” que no estaban completos o no fueron revisados con cuidado, como si nosotros no mereciéramos obras de calidad (tanto en la forma como en el contenido) sino simplemente un nombre famoso detrás del título. Este no es un problema único derivado del movimiento booktuber; forma parte de una industria editorial mercantilista, donde los libros son meros productos, sin el más mínimo interés por lo escrito. Exigimos mayor responsabilidad de parte de esta industria y exhortamos a toda persona interesada en lo aquí expuesto a preguntarse al respecto: ¿Somos lo que nos venden?, ¿debemos conformarnos con ello?
  7. Somos jóvenes lectores en contra de la hegemonía de lo inmediato, a favor de la diversidad y la desaparición de estereotipos que no nos corresponden de ningún modo. Nuestro hasta ahora llamado Consejo Editorial Juvenil de Linternas y bosques toma en este momento el nombre de “Guardabosques”. Dentro del bosque que habitamos, el de los libros como árboles y la vida como fértil tierra de cultivo, orientaremos a quien lo pida y aprenderemos de quien nos muestre semillas desconocidas o discretos troncos que quizá habíamos ignorado. Defenderemos nuestro patrimonio de los incendios que originan las opiniones vacías y los prejuicios. Mientras lo cuidemos, el bosque crecerá y, por ello, siempre necesitaremos nuevos guardabosques con quienes alimentar las raíces de la vida literaria mediante la participación, la reflexión y la discusión colectivas.
  8. También los jóvenes tenemos mucho que decir.

Alejandro Flores Ramírez

(En representación del Consejo Editorial Juvenil del blog Linternas y bosques / Círculo de jóvenes lectores de la Biblioteca Vasconcelos de la Ciudad de México.)

domingo, 16 de abril de 2017

UN YANKI EN LA CORTE DEL REY ARTURO


La obra es el diario de Hank Morgan, quien perdió el conocimiento en una pelea, y, al volver en sí, descubre asombrado que ha retrocedido en el tiempo, a la Inglaterra medieval del 528, a la Inglaterra del rey Arturo. Hecho prisionero por sir Kay, éste lo lleva a Camelot para que muera en la hoguera. Al verse en el poste, Hank echa mano de sus conocimientos y predice un eclipse; esto le convierte ante los ojos de la sencilla gente del siglo VI en un poderoso mago.

Hank decide utilizar el poder que tiene sobre la población para cambiar el mundo medieval. Quiere transformar las creencias y que la ciencia pase a ser la nueva iglesia. Empezará a construir fábricas y escuelas, creará una red de ferrocarril, instalará el telégrafo y el teléfono; además, quiere cambiar el sistema político y que pase a ser una democracia y no una monarquía hereditaria y absoluta… Pero se enfrentará al peligro que supone Merlín, el antiguo mago de la corte, que ha perdido el favor del rey y quiere vengarse a toda costa.

Esta novela de Mark Twain es una de sus obras más críticas, camuflada bajo la forma de un cuento fantástico-histórico, en la que nos encontramos con duras palabras para los políticos, la Iglesia, las clases pudientes, la educación, pues el autor rechazaba las convicciones sociales de su época, la hipocresía, la crueldad humana, la superstición, etc... Pero es sobre todo una obra divertida.

La obra fue concebida como una sátira: Twain, a imitación de Cervantes y el Quijote, se rie de los tópicos románticos sobre los caballeros medievales y la idealización de la Edad Media, muy común en las populares novelas de sir Walter Scott y otros autores del siglo XIX, a los que responsabiliza de fomentar las ideas románticas que llevó al Sur a rebelarse contra la Unión. Podríamos considerarla como una distopía, desde el momento que plantea una Edad Media con una tecnología propia de nuestro siglo XIX. 

viernes, 14 de abril de 2017

EL CRISTO DE VELÁZQUEZ


Me gusta el Cristo de Velázquez.
La melena sobre la cara...
y un resquicio en la melena
por donde entra la imaginación.
Algo se ve.
¿Como era aquel rostro?
Mira bien,
componle tú.
¿A quién se parece?
¿A quién te recuerda?
La luz entra
por los cabellos manchados de sangre
y te ofrece un espejo.
¡Mira bien...! ¿no ves cómo llora?
¿No eres tú...? ¿No eres tú mismo?
El hombre hecho Dios.
¡Qué consuelo!
No me entendéis...
pero yo estoy alegre.
¿Por qué estoy alegre?
No sé...
tal vez porque me gusta más así:
el Hombre hecho Dios,
que Dios hecho Hombre

León Felipe

jueves, 13 de abril de 2017

EL ENTIERRO DE GENARÍN


El día de Jueves Santo de 1929, cuando Genaro Blanco Blanco moría atropellado por el primer camión de la limpieza que conoció la ciudad de León, dio comienzo una leyenda que continúa viva hasta nuestros días. Pellejero de profesión, habitual de los bajos fondos de la ciudad, devoto del orujo, de las timbas y de los prostíbulos, su muerte fue tan sonada que pronto se creó una cofradía integrada por poetas y bohemios de la noche y dedicada a honrar su memoria.

El Entierro de Genarín es la crónica de esta leyenda, el evangelio apócrifo en el que se relatan la vida y los milagros del célebre pellejero, el irónico homenaje a un vividor que se ha convertido al pasar del tiempo en el santo de los borrachos y los bohemios.

Pero, a pesar de todo, a pesar del luto con que tiñó las calles la noticia de la muerte de Genaro, ésta no hubiera pasado de ser una más de las muchas que cada día ocupan las páginas de sucesos de los periódicos de no haber mediado un azar milagroso que salvó su recuerdo de la costra de olvido y desconsuelo con que el tiempo habría de enterrarle para siempre. Y este azar milagroso, sin precedente alguno ni tan siquiera analogía en los anales del santoral cristiano, fue a venir de la mano de un grupo de bohemios leoneses, mitad búhos, mitad poetas, que, a contrapelo de leyes y costumbres, todas las noches de Jueves Santo, cuando el reloj de la plaza Mayor desgranaba las doce campanadas que preceden al reino de las brujas y los muertos, recorrían en cortejo las calles de la ciudad desgranando sus versos alcohólicos a la luz de un candil o de una farola. El cortejo lo formaban, con algunos añadidos de ocasión, cuatro hombres que, con la luz del nuevo día, recobraban otra vez su condición de ciudadanos terrenales: Francisco Pérez Herrero, mecánico dentista y poeta de cierto relumbrón; Luis Rico, aristócrata y dandi; Nicolás Pérez el Porreto, árbitro de fútbol, y Eulogio el Gafas, taxista por profesión y coplero por devoción. Con el tiempo, y por esos misteriosos designios del destino a los que nadie puede escapar, los cuatro habrían de convertirse en los evangelistas de Nuestro Padre Genarín.


Entre la picaresca y el esperpento literario, dos géneros típicamente españoles, Julio Llamazares traza en este libro —su primera obra narrativa, ilustrada con grabados del pintor Antonio Santos— un magnífico y divertido retrato de la insólita y provocadora procesión que cada noche de Jueves Santo recorre las calles de León.

Cuatro son los milagros que, hasta el momento, y sin posibilidad de discusión alguna, hay que atribuir a la intervención de Nuestro Santo Padre Genarín. Cuatro milagros que, a raíz de su aciaga muerte, vinieron a consolidar definitivamente su fama de santo y generoso romántico.

La redención de la prostituta que lo encontró muerto, que, según la tradición, dejó la prostitución y se volvió a su Lugo natal.

Si el rabí, en su calvario, tuvo su Magdalena,
tú también la tuviste, amado Genarín.
Fue una mujer airada que se llamó la Moncha
y hoy vive redimida de su golfo vivir.

Y es que, según las crónicas de la época, la tal Moncha, que en tiempos estuviera de pupila en el burdel de doña Francisquita hasta ser privatizada por un ardiente abogado leonés, quedó tan hondamente impresionada por la muerte de Genaro que, al día siguiente, dejó plantado al picapleitos, abandonó su vida disoluta y se retiró en silencio a su ciudad natal de Lugo a regentar una cantina sin trastienda.

El gol de la Cultural Leonesa, que llevaba muy mala temporada hasta que los evangelistas de Genarín decidieron bendecir el campo de juego del estadio de la Cultural, al parecer con orujo, la noche anterior.

Tú que pitas más que un árbitro,
Genaro de mis amores,
danos algún positivo
y alivia nuestros dolores.
Redime nuestra derrota
de aquel equipo de Murcia
lo mismo que redimiste
a la Moncha siendo furcia.
Que la Cultural, Genaro,
ya ni un partido más pierda.
Y da a Dios lo que es de Dios
y a César lo que es de César,
que es jugar como Dios manda
en la línea delantera
con Rabadán en la media.
Haz que este campo tan bello
tenga su mejor historia,
pues, si se vuelve a perder,
a sembrar en él zanahorias.
(...)
Manda un milagro, Genaro.
¡Que pierda mañana el Hércules!


El castigo del sereno que robaba las ofrendas (el orujo, el queso…) de los devotos.

Apenas media hora más tarde de que los evangelistas le pidieran justicia de rodillas y la comitiva se alejara de la carretera, camino de la próxima Estación, vio surgir entre las sombras de los cubos la silueta sigilosa del sereno. Le miró encaramarse con increíble agilidad por la muralla y esperó a que estuviera arriba, con los sagrados alimentos al alcance de la mano, para hacer desprenderse una piedra bajo sus pies. El sereno, con las dos manos ocupadas, perdió pie y cayó desde lo alto estrellándose violentamente contra la carretera. Pudo haberse matado como resultado de tan tremendo golpe, pero Genaro, que aunque aprieta nunca ahoga, y que lo único que seguramente pretendía era darle un escarmiento al tiempo que salvaba la ofrenda sacrosanta, se limitó a romperle la cadera y regalarle una cojera vitalicia que sirviera de ejemplo a otros posibles profanadores.

La maldición del sereno coincidió exactamente con la prohibición gubernativa que cayó sobre el Entierro y, consiguientemente, con la larga era de prohibición y silencio que habría de envolver la venerada imagen de San Genaro.

El cuarto milagro fue el del enfermo de riñón:

Fue el año 1978 cuando, con ocasión de autorizarse el Entierro y las actividades de la Cofradía nuevamente, Nuestro Santo Padre quiso al parecer celebrar efeméride tan fausta premiando la fe de un labriego de La Sobarriba que, castigado por un doble cólico nefrítico, desahuciado ya de forma repetida por todos los médicos de la ciudad, acudió desesperadamente buscando el favor de San Genaro. Y esa noche, mientras la comitiva aclamaba de rodillas la gloria resucitada, orinó furtivamente en el mismo lugar en que Genarín estaba orinando cuando le vino a aplastar el camión de la limpieza. Al labriego sobarribeño no sólo no le aplastó ningún camión, sino que de inmediato sintió un profundo alivio y pudo ver sorprendido a sus pies la piedra del tamaño de una nuez que había expulsado.

Hoy, ese labriego no sólo se limita a mostrar a cuantos peregrinos llegan a su pueblo la piedra guardada como preciada reliquia en una urna de cristal en la cocina de su casa, sobre la televisión. Es el mayor propagandista de Genaro y, desde aquella noche santa, recorre incansable las instancias religiosas oficiales —infructuosamente hasta el momento— para que a Genarín se le nombre patrón de los enfermos del riñón.