viernes, 11 de noviembre de 2016

LEONARD COHEN, IN MEMORIAM


Esta mañana ha fallecido Leonard Cohen, poeta y cantautor canadiense. Como músico desarrolló una carrera con una continua exploración de temas como la religión, la política, el aislamiento, las relaciones personales y la sexualidad, siendo definido como «uno de los cantantes y compositores más fascinantes y enigmáticos de finales de los 60».

En octubre del 2011, recogió en Oviedo el PREMIO PRÍNCIPE DE ASTURIAS DE LAS LETRAS. En su discurso al recibir el premio, Cohen hizo referencia a la influencia en su obra de Federico García Lorca. Tras aceptarlo, el músico donó el dinero del premio a la Universidad de Oviedo para impulsar una cátedra en su nombre: este proyecto, singular y único en España, ha sido concebido como "un lugar de encuentro entre la poesía y la música, entre los creadores y su público, entre el arte y la sociedad",

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En el álbum OMEGA, de Enrique Morente y Lagartija Nick, del que vamos a hablar a continuación y del que ya ofrecimos un par de temas, se interpretan cuatro canciones de Leonard Cohen: "First we take Manhattan", "Priests", "Hallelujah" y "Take this waltz"


 ENRIQUE MORENTE Y OMEGA: ASÍ SE INCENDIÓ EL FLAMENCO

Dejadme vivir mi vida / que yo no le pido a nadie / siquiera los buenos días".

Enrique Morente (Granada, 1942-Madrid, 2010) cantaba estos tientos allá por los 70 cuando pocos imaginaban que terminaría lanzando la última y más incendiaria bomba atómica del flamenco. Se llamó 'Omega' y pretendía ser un homenaje a 'Poeta en Nueva York', de Federico García Lorca, aunque terminó convirtiéndose en un no se sabe bien qué de flamenco, rock, poesía y experimentación que dejó patas arriba la música española. Morente miraba a Lorca y a otro lorcófilo, Leonard Cohen. Y lo hacía contagiado del espíritu transgresor del viaje que contaban esos poemas, de Granada a Nueva York, de lo antiguo a lo vanguardista. Por eso Morente escogió al grupo Lagartija Nick, granadinos como él, para encontrar el sonido que andaba buscando y en el que también participaron los guitarristas Vicente Amigo, Tomatito y Cañizares. Un momento único que, con el paso del tiempo, ha ido adquiriendo una dimensión mítica. Así lo recoge el documental 'Omega', dirigido por José Sánchez-Montes y Gervasio Iglesias, y el libro conmemorativo que llegan este otoño con motivo de los 20 años de la publicación del álbum.

La película se estrena el próximo 27 de octubre dentro del festival de documentales musicales In-Edit y se proyectará en salas comerciales desde el 4 de noviembre. El libro muestra, al igual que la película, numeroso material inédito sobre el proceso de creación del disco y sus diversos participantes. Además, cuenta con textos de los poetas Luis García Montero y Antonio Lucas, el periodista Diego A. Manrique, el editor Borja Casani (productor y distribuidor del disco con el sello El Europeo) o el cantaor Miguel Poveda, entre otros.

"Omega es un milagro irrepetible", asegura Alberto Manzano, traductor al español de Leonard Cohen, amigo del cantautor canadiense y el hombre que propició el encuentro entre él y Morente a comienzos de los 90. Manzano se refiere así a la "conjunción humano-astral" que hizo posible aquel milagro, "que todas las diferentes piezas se ensamblasen con armonía", como asegura en declaraciones a EL MUNDO. Y es que en esta historia cada uno cumple con su papel. Así, el periodista Jesús Arias, fundador del grupo TNT, facilitó el contacto del cantaor con la banda de su hermano Antonio, Lagartija Nick, mientras que Manzano descubrió a Morente la música de Cohen y viceversa. "Entre ambos existía una gran admiración y respeto mutuo. Las únicas cuatro lecciones de guitarra que recibió Cohen a lo largo de su vida fueron de un guitarrista español en Montreal que se terminó suicidando y que recibió a la vez que descubría a Lorca, quien le abrió las puertas al jaleo de la poesía", recuerda Manzano. "Con motivo de sus 60 años, en 1994, se me ocurrió regalarle el disco que Morente había hecho con Sabicas. Se quedó muy emocionado y entusiasmado, por lo que, cuando vino a Madrid, invité a Morente a que lo conociera en el Hotel Palace", explica. En aquel "encuentro mítico", en el que Manzano hizo de traductor, se produjo una extraña energía que acabó impregnando el Omega. El propio Cohen lo evocaría después así: "Morente se sitúa en el centro mismo de su propia tradición. Es uno de los principales cantaores de flamenco en España. Nos reunimos en un bar en España cuando estaba de gira por allí; para ser exactos, un bar donde Lorca solía beber. Y nos presentamos mutuamente nuestros respetos". Con Lorca como punto de unión, Morente empezó entonces a adaptar la música de Cohen, como recuerda su hija Estrella, a propósito de un verano de mucho calor en la playa en el que ella y su hermana Soleá estaban haciendo castillos de arena en la playa. Entonces les llamó su padre para que le hiciesen el compás del Pequeño vals vienés. "Un día se lo escuchamos a Leonard Cohen y Soleá y yo dijimos: '¡Papa!', porque siempre le decíamos así [en átona], 'este hombre te ha copiado el tema'".


"La verdad, yo tenía que haber sido rockero. Me he equivocado. Pero bueno, en aquel tiempo se hacía lo que se podía", dice Morente en unas imágenes de archivo al comienzo del documental. "La garra que tiene el motor del rock no la tiene ningún otro género. Es tremendo: esa fuerza de las guitarras eléctricas, esas baterías... Eso, cuando está hecho con calidad, es sublime. Por lo menos a mí me gusta mucho". La afirmación, realizada cuando Omega ya se había convertido en un hito, conecta con eso otro que decía el Morente de los 70: "Los 'ortodoxos', entre comillas, naturalmente que me llaman 'el asesino del cante' o algo así. Estupideces de esas". Ahora que Los Planetas llenan festivales cantando fandangos y alegrías, la apuesta no parece nada del otro jueves, pero entonces era casi suicida. Es verdad que Camarón ya había incorporado el bajo eléctrico a sus grabaciones, que Triana acercó el espíritu progresivo de los 70 a los compases tradicionales y que Raimundo Amador y Kiko Veneno también habían jugado, con éxito, con el pop y el blues. Y es verdad que hoy es un lugar común decir que flamencos y bluesmen comparten no sólo unos orígenes parecidos (minorías étnicas marginadas en sus respectivos entornos: los afroamericanos en EEUU y los gitanos en el sur de España), sino también una temática parecida en torno al dolor y al sufrimiento. Pero entonces el rock de guitarras eléctricas y de baterías aporreadas con furia era la última frontera que se le resistía al flamenco.

"Decidí que iba a hacer Poeta en Nueva York. Y para abordar un poema tan anticonvencional y anormal en la forma de escribir en habla castellana, necesariamente no lo puedes cantar igual. En algún tema te tienes que arriesgar", dice Morente en otro momento del documental. En esa jugada de empezar por Lorca, seguir por lo jondo, continuar por Cohen y terminar en el rock, él era el que más tenía que perder. Antonio Arias reconoce que se benefició "de entrar en un mundo, el flamenco, que vendría a ser como una habitación que tiene puertas que sólo se abren desde dentro". Aun así, hubo momentos muy complicados, como la histórica presentación del disco en el Teatro Albéniz de Madrid, que en su jaleo de aplausos y abucheos representó la brecha que trajo Omega. "Nos iban a matar. Tardamos varias horas en poder salir de los camerinos", resume Antonio Arias aquella noche. "Más que una fusión, lo que hicimos fue un choque de caracteres", apunta el batería Eric Jiménez sobre las sesiones de grabación. Y Arias remata: "Si se aprende con alguien, se aprende con los maestros. Y si tienes un maestro que te quiera enseñar, como era Enrique, tienes que abandonarlo todo".

Omega ha dejado una huella profunda en la música española, pero como insiste Manzano, aquello no va a volver a ocurrir. "Es muy poco probable, como cualquier otro milagro que haya sucedido ya, que volvamos a ver algo así. Sobre todo, porque Morente ya no está. Y no conozco a nadie en el flamenco que tenga su dimensión". Por cierto, que Cohen le envió a Morente dos docenas de rosas rojas tras escuchar Omega. "Nunca le llegaron", se lamenta Manzano.

Darío Prieto, El Mundo 09/10/2016

Os dejo con la letra de la canción Hallelujah, de Leonard Cohen, en inglés, y la letra de la versión de Enrique Morente en el disco Omega

Now I've heard there was a secret chord
That David played, and it pleased the Lord
But you don't really care for music, do you?
It goes like this
The fourth, the fifth
The minor fall, the major lift
The baffled king composing Hallelujah
Hallelujah, Hallelujah…
Your faith was strong but you needed proof
You saw her bathing on the roof
Her beauty and the moonlight overthrew you
She tied you to a kitchen chair
She broke your throne, and she cut your hair
And from your lips she drew the Hallelujah
Hallelujah, Hallelujah…
Now, maybe there's a God above
As for me, all I have ever learned from love
Is how to shoot somebody
Who outdrew you
But it's not a cry that you hear tonight
It's not some pilgrim who claims to have seen the light
No, it's a cold and a very broken Hallelujah
Hallelujah, Hallelujah…
Oh, people, I've been here before
I've seen this room and I've walked this floor
You see, I used to live alone before I knew you
And I've seen your flag on the marble arch
But listen love
Love is not some kind of a victory march
It's a cold and it's a very lonely Hallelujah
Hallelujah, Hallelujah…
There was a time you'd let me know
What's really going on below
But now, now you don't even show it to me, do you?
I remember when I moved in you
And the Holy Dove, she was moving too
And every single breath that we drew was Hallelujah
Hallelujah, Hallelujah…
I've done my best, I know it wasn't much
I couldn't feel, so I learned to touch
I've told the truth
I didn't come here to London just to fool you
And even though it all went wrong
I'll stand right here before the Lord of Song
With nothing, nothing on my tongue but Hallelujah
Hallelujah, Hallelujah...

**********************
Conozco esta tierra,
conozco este cielo,
y aquí estaba solo antes de conocerte.
Ahora he visto tus banderas
por las puertas de mármol de la gran ciudad,
pero el amor no es una marcha triunfal
sino un frío y solitario aleluya.
Aleluya…
En tiempos me hablabas
lo que había dentro de ti.
Hoy tu boca no habla, sabes que es cierto.
Recuerdo nuestros cuerpos vibrando juntos
con el Espíritu Santo
y cada aliento era un frío aleluya.
Aleluya…
Quizá haya un Dios arriba,
pero yo lo que aprendí del amor
es a disparar a quien te amenaza.
Pero no es un lamento lo que oyes esta noche,
no es la risa malvada de alguien que ha visto la luz
sino un frío y solitario aleluya.
Aleluya…



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