Enviado por Pablo:
Morrie
Schwartz es un viejo y singular profesor universitario querido por todos sus
alumnos. Su vida da un vuelco, cuando se le diagnostica ELA, una enfermedad
degenerativa que irá dejándolo postrado e incapaz de hacer nada por sí mismo.
Lejos de hundirse, saca fuerzas para aprender a convivir con su enfermedad,
afrontar la muerte cercana y enseñar a los demás no sólo cómo aceptar la muerte,
sino también cómo vivir la vida plena y conscientemente.
Un antiguo
alumno suyo, Mitch, un periodista descontento con su vida, se acuerda de su
viejo profesor al cabo de quince años y se pone en contacto con él.
Mitch tiene la
oportunidad de hacerle muchas de las preguntas que siguen inquietándole,
buscando consejo y aliento para sacar energía para empezar de nuevo. Ya en su
primera visita encuentra que, a pesar de los años transcurridos, nada ha
cambiado en la buena relación de antaño, como si no hubiese pasado todo aquel tiempo.
Ésa es la razón de que, aun cuando tiene que hacer un recorrido de muchos
kilómetros para visitarlo, lo haga cada martes.
Envueltos en
un clima de mágica conexión espiritual, de afecto y complicidad, intercambian
ideas y reflexionan sobre los temas más diversos: el dinero y los valores, la
familia y el perdón, la vejez, la muerte y el amor.
Mitch
Albom refleja con estas conversaciones un testimonio con tono
autobiográfico que se ha convertido en un libro de referencia sobre los valores
de humanos. El estilo de esta
breve novela es ameno y sencillo, pero muy cuidado, lo cual es muy de agradecer
en una obra con visos de best-seller. Como rasgo más relevante, destaca el
constante recurso a la técnica del flash-back. Las reflexiones del profesor
Morrie Schwartz están orientadas a personas que necesitan ejemplos edificantes
y enseñanzas para vivir en un mundo cada vez más complejo, donde el
materialismo está causando enormes daños, y cada vez más necesitado de que se
fomente la parte espiritual.
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