Érase una vez
una vieja librería en la pequeña y lluviosa isla de Shelter Island...
A ese lugar tan especial, donde los libros
parecen tener vida propia, llega un día Jasmine, dispuesta a hacerse cargo del
negocio mientras la propietaria, su tía Ruma, viaja a la India para curar su
corazón cansado. Sola en medio del polvo y el desorden, la joven intenta dar un
toque de modernidad al local, colocando títulos nuevos y llamativos en el
escaparate, pero muy pronto los clásicos de siempre imponen su presencia, y los
autores vivos y muertos revolotean por las estanterías dejando oír su voz. Así
Jasmine vuelve a descubrir a Shakespeare, Jane Austen y a Edgar
Allan Poe, y no solo eso: la chica aprende a escuchar a sus clientes, a
comprender lo que de verdad buscan en una novela o en un manual de cocina, y
acabará encontrando al hombre con quien compartir todos los libros de su vida.
Esta novela de
Anjali
Banerjee es un pequeño homenaje
a la literatura, por las referencias y citas de títulos y autores clásicos, cuyas
voces ayudan a Jasmine tanto a aconsejar libros a sus clientes, como a
reflexionar y sobreponerse a su divorcio, rencauzando su vida personal. Por sus
páginas desfilan Kipling, Beatriz Potter, Jane Austen, Mark Twain, Poe
entre otros, con lo que casi podemos considerar a la librería, un edificio
victoriano, como un personaje más. Todo ello aderezado con la cultura y
gastronomía hindú. ¡Ah, por cierto!, parte de la obra, casi todo lo relacionado
con el divorcio, me recuerda una deliciosa película, Bajo el Sol de la Toscana,
aunque en ésta sólo subyace el espíritu de Federico Fellini.
La narración
es fluida, se lee rápido, con muchos diálogos y pocas descripciones, lo que nos
hace avanzar rápidamente en la lectura. Jasmine, al narrarnos ella la historia,
nos muestra lo que piensa y siente.
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